❤️Capítulo 16❤️

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Sorpresa.

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NARRA TANNER
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¿Soy el único amante de la brisa del aire?

Creo que no hay nada mejor después de hacer ejercicio, que subir a la terraza de mi casa y disfrutar la frescura del aire secando cada gota de sudor deslizándose por mi cuerpo. Me ayuda mucho a relajar y despeja mi mente.

No sé cuánto tiempo me llevó hacer ejercicio pero estoy seguro de que fueron horas. No quería salir del gimnasio, no quería cruzarme con Sam por el corredor, no quería que intentara hablarme o que simplemente me mirara con lástima, porque eso es lo que reflejan sus ojos: culpa y lástima.

Esta es una de las razones por lo que no quiero que ninguna mujer entre en mi vida, pues odio darles el poder de lastimarme, odio verme vulnerable ante ellas hasta el punto de terminar llorando como todo un estúpido.

Sam sabe cosas. Solo lleva dos semanas en mi casa y parece conocer algo sobre mí, pero la pregunta es: ¿qué sabe y cómo lo supo?

Tengo algunas teorías: soy un estúpido muy obvio, ella es muy observadora, dije algo durante la fiesta y no lo recuerdo, o alguien le informó sobre mí, y por “alguien" me refiero a mi padre, pues no soy tan pendejo como para no darme cuenta de que mi padre la llama todos los días y que cuando lo hace, ella se encierra en su cuarto como si ocultaran algo que yo no puedo saber.

Solo espero que ella no esté saliendo con mi padre y que no se vaya a quedar a vivir acá de por vida, porque si es eso lo que esconden me iré a vivir bajo un puente.

¡Me niego rotundamente a tener una madrastra menor que yo! Y menos si me he besado con ella. Ahora que lo recuerdo, estoy loco. Jamás volveré a tomar. ¡Lo juro!

Un pequeño jadeo hace que deje de mirar el atardecer y me concentre en Scott, el cual se rasca el cuello desesperadamente. Sonrio al verlo, me inco a su lado y le acaricio su peluda cabeza.

—¿Pulgas? —le pregunto, como si fuese a responder —Tranquilo, la otra semana entro a vacaciones y te daré un buen baño.

Como si me hubiese entendido, Scott deja de rascarse y sus ojos emanan horror. No puedo contener la risa ante su peculiar reacción, por lo que una sonora carcajada se hace presente. Scott se pone de pie, mueve su cola alegre y sin previo aviso lame mi rostro y se me lanza encima haciendo que mi cuerpo quede tendido en el suelo con él sobre mí.

—Ah no, ¡sin chantaje! —digo burlon, alejando el perro —Te voy a bañar sí o sí.

Scott ladea la cabeza y levanta una de sus orejas como si estivuese tratando de escuchar algo y luego, simplemente sale corriendo y se adentra en la casa.

Eso, ve a buscar a Sam, después de todo, tú también me cambiaste por ella. Solo lleva dos semanas en la casa y Scott parece enamorado, incluso mi padre prefiere llamarla a ella. Osea, mi padre está en otro país y prefiere llamar a la niñera de su perro, a llamar a su propio hijo para saber si al menos no me han violado —cosa que casi sucede—.

¿Por qué el dinero cambia a las personas?

Desde que mi padre empezó a hacer negocios con los vecinos cambió por completo. Parece ser uno más de ellos y eso me duele porque él sabe perfectamente lo mucho que sufrí por todos ellos, ¡pero no parece importarle! Ahora lo único que gira a su alrededor es el dinero, nada más.

¿Sam seguirá en la casa?

Ya quiero bajar. Desde hace horas la escucho mover cosas, rasgar e incluso cantar; lo cual hace que no quiera ir a mi propia habitación por miedo a verla en el corredor. Solo terminé de hacer ejercicio y corrí a la terraza.

¿HOMOSEXUAL? Where stories live. Discover now