Capítulo 15: Un nuevo emperador.

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Voy una última vez a comprobar que la princesa, la emperatriz y mi recién nacido hijo están bien. Los veo en la habitación algo asustados por el ruido y la pelea, pero sanos y salvos. La felicidad y la tristeza reinan en la habitación al mismo nivel. La matrona se acerca a mí y pone al frágil bebé en mis brazos. Lo sostengo con miedo a hacerle daño. Es maravilloso y lo amo más que a nada en el instante en el que lo miro. Tiene unos ojos tan azules como los míos y un pelo oscuro. Me sonríe feliz y yo a él en respuesta. Las enfermeras lo han lavado y vestido mientras yo peleaba. Y lleva un pantalón azul y camiseta blanca. Es lo más adorable que he visto nunca. A pesar de todo ese niño me hace muy feliz. Se lo doy a IA y juntos sonreímos. Sin embargo, no soy capaz de olvidar el caos de fuera.

- Alguien debería ir y hacerse cargo del caos de allí fuera, como IA no puede iré yo- dije

La princesa y la emperatriz empiezan a protestar no quieren que salga al posible peligro, pero nadie más que yo puede hacerlo. Ese niño las necesita más que a mí, por mucho que me duela esa es la realidad. Salgo de la habitación, dejo a Dani y algunos soldados más allí como protección y me voy. Voy camino al gran salón donde todo a ocurrido en mi camino veo a los soldados muy bien colocados y en guardia. Ian y Kevin han hecho un gran trabajo. Al llegar al salón me encuentro a las doncellas limpiando. Los invitados han sido interrogados y se han ido todos. Solo queda allí el baron de Haisyre, el hermano de emperador que está con Ian, Kevin y los otros tres apresados en las mazmorras. Me dirijo hacia allá y los encuentro rápidamente. El baron ha confesado ser el culpable del asesinato tras un interrogatorio, se ha derrumbado. Los cuatro son puestos en las mazmorras y les pido a Ian y Kevin que supervisen una vez más la seguridad del castillo tras lo que pueden irse.

A continuación, me dirijo con Cris y Alex a ver al emperador, está con el forense. Se trataba de una flecha mágica y murió al instante. Las heridas hechas con flechas mágicas no se pueden curar con magia y son más graves de lo que aparentan. Tras esto Cris, Alex, Mickel y yo nos pasamos la noche en vela organizando el funeral del emperador al día siguiente. Rápidamente vendo mis heridas de mi brazo y hombro izquierdo y continuamos con la tarea.

Llega el amanecer y con él un nuevo y triste día. Me retiro a mi habitación al igual que los demás. Allí me encuentro a IA luciendo un vestido negro, cuando entro me abraza, se le ve que ha estado preocupada por mí. Me pongo mi traje y negro y juntos vestimos a nuestro pequeño hijito. Vamos juntos al funeral del emperador. La misa y despedida trascurren sin ninguna novedad y llega el momento de coronar un nuevo emperador. Hasta ese momento era yo quien había estado dando las ordenes, pero era la princesa la que debía ser la emperatriz. Así es como lo anuncia el sacerdote, pero la respuesta de la princesa me sorprende al igual que a todos los presentes.

- Sé que este es mi deber, pero quiero dárselo a otra persona, a David mi marido. Él es el legítimo rey de Rossbal, su familia fue injustamente asesinada y perdió a su país en una guerra que empezó mi padre tras asesinar a mi hermana mayor. Siempre he querido arreglar ese error por lo que esta será mi primer y única acción como vuestra emperatriz. Desde hoy se prohíbe la esclavitud y todas sus formas. Todos somos personas libres. Se libera a los prisioneros de Rossbal y se les libera de todos sus cargos. Además, hago entrega del imperio al rey de Rossbal, Davis Listheter quien a partir de hoy es el emperador del nuevo imperio de Rossbal donde todos somos ciudadanos iguales. Que así sea en mi nombre.

Me quedo sin palabras. La princesa me lleva al centro del escenario donde estaba ella y yo voy confundido con el joven príncipe aún en mis brazos. Me colocan la corona en la cabeza y de esa forma la lucha de los rebeldes llega a su fin. Por fin hemos conseguido justicia, he averiguado la verdad y se ha hecho pública al resto del mundo. Miro a mis amigos allí presentes y el alivio recorre sus rostros al igual que el mío. Miro a IA y veo ojeras bajo sus ojos, se ha pasado la noche en vela para hacer algo así. Por nosotros, por la causa, por todos. La abrazo con todas mis fuerzas y le doy las gracias. Dejo a nuestro hijo en sus brazos y entonces me tambaleo y caigo. Puedo ver los rostros preocupados y entonces...nada.

Los secretos que ocultoWhere stories live. Discover now