Ghost Love.© (EDITANDO)

15. Enfermedad

Desperté en una habitación desconocida.

Todo tenía color blanco y celeste, hasta las sábanas de la cama en la que me encontraba eran blancas, impecables.

Miré un pequeño televisor frente a mi apagado y observé todo lo de mí alrededor.

Comprendí que me encontraba en un cuarto de hospital.

¿Pero por qué? ¿Qué me pasó?

Miré mi muñeca adornada por unos tubos, como los que comenzaba a sentir en la nariz.

La puerta se abrió y observé a una mujer bajita de aspecto amable y cabello grisáceo que llevaba una tablita y un bolígrafo en la mano.

—Buenos días—saludó y oprimió el bolígrafo para escribir algo- ¿Cómo te sientes?

—Asustada—respondí sin pensarlo y después agregué—débil, me siento muy cansada.

Apuntó algo y me sonrió como diciendo "Se nota que no tienes ni maldita idea de por qué estás aquí".

— ¿Quieres algo de comer?

Negué.

— ¿Quién me trajo aquí?

—Su novio señorita.

¿Mi novio?

— ¿Quién? Disculpe.

—Sí, un joven la trajo, pero tuvo que salir, dijo que regresaría pronto con sus familiares.

¿Mis padres ya están aquí?

— ¿Qué día es? ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

—Es 16 de noviembre, lleva dos días aquí.

— ¿Qué me pasó?

—Se desmayó señorita, la trajeron para realizarle unos estudios y saber el motivo.

Algo en mí no estaba bien.

—Si necesita algo no dude en llamarme, aquí está el botón—musitó señalando un botoncito integrado a la cama.

—Gracias.

Me sonrió y salió de la habitación.

Pasaron aburridos minutos y me dediqué a pensar en si alguien vendría pronto y cuando saldría de aquí.

Encendí el televisor y cambié los canales varias veces hasta que encontré una película que me llamó la atención.

Lamentablemente la había encontrado tarde y solo vi el final.

Seguí mi búsqueda por otra buena película pero la puerta se abrió y alguien entró.

Por algún extraño motivo no me giré a ver quién era, seguí mirando el televisor.

Unos labios besaron mi cabeza.

Deimon me sonrió.

— ¿Cómo te encuentras?

—No lo sé ¿Cómo debería estar? No sé bien que pasó.

—Estábamos hablando y te desmayaste, me asusté mucho y lo único que pensé fue en traerte aquí, hablé con tus padres y ellos vinieron en seguida.

— ¿Y cuándo podré salir de aquí?

 —Supongo que hoy mismo, era cosa de esperar a que despertaras.

—Y.... ¿Te identificaste como mi novio al traerme?

—No—sonrió— eso fué obra de ellos, yo jamás dije eso.

Me toqué la cabeza sintiendo presión en las sienes.

No sabía que era prudente decir.

Guardé silencio y me dediqué a observar el televisor.

-—¿No quieres hablarme?—Preguntó.

—No es eso.

— ¿Entonces que és?

—Ya no sé como hacerlo.

—Simplemente olvida todo lo que pasó, olvida lo que dije y que alguna vez hablamos de eso, olvida todo lo que te puede hacer sentir incómoda ahora.

—No es tan fácil, no puedo.

— ¿Crees que para mi lo és?

—Jamás dije eso—Contesté a la defensiva.

— ¿Prefieres que me vaya?

—Preferiría que no actuaras como si yo tuviera la culpa de todo esto.

—No lo hago.

— ¿Entonces por qué me siento tan mal?

— No quiero que te sientas mal por mí.

—Simplemente ya no hables de esto.

Se sentó en el sillón al lado izquierdo de la cama y se cruzó de brazos.

—Eres mi mejor amigo Deimon— dije sintiéndome culpable de nuevo.

—Y tu mi mejor amiga Mackenzie.

Cambié de nuevo todos los canales en busca de alguna película que nos llamara la atención. Cosa que no ocurrió. Por lo que optamos por pasar el rato cantando.

Esa misma tarde mis padres llegaron a recogerme, ya podía regresar a casa.

No había sentido larga mi estadía por eso de que estuve inconsciente la mayor parte del tiempo, pero aún al haber estado un par de horas consciente ahí, sabía que odiaba el hospital, no quería regresar ahí jamás.

Aún estaba muy débil, por lo que debía faltar al danzart al menos un par de días, sin contar el fin de semana,

Recibí visitas de Megan, Keyleb y Abbi.

Pregunté muchas veces a mis padres cuando llegarían los resultados de los estudios que me practicaron en el hospital, pero ellos cambiaban radicalmente el tema o contestaban con un simple "No lo sé".

Era demasiado obvio que estaban ocultandome algo, y eso sin contar que estaban de lo más sobreprotectores conmigo.

Solo estaban preocupados por mi, por lo que intenté que la situación no me afectara.

Pero nada de esto me daba buena espina, algo en mi estaba mal.

Había algo diferente, y no estaba segura de que era.