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Un par de semanas después de la fiesta en casa de la señora Min todo había regresado a la normalidad

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Un par de semanas después de la fiesta en casa de la señora Min todo había regresado a la normalidad. Ese día en particular tendrían un almuerzo en familia como hacía tiempo no lo compartían, pues últimamente el maknae pasaba casi todas las noches en casa de su Noona y Hoseok también escapaba alguna que otra para encontrarse con Rosé, ambos Alfas trataban de esconder su felicidad pero era demasiado evidente. Además, Tae apenas había regresado de visitar a sus abuelos y se incorporaba a la rutina en la mansión; Namjoon no había ido con él pues no quería dejar a Jin tanto tiempo solo. Visitarían a los abuelos una vez que la bebé naciera.

Jimin enseguida se dispuso a ayudar a Jin a preparar todo, pero el mayor se encontraba muy cansado y con las piernas algo hinchadas por lo que se mantuvo sentado cortando ingredientes y preparando algunos condimentos. Mientras, el pequeño Omega seguía sus instrucciones y cocinaba todo bajo la supervisión del mayor.

Luego del delicioso almuerzo todos terminaron alabando a Jimin por su ardua labor con gestos y abrazos cariñosos que incomodaron a cierto Alfa pelinegro, pero no dijo nada y controló a su lobo gruñón todo lo que pudo. En el fondo, Yoongi estaba muy orgulloso del rubito pues había logrado mucho en poco tiempo; pero a decir verdad, los demás podían felicitarlo de lejos.

Una vez en la habitación, Yoongi se recostó en la cama con unos papeles que debía revisar. Podría haberlo hecho al día siguiente ya que ese día era domingo y podía darse el lujo de descansar un poco, dormir, ver una película y disfrutar del resto de la tarde junto al pequeño Omega; pero quería, no, necesitaba distraerse con algo aunque fuese trabajo.

Ciertamente su molestia desde el almuerzo había empeorado y ahora estaba casi seguro de que eran más celos que otra cosa. ¿Por qué estaría celoso de los demás cuando sabía que nadie tenía segundas intenciones con Jimin? Sencillo, porque el Alfa aún no había marcado al menor. Se sentía inquieto y frustrado a pesar de que le había prometido a Jimin que esperaría. Había algo, no sabía con exactitud qué, pero definitivamente algo le estaba volviendo más sobreprotector y celoso con Jimin. Y eso también le molestaba, pues no era la primera vez que su lobo actuaba desesperado y se entristecía porque su Omega no tenía su mordida en la curvatura entre su hombro y cuello.

El menor se adentró en la habitación llevando unas toallas limpias en sus brazos para colocarlas en el estante del baño. Siempre que podía, le gustaba ahorrarle trabajo a la amable señora de la limpieza.

El pelinegro lo siguió con la vista y no pudo evitar que sus ojos se desviaran hacia su estrecha cintura y su pomposo trasero, recordando su sensual baile la noche que estuvieron en casa de su madre. Acto seguido se dio una bofetada mental para aclararse la mente y evitar pensamientos fuera de lugar. Esto nunca le había sucedido, a menos que contara aquella vez que entró en celo y todo lo que veía, olía y sentía era Jimin por todas partes. ¿Acaso iba a tener otro de esos episodios?

Si obviaba su celo, no había ocasión en la que se permitiera perder el control. ¡Por la diosa Luna, si había bañado al chico y lo había tenido bajo su cuerpo en varias ocasiones! Sí, su lobo quería, él también lo quería, pero siempre había podido controlarse. Sin embargo, ahora era diferente, y se repitió de nuevo que era la dichosa marca y su tonto lobo desesperado. No se dejaría vencer por sus instintos, no ahora, no cuando estaba seguro de que el cachorro confiaba en él y estaba empezando a sentirse más cómodo y seguro a su lado. No se permitiría echar a perder todo lo que habían logrado hasta ahora.

𑁍˖⋆Ꮇꭹ Ᏼꭼꮮꮻꮩꭼꭰ Ꮻꮇꭼꮐꭺ˖⋆𑁍  YOONMIN ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora