Capítulo 11

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El sol se levanto tras las montañas alumbrando debilmenter el frio Bosque Negro.

Un elfo de cabellos rubios se envcontraba sentado en las raices de uno de los arboles, pero a pesar de tener los ojos rojos, sus lágrimas ya se habian secado.

Tenía los ojos cerrados, y su respiración era pausada y tranquilla, cualquiera diría que estaba dormido, pero la realidad era, que no lo estaba.

Legolas se encontraba súmido en lo mas profundo de sus pensamientos, intentando olvidar y superar la escena que habia visto la noche anterior. Habia visto como Anrod se acercaba a Tauriel, poco a poco a lo largo de los dia, y habia visto como ella se habia acercado al elfo tambien, poco a poco a lo largo de los dias. Y habia temido un momento asi. Habia temido el momento en el que Anrod se le declarase a Tauriel, pero habia temido mas el momento en el que ella lo aceptase.

SI, el príncipe habia visto como la elfa de cabellos color fuego le devolvia el abrazo, y como le agarraba las manos, suavemente.

Los habia visto volver al Reino, pero el se habia quedado ahí, solo entre el dolor.

Y no le importaba que pasáran mil años, o que su padre le llamará la atención de forma severa por no haber vuelto al Palacio.

Ese momento había quedado grabado con fuego en lo más profundo de su alma.

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A pesar de lo tarde que se habia dormido la noche pasada, Tauriel se levanto tan temprano como ciempre y se dirigió a la puerta Sur, la puerta que daba al area Sur del bosque, el area que le tocaba recorrer ese día a la elfa.

No se dirigió a las cocinas, pues sentía que no necesitaría comer despues de semejante festejo. Sonrío para si misma al recordar como había dudado de la nota que le había dejado su amiga Abrid.

Mientras caminaba por los largos pasillos del Reino camino a la Puerta, Tauriel casi chocó con alguien.

-Mi lord, lamento mucho...- comenzó a disculparse ante el alto Rey Thranduil. EL Rey levantó su mano y la elfa calló al instante.

-No hay razones para disculparse, Tauriel- le dijo gentilmente. La hija del bosque hizo una breve inclinación ligeramente apenada. Iba a seguir con su camino, pero el Rey la llamó de nuevo.

-Tauriel, ¿de casualidad no has visto a mi hijo esta mañana?- le preguntó el monarca. Tauriel frunció el ceño y trato de recordar.

-Lamento informarle que no, milord- le contesto apenada. Thranduil sacudió la cabeza.

-Esta bien, si lo vez, avisame-. La elfa hizo una inclinación de cabeza y el pendiente de gemas blancas que Anrod le había regalado se deslizó fuera de sus ropas. EL Rey lo notó.

-Hermoso pendiente- le dijo con una sonrisa. Tauriel sonrió ligeramente sonrojada. Luego Thranduil le hizo una seña, y la elfa se fue sin siquiera reparar en el ceño fruncido y la mirad sospechosa que le dirijia el Rey de los elfos.

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Hola!

Lamento que este capítulo sea demasiado corto, pero me he cortado un poco de la inspiración. Espero subirles algo pronto, y si tienen añlguna idea, o les gustaria que algo pasara, comuniquense conmigo y yo tratare de ver como acomoda en la historia.

Gracias!

(Recordatorió: Tauriel solo aparenta tener de catorce a dieciseis años en este fanfic, pues todavia es joven. Solo para evitar confusiones. Gracias!!)

Hija del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora