En el momento en el que la técnica de sangre logro retenerlo, Yoriichi uso una técnica muy similar a la que uso alguna vez Tanjiro, cortando prudentemente a Muzan, que se veía asombrado al ver que no se lograba regenerar, ni mover. 

—¿Cuál es el valor de una vida para ti?— pregunto Yoriichi acercándose un poco al pelinegro

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—¿Cuál es el valor de una vida para ti?— pregunto Yoriichi acercándose un poco al pelinegro. Que no parecía tener ganas de responder.

Mi respiración comenzó a acelerarse al ver el rostro de Muzan, era aterrador, su cara estaba roja oscura, veía con desprecio al cazador, a la vez que en sus ojos había ira. Mire de reojo rápidamente a la mujer que no se había movido de su lugar, veía al de ojos carmín sin más, parecía tener un leve brillo de esperanza, no como antes que tenía los ojos completamente vacíos... tristes.

Sin darme tiempo a procesar, el cuerpo de Muzan había explotado en varios pedazos con mucha fuerza. Corte la técnica de sangre, para que, al igual que Yoriichi, comenzar a cortar lo mas rápido posible todos los trozos de carne, pero era imposible, los más pequeños eran imposibles de cortar. Pero dejando de lado eso, mi antepasada al igual que el de coleta se movían asombrosamente rápido, apenas podía seguir los movimientos que hacían. 

Después de unos minutos no quedaba rastro de Muzan, al parecer había escapado con su extraño plan. Nuestra vista se dirigió a la mujer que había caído al suelo, sus llantos comenzaban a sonar por todo el lugar, eran algo desgarradores.

—Casi lo logras... así que supero la debilidad de la decapitación... ¡¡Hubiese deseado que ese inmundo hombre hubiera muerto!! ¡¡M-Muzan Kibutsuji!!

Antes de que comenzara a hablar, volví a cambiar de escenario, ahora viendo el atardecer junto a Yoriichi, todo esto comenzaba a darme dolor de cabeza... 

—¿Lo oíste verdad?— preguntó él, mirando el cielo. —Me desterraron como cazador de demonios por todas las fallas que cometí... la única razón por la que sigo vivo es gracias a Oyakata-sama... que se negó a que hiciera seppuku*...

—No debiste echarte la culpa de todo Yoriichi... también fue mi error que Muzan escapara...

Él giro a verme, y...

Sonrió.

No pude evitar sentir una increíble calidez invadir mi corazón, su sonrisa... que en el trasfondo ocultaba un incontable número de tragedias sucedidas en su vida... aún así su sonrisa lograba generar un sentimiento extraño de paz... era hermoso.

—Esta bien... se que cometí demasiados errores... pero quiero hacer algo bien... por favor... ¿no puedes ser feliz por mi? ¿por nosotros?... mi hermano y yo... seguramente él también quería tener una vida feliz contigo, pero por mi culpa se desvió del buen camino. Ten una familia, cásate con alguien que quieras, puedes... pedirle ayuda a Sumiyoshi y a su esposa... ellos son una buena familia...

─ 𝐏𝐑𝐎𝐃𝐈𝐆𝐈𝐎.「мυιcнιяσ тσкιтσ」Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz