"Y entonces, después de casi 100 años en este mundo, reconozco que no se nada aún de la vida, porque no había tenido el placer de coincidir contigo."
"A veces solo tienes que sostenerte a una fantasía para mantenerte en la realidad."
"Mi bajo autoes...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
El collar brillaba con mucha fuerza, regresándome las esperanzas.
Observé una pequeña "A" escrita en él.
¿Es todo? pregunté decepcionada.
Si, es todo.Me respondí a mi misma al día siguiente cuando desperté y el collar seguía con esa pequeña letra escrita en él.
Llevé el collar conmigo todo el día, lo miraba cada veinte minutos, si no es que cada diez.
Me recogí el cabello con desesperación mientras me sentaba en el sofá y miraba con enojo el accesorio.
—Vamos—muisté al collar—un número, un nombre, un lugar, dame algo, dámelo.
Era inútil.
Me sentía tan cansada y apagada mentalmente, que no podía levantarme del sillón.
Para mi suerte, tenía cerca un chocolate. Lo tomé y comencé a comerlo con desánimo.
Mi padre llegaría en cualquier momento y yo no tenía nada más que una letra.
Para mi suerte, el collar brillo levemente y alcancé a ver un "Aiden, Iriden".
No contuve la emoción y llamé a Keyleb para contarle lo ocurrido.
Él apareció en mi casa en menos de un minuto y comenzó a buscar en el gran libro del estudio de mi padre, a todos los "Aiden" que residían en Iriden.
—Debemos ir a verlos a uno por uno, y llevar el collar, para ver la reacción que puede tener frente al destino de Sarah ¿Crees que tu padre te deje venir?
Negué con la cabeza.
—Hace unas semanas le pedí llevarme a Inferian y se negó, dijo que era por mi estado de salud, pero más bien lo hacía para protegerme de la situación con Sarah y Meison. Si le digo de esto, probablemente dirá por qué no confié en él y se enojará, pero puedo intentarlo.
—No, creo que mejor es no decirle, probablemente suceda lo que dices, sigue siendo tu padre, a veces olvido eso.
-------------------------------------------------
Pasaron los días y mi padre no sospechaba nada.
Keyleb se ofreció a hacer todo el trabajo y le juré que algún día se lo pagaría.
Él en realidad estaba siendo el mejor de los hermanos hechiceros que pude haber tenido.
Regresaron mis síntomas y un doctor fué a revisarme a mi casa cuando mis padres insistieron en que faltara al Danzart.
Revisó cosas básicas como mis oídos, rodillas, estómago.
