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— ¿Hay muchas estrellas hoy?— preguntó en un bajo susurro, su garganta dolía y se sentía rasposa.

— No...el cielo está casi despejado— respondió Félix.

Ambos estaban afuera en la amaca, el rubio tenía la mano del Alfa entre las suyas mientras jugaba con sus dedos.

— Ginnie...— llamó.

— ¿Mmm?— asintió.

— No quiero que te vayas...— confesó cabizbajo.

— Lo sé, me lo dices siempre — suspiró con algo de dificultad.

—¿Entonces por qué no haces algo al respecto?

— ¿Como que?

— ¡Pide un deseo! — sonrió— No hay muchas estrellas pero quizás alguna logré oírte.

— Eso no es algo real Lixie — sonrió Jeongin.

— Vamos, solo pide quedarte por un poco más de tiempo — susurro bajiro con un pequeño puchero en sus labios.

— No puedo, solo tienes un deseo en la vida y yo ya pedí el mío.

Al oírlo, el menor lo miro rápidamente con intriga.

— ¿Qué pediste?—frunció su ceño.

— Que mis padres encontrarán su felicidad luego de mí partida — susurro y felix lo miro con tristeza.

Solo pasaron algunos minutos cuando el Omega tomo el valor de decir lo que había querido decirle al Alfa todo ese tiempo.

— Desearía que vivieras...entonces nos casariamos — dijo y Jeongin solo sonrió.

— Podríamos hacerlo ahora — bromeó.

Pero el lindo rubio a su lado no lo tomó así.

—¡Ya regreso!— dijo de inmediato el sonrojado Omega mientras bajaba de la hamaca y corría dentro — ¡Papá!— llamo al pelirrojo.

Hoseok frunció su ceño ante el susto que su hijo le dio y lo observó.

— ¿Qué sucede lixie?

— Préstame uno de tus anillos— exigió.

— ¿Qué? Para que los quieres —no alcanzo a terminar ya que Félix había tomado dos anillos de su mano.

— Voy a casarme Papá — dijo con orgullo y con emoción mientras salía nuevamente.

Todos los presentes en la sala se miraron sorprendidos y confundidos entre ellos.

Jimin solo sonrió. Mientras que Jungkook se puso de pie de inmediato.

— Él no hablaba de mí hijo, ¿O si? — preguntó a punto de salir sino fuera porque Jimin lo detuvo y lo atrajo a él rápidamente.

— Deja de molestar Jeon— regaño el Omega.

— Pero— intentó protestar— Es joven aun Jimin...

— ¡Ya déjalos!

Mientras tanto, Félix encontró sus anillos y salió sentándose nuevamente a un lado de Jeongin en la hamaca. Si Omega estaba muy feliz en esos momentos.

— Ya volví...— avisó.

— Tardaste — sonrió al sentirlo cerca.

El adorable rubio solo tomo una pequeña bocanada de aire en sus pulmones.

—Park Jeongin — llamó y el pelinegro asintió— Desde ahora — tomo la mano del Alfa — Serás mí esposo — sonrió una vez puso el anillo en el dedo del contrario.

¿Quién eres? |• Kookmin.Where stories live. Discover now