❤️Capitulo 2❤️

381 64 27
                                    

TIEMPO ACTUAL
°

Por fin las molestas clases han terminado. Tomo mi mochila, guardo mis libros y salgo del salón. Subo a mi moto y conduzco rápidamente hasta mi casa mientras me encuentro sumergido en mis pensamientos. No sé qué pasó exactamente anoche, aún no puedo creer lo que hice. Lo peor es que ni siquiera llegué a dormir a la casa. ¿Qué le diré a mi padre?

Cuando por fin llego a la casa no evito cruzarme con la mirada de Venus la cual está parada en la puerta de su casa. Esta me mira y me saluda haciendo un ademán con su mano. Le dedico una mirada de pocos amigos y sin decir nada, entro a mi hogar.

¿Quién se cree esa estúpida para saludarme? ¿Acaso se le olvidó todo el mal que me hizo hace 6 años? No puedo creer lo hipócrita que puede llegar a ser, en serio la odio.

Camino silenciosamente por la sala con la intención de que mi padre no note mi presencia, subo las escaleras hasta llegar a mi habitación, abro con mucho cuidado la puerta para que esta no haga ningún ruido, me adentro en el cuarto y cierro la puerta.

Ufff, a salvo.

—Hola, hijo.

La voz de mi padre a mis espaldas me logra espantar hasta el punto en el que suelto un agudo grito como si se tratase de una niña de 5 años.

—¡Papá! ¿Qué haces en mi habitación? —digo poniendo una mano en mi pecho para tratar de controlar mi agitado corazón.

—Primero que nada, hola, hijo, te extrañé mucho anoche. Y segundo, puedo entrar a tu cuarto que me dé la gana y eso lo sabes —suelta mientras se acuesta en la cama.

No digo nada antes sus palabras. Pongo la mochila en una silla y entro al baño.

¿Y ahora qué hago? ¿Qué le digo? ¿Debería decirle la verdad o mejor me invento alguna escusa? ¿Qué pasa si al decirle la verdad enloquece y me echa de la casa? Soy muy joven para vivir bajo un puente.

Abro la llave del lavamanos y lavo mi rostro con la intención de calmarme un poco. Observo una cuantas gotas deslizarse por mis mejillas y caer en el lavamanos.

No puedo creer lo mucho que he cambiado, el niño de hace 6 años no se parece en nada al joven de ahora. Mi padre tenía razón, el acné ha desaparecido por completo, mi cuerpo ha crecido de una forma impresionante y mi voz es mucho más gruesa de lo que llegué a imaginar, ya ni siquiera uso gafas, prefiero usar lentes de contacto. Pero aunque mi físico ha cambiado mucho, la herida en mí sigue intacta. Aunque ahora muchas chicas andan detrás de mí, no soy capas de fijarme en ninguna. Para ser sincero, odio a las mujeres, sé perfectamente que todas no son iguales y que ninguna de ellas tiene la culpa de lo que Venus me hizo pero es algo inevitable, cada que estoy al lado de alguna mujer no evito tratarla mal e insultarla, no las soporto.

Últimamente no soy muy social, en la universidad no me relaciono con nadie y menos si son mujeres. En las horas libres me la paso en la biblioteca leyendo o escuchando música. Durante clase siempre me siento atrás en una esquina, no me gusta trabajar en parejas ni nada, todo lo hago yo solo. Gracias a todo el bullying por el que pasé hace 6 años por culpa de mi vecina, me ha costado mucho hacer amigos, pero tampoco lo quiero, ya no confío en nadie. Aunque hay una pequeña excepción: Jason. Él es un amigo que hice hace un mes, él se me acercó y poco a poco nos empezamos a relacionar. Es un chico muy agradable con el que me he llevado muy bien, de hecho nos llevamos mejor de lo que podría haber imagino, tanto que hasta me asusta.

—¿Te fuiste por el inodoro?

La voz de mi padre al otro lado de la puerta logra sacarme de mis pensamientos. Me doy media vuelta y salgo del baño, sin decir absolutamente nada me siento en la cama y me quedo mirando fijamente el piso.

—¿Me vas a decir qué pasó anoche o vas a seguir actuando como un niño? —cuestiona mi padre cruzándose de brazos.

—¿Qué quieres saber? —digo como si no supiera a lo que se refiere.

—¿Por qué no llegaste anoche a dormir? ¿Dónde estabas?

Trago saliva muy nervioso mientras pienso en una buena escusa pero no se me ocurre nada. Creo que mejor le diré la verdad, él es mi padre, supongo que sabrá entenderme.

—Te diré, pero antes que nada quiero que hablemos sobre la sexualidad —anuncio y mi padre me mira sorprendido.

—Muy bien, sabía que este día pronto llegaría. ¿Qué es lo que quieres saber?

—Pues no es que quiera saber algo, más bien quiero confesarte algo —aclaro y aquí es donde me empiezo a arrepentir de lo que estoy apunto de decir.

—Muy bien, hijo, cuéntame.

—Papá, anoche tuve mi primera relación sexual, por eso no vine a dormir —confieso y él me mira aún más sorprendido para luego sonreír de oreja a oreja.

—Muy bien, ¡Te felicito! No te había visto con nadie últimamente y eso me estaba preocupado mucho. Tranquilo, la virginidad es algo que se pierde tarde o temprano. Pero dime algo, ¿usaron condón? —pregunta un poco emocionado cosa que logra confundirme.

—¿Condón? Pues no, no usamos nada de eso.

—¿Qué? ¿Cómo se te ocurre no hacerlo? —pregunta histérico mientras da vueltas por la habitación.

—Lo siento, papá, pero conozco muy bien a la persona y sé que no tiene ningún tipo de enfermedad.

—Pero no hablo solo de una enfermedad de transmisión sexual, hablo de un embarazo, ¡No quiero ser abuelo tan joven!

—¿Qué? Eso es estúpido, un hombre jamás podría embarazar a otro hombre.

Al escuchar mis palabras, mi padre se detiene en seco. Me voltea a mirar y noto que su rostro se está poniendo un poco pálido.

—¡¿QUÉ?!

°^°
❤️o❤️______•-•______❤️o❤️

¡Hola! ❤️

Sé que el capítulo es corto, lo siento.

Les está gustando la historia?
Dejen sus hermosos comentarios, me encantaría saber qué les está pareciendo.


¿HOMOSEXUAL? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora