Capítulo 9: David, rey de Rossbal.

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Narra David:

Despierto, puedo reconocer el lugar en el que estoy, estoy en la posada en Canaan. Me intento levantar de la cama y lo consigo. Gracias a la magia de curación y la maravillosa medicina de Rossbal estoy totalmente curado. Estoy un poco mareado, pero puedo soportarlo. Estoy totalmente desnudo y busco ropa por la habitación sin éxito. Abro la puerta y me encuentro frente a Ian, Kevin, Van, Hondor y Ralph.

- Debe descansar, vuelva a la cama- Van me regaña y decido hacerle caso y volver a la cama.

- Está bien contadme que ha pasado. -dije

- Tras ser informados de tu captura decidimos rescatarte. De esa forma fuimos a la batalla. – dice Hondor. – Ganamos la batalla y estamos en Canaan.

- Sois los mayores generales de nuestro ejército y las personas en que más confío. Gracias por todo – digo.

- Supongo que querréis saber además datos de la batalla. Casi no tuvimos bajas, sin embargo, el imperio perdió a más de un tercio de su ejército allí presente. Además, hicimos varios prisioneros, uno de ellos fue quien te trajo hasta nosotros. Asegura ser tu aliado, pero lo capturamos hasta que despertaras y lo confirmaras tú mismo. -dice Van.

- Es Mickel – dice Ian.

- Ya veo, El prisionero Mickel es alguien en quien confío profundamente por tanto liberadlo y traedlo ante mí. Como decís que descanse y está anocheciendo eso haré, pero mañana no será así. Espero que lo aceptéis. – sonrío.- Tratad bien a los prisioneros, mañana iré a verlos y tomaré una decisión. Del mismo modo mañana nos reuniremos todos los altos mandos para tomar decisiones. Eso es todo. Descansad.

- ¡Sí! – dicen todos a la vez.

- Tomáoslo con calma, habéis dormido más de tres días – dice Ian antes de irse.

Momentos después tocan a la puerta de mi habitación.

- Adelante- digo desde donde estoy sentado.

Estoy sentado en un banquito junto a la ventana, tengo las piernas sobre el mismo y miro a los felices ciudadanos de Canaan. Para evitar que salga de la habitación Van a dado la orden de que no se me de ropa hasta mañana. Por eso sigo desnudo, con una fina sábana cubriéndome. Me giro hacia la puerta y veo a Mickel. Está bien, se ve cansado, pero eso es todo. Ha entrado y cerrado la puerta tras él.

- Hay guardas en la puerta – me dice, puedo ver su alegría y sorpresa.

- Es normal, me protegen dado que soy su rey.

Me levanto y me dirijo hacia él. La fina sábana que me cubría se cae al suelo revelando mi total desnudez. Me aproximo a Mickel y sin poder evitarlo le abrazo.

- Te amo – me dice.

- Yo también.

Nos fundimos en un apasionado beso nos fundimos sedientos del otro. Mickel acaricia con su pulgar mis pezones y me dirijo hacia la cama. Mickel se coloca sobre mi y le quito su camiseta. El comienza a usar su lengua para jugar con mis pezones y mi miembro se pone erecto en respuesta. Me siento demasiado bien. Mickel baja repartiendo besos por mi cuerpo hasta que llega a mi miembro, donde usa su boca y su lengua para satisfacerme. Grito de placer y me corro. Mickel introduce un dedo por mi trasero y lo prepara. Le quito el resto de su ropa. Puedo ver su miembro erecto que nuevamente excita al mío. Lo introduce y finalmente nos fundimos en uno.

Tras una noche de placer, dormimos juntos y felices en mi habitación.

Finalmente llega el amanecer y con él un nuevo día. Me despierto con la luz del sol y veo a Mickel a mi lado. Aún está dormido, debe de haber estado muy preocupado por mí, pude verlo ayer en su rostro. Me dirijo al baño, me lavo la cara y tomo una ducha. Al salir me cubro con una toalla y abro la puerta de la habitación. Allí puedo ver a dos guardias a los que no conozco. Uno de ellos me da ropa que había sido preparada para mí. Entro y me la pongo. Es el uniforme del ejército de Rossbal. Está formado por un pantalón blanco largo, con botas blancas, una camisa negra y una chaqueta blanca con cintas y detalles en dorado. Salgo de la habitación y junto a uno de los guardias me dirijo hacia la reunión con los superiores del ejército. Dejo al otro guardia para que guía a Mickel cuando despierte.

Comienza la reunión y se me informa del estado general de todo. Acordamos varias medidas y planes futuros cuando llega Mickel. Va vistiendo el uniforme del ejército de Rossbal. Al verme se arrodilla y con una mano en el corazon pronuncia el juramento:

- Yo Joan Mickel Adams, juro servirte a ti y solo a ti David Listherter. Por este día y todos los que están por venir.

- Yo David Listherter, rey de Rossbal acepto tu juramento.

De esta forma Mickel se convirtió en mi primer y único caballero personal. De esa forma estaría por siempre a mi lado y renunciaría a lo que deba renunciar para ello.

Tras esto me dirijo al sótano a ver al resto de prisioneros, Mickel se ha colocado su espada a la cintura y me sigue a un paso de distancia. Cuando llegamos al sótano ciertamente ocurre algo inesperado. Los prisioneros resultan ser Dani, Cris y Alex. Mis antiguos compañeros de habitación y amigos. Parte de la élite del ejército del imperio.

Los secretos que ocultoWhere stories live. Discover now