Capítulo 16: sobrevive.

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Narra Mickel

David ha sido todo para mí desde hace tanto tiempo ya, que me cuesta recordarlo. A pesar de que se ha casado y tiene un hijo. No puedo dejarlo ir. No puedo evitar amarlo con todo mi ser y eso me provoca dolor, un dolor que no sé cómo parar ni qué hacer con él. Ha pasado una semana desde que se desmayó. Las heridas que le causaron las flechas mágicas eran más graves de lo que pensábamos. Todo el mundo está muy preocupado por él, al fin y al cabo es el emperador. Estoy desde el primer día en su puerta. No puedo entrar a su habitación, pero necesito estar a su lado. Dentro de la habitación están la princesa y el joven príncipe. De pronto comienza a escucharse jaleo en la habitación y entra el médico corriendo. Tras media hora dentro sale el doctor seguido de él. David, verlo después de tanto tiempo me provoca emociones que no estoy seguro de cómo debo afrontar. Lo veo irse con su mujer, la joven emperatriz y retoman sus deberes reales. Tras eso pasan tiempo con el joven príncipe como una familia feliz. He seguido a David durante todo el día, pero no hemos hablado ni una sola palabra. Finalmente, la noche cae y David comienza a caminar y a dirigirse a un lugar desconocido para mí. Llegamos frente a una puerta blanca que abre David con unas palabras mágicas. En el interior no hay nada excepto un extraño círculo dibujado en el suelo.

- Entra al círculo- dice.

Sin decir nada entro y me coloco en el centro como él me indica. Comienza a decir unas palabras que no logro comprender del todo y entonces dice:

- Mickel, ha llegado el momento. Es el fin, no puedo volver contigo, no me espera nada allí y aquí tengo familia y gente que depende de mí. Yo me quedo, pero tú no tienes por qué hacerlo, tu familia te espera. Normalmente la gente diría que no es un adiós sino un hasta luego, pero esto no es así. Es el adiós para siempre, pues al elegir esto no se me permite... no importa el tiempo se acaba. Mierda Mickel yo te...

No alcancé a escuchar nada más pues en ese momento me encuentro en un lugar demasiado familiar para mí. Es aquella facultad de medicina donde todo comenzó. Intento invocar mi magia, pero no puedo. He vuelto al punto de partida solo y nunca más podré volver a su lado, a su mundo.

Narra David:

Despierto después de cierto tiempo. Mis heridas se han curado como confirma el doctor. Retomo mis obligaciones como emperador y paso un rato mimando a mi precioso hijo. Todo este tiempo Mickel está junto a mí. Ha llegado el momento voy a hacer lo que debo, aunque eso rompa mi corazón y mi alma para siempre.

El sol ha caído y es noche cerrada, camino con Mickel por esos pasillos que no quise recorrer más. Coloco a Mickel en el círculo de transporte y digo el hechizo. En un minuto volverá a casa, al mundo del que partimos. Su mundo. Este es el minuto más largo de mi vida. Intento no decir nada y callarme mis sentimientos. No puedo al final no puedo y lo digo:

- Mickel, ha llegado el momento. Es el fin, no puedo volver contigo, no me espera nada allí y aquí tengo familia y gente que depende de mí. Yo me quedo, pero tú no tienes por qué hacerlo, tu familia te espera. Normalmente la gente diría que no es un adiós sino un hasta luego, pero esto no es así. Es el adiós para siempre, pues al elegir esto no se me permite... no importa el tiempo se acaba. Mierda Mickel yo te AMO.

No sé si llego a escucharlo todo, pero grité lo último con todas mis fuerzas con la esperanza de que le haya llegado.

De esa forma dije adiós a mi corazón para siempre y me preparé para salir de esa habitación como el emperador de Rossbal y cumplir con mi deber hasta el día de mi muerte. Solo espero que él sea feliz por los dos. 

Los secretos que ocultoWhere stories live. Discover now