El rey demonio (𝚃𝚘𝚍𝚘𝙱𝚊𝚔𝚞)

Capítulo 9 - Shouto

Katsuki avisó a los dragones que iba a viajar con Shouto y Kenta al mundo demoníaco, pero Eijiro no estaba en casa y Denki se la pasaba encerrado en su habitación, así que solo se despidieron de Mina y Hanta.

Después de que Shouto dejó a su hermano a cargo de los asuntos del reino, pudieron partir hacia el bosque. Katsuki, con las maletas en su espalda, cargó a Kenta y sujetó la mano de Shouto. Una enorme explosión se escuchó y pronto estuvieron de pie en un jardín repleto de pasto color oro.

Kenta miró a todos lados maravillado y se bajó de los brazos de su papi con emoción.

—Ya quiero entrar al castillo —dijo el pequeño.

—Vamos entonces —asintió Katsuki, luego, junto a Shouto comenzaron a avanzar mientras Kenta se adelantaba corriendo con prisa hacia la entrada.

Katsuki entró con su familia a ese lugar que, como siempre, tenía años sin visitar. Ordenó a un guardia que avisara a su abuela de su llegada mientras ellos se instalaban en el edificio.

Cuando la reina llegó, ellos ya la esperaban. La mujer se acercó a abrazar a su nieto, luego abrazó a Shouto y después centró su atención en el pequeño.

—Tus padres me dijeron que tenías un hijo. Estaba ansiosa por conocerlo —dijo la mujer con emoción —Ven a darme un abrazo cariño —dijo al niño.

Kenta se acercó a ella y la abrazó. La reina lo apretó entre sus brazos y luego lo alejó para agacharse frente a él.

—Te pareces demasiado a Shouto. Tu cabello, tus ojos. Oh, pero tu nariz es como la de Katsuki —la reina dio un leve toque en la nariz del niño —, y me dijeron que tu personalidad también se parece a la de mi nieto.

Kenta sonrió con orgullo, porque después de todo si había cosas en las que se parecía a su papi.

La reina se puso de pie —Vamos a sentarnos para platicar —dijo dirigiéndose a los sillones.

Shouto y Katsuki se sentaron en un sillón amplio y Kenta se sentó a un lado de Katsuki.

—¿Cómo le va a Ryuichi con el reino? —preguntó Katsuki.

La mujer sonrió con cariño —Semanas después de que el chico Mizura dejó a Ryuichi, intentó volver con él, pero mi nieto no lo aceptó; además, ya había iniciado el proceso legal para separarse y que su matrimonio fuera abolido —contó.

Katsuki se sorprendió —Vaya, consiguió un poco de dignidad —se burló —¿Y ahora que va a hacer? Estaba desesperado por conseguir una pareja.

La mujer volteó a todos lados, como si se estuviera asegurando de que no hubiera nadie más a la vista, y luego comenzó a contar en secreto —Hace un tiempo, durante uno de sus viajes, Ryuichi conoció a un esclavo humano y lo trajo al reino para salvarlo de sus captores. Me he dado cuenta por como lo trata y lo cuida, que el chico le gusta, pero aunque le pregunto no ha querido aceptarlo.

—Vaya, sí que cambió —dijo Katsuki aún más sorprendido.

—Papi, quiero ver como es el reino —pidió Kenta llamando la atención de Katsuki.

—¿Por qué no lo llevan a dar una vuelta en lo que yo organizo todo para una excelente cena? —preguntó la reina mientras se ponía de pie.

—Está bien, vamos a conocer este lugar —dijo Katsuki.

La familia salió junta a pasear por el reino. Katsuki se sintió más tranquilo. En el mundo demoniaco podía pasear libremente con Shouto y su hijo sin ocultar su relación. Aun había prejuicios contra los humanos, pero en estos momentos no había nadie que pudiera molestarlos, además de que él era un rey y podía ordenar que no los molestaran. Eso no era posible en los otros lugares de ese mundo, pero podían aprovechar ese viaje para descansar y pasar el tiempo como una familia libre.