43 'Cuando las palabras son cuchillos...

4.9K 450 118
                                    

Hace dos días, que estoy de vuelta en casa, el doctor me ha dado de alta, con solo una advertencia, ‘debes comer’, como si no hubiera escuchado eso antes. Harry, se ha ido, debió volver luego de que Tony lo llamara, sentí muchas ganas de quitarle el teléfono y hablar con Iron man. Pero supe que no debía hacerlo, por la cara de seriedad de Harry.

-Bien, bienvenida a casa –grita Ami, al verme entrar. Sonrió al ver un pastel y unas bebidas –No puede ser alcohol –rueda los ojos –por tu salud y todo eso –reímos, la tarde pasa volando junto con mis mejores amigos.

Al caer la noche, quedo sola, extraño tener compañía a estas horas. Trato de no pensar en él pero me es imposible, me hundo en mi almohada y paso la noche en vela, sin poder dormir, ni por un segundo.

***

Es octubre, han pasado ya casi dos meses, desde que me separe de Niall, no he sabido nada de él, como lo ha prometido, pero ilógicamente, no he podido superarlo, lo pienso en cada momento, lo imagino, espero encontrarlo al volver a casa, pero nunca esta, he pensado en llamarlo, pero no creo que haya cobertura en Asgard, y si la hubiera, ¿me llamaría? Lo dudo.

No he regresado a la universidad, mis amigos, no han vuelto a llamarme, Louis, viene algunas veces, solo para no encontrarme desangrada en el sofá, que por cierto es nuevo, tuve que tirar el anterior, estaba cubierto de sangre, no pensé en lavarlo, eso sería algo frustrante.

Ami, no me llama, no viene cuando Louis lo hace, él la escusa, dice que tiene trabajo que hacer o que se encuentra cansada. No le muestro interés, se que debe ser molesto verme de la misma forma todos los días, autocompadeciéndome o teniéndome lastima, para mí es un trabajo arduo.

El reloj es el único sonido que se escucha, tic tac, tic tac, me ayuda a demostrarme, que aun tengo cordura, o que por lo menos, sigo viva. Es de noche, treintaiuno de octubre, decidí que repartiría dulces, para al menos, recordar que soy un ser sociable, solo por mi condición de humana, o simplemente, para que la gente, piense que lo soy. El reloj marca las 8. Bajo, orión ya no está, no suele estar en casa, suele pasar por los tejados y llegar a la casa de la vecina, eso ha sido una preocupación menos, ella lo alimenta bien y le dedica el tiempo que merece. Cada noche regresa, cerca de las once, para dormir conmigo, supongo que el también, tiene cierta lastima, por mi o eso parece, de otra forma, quizá, no volvería.

Tomo un gran platón con dulces, abro la puerta y los niños no tardan en llegar, como ha sido siempre, ellos me hacen feliz, contentos llegan saltando hasta mi puerta, ¿Cómo hubiera sido un hijo mío con Niall?, bajo la mirada al pensar en esto. Solo es doloroso.

Los niños presumen sus disfraces. Algunos son hombres lobos, brujas, momias, pero lo que ha predominado son los niños zombie. Es muy divertido verlos.

Cerca de las diez, cuando los dulces están a punto de terminarse, llega un padre muy joven con su hijo, el niño no pasa de los cinco años y su padre no alcanza los veinte.

Sonrió, tristemente al ver al pequeño niño, siento un puñal atravesar mi pecho, todo lo que pretendo olvidar, vuelve a mí.

-Que lindo disfraz –le susurro al darle todos los dulces que me quedaban.

-Es de Thor –murmura muy contento, me enseña el mjolnir –Tengo el mjolnir, tengo el poder del trueno –me sorprendo, él sabe de lo que habla.

-Ama los comics –dice su padre, asiento –No para de investigar.

-Eso noto –reímos, se despiden amablemente, entro a casa, cierro la puerta. Me dejo caer contra el marco de esta, deslizándome lentamente, tocando el suelo y regresando a mi abismo, a mis llantos. A  mi maldito martirio, levanto la mirada, con la esperanza de que él este mirándome como aquella vez, cuando regrese a casa hecha llanto, cuando me recosté en esta misma puerta y el llego a consolarme, espero que me diga que el corazón no se rompe, que solo se desilusiona. Pero no está, no está y nunca estará.

El hijo de Thor #1|N. Horan| En edición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora