1. Extraña

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Déjame pretender que me importa atravesar esta situación que todos llamamos vida, detrás de máscaras y farsas

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Déjame pretender que me importa atravesar esta situación que todos llamamos vida, detrás de máscaras y farsas.

Con las mentiras piadosas que siguen siendo mentiras.

Y el sufrimiento inútil que sigue siendo necesario.

Déjame seguir viviendo, y teniendo la realidad que me corresponde. Donde nada es lo que es, pero todo es real.

Más agradecida no podría estar por el dolor que me otorgaste.

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Everedett, 2014.

¡Mackenzie!— gritó alguien.

— ¡Voltea, aquí!— miles de fotógrafos aparecieron.

Sonreí a las cámaras y traté de salir de ese lugar, pero había tanta gente que no me podía mover. Lo único que veía eran esos blancos y deslumbrantes flash, flash, flash.

Piensa, piensa.... ¿cómo salir de aquí?

Lo único que podía aspirar a hacer era quedarme ahí, hasta que alguien los distrajera.... ¡Eso!

— ¡Miren, Taylor Lautner!— mentí. Y todos esos molestos paparazzis me dieron la espalda.

¡Bien!

Entonces desperté....

Sí, así es, esta historia comienza igual que todas.

— ¿Soñando de nuevo con eso?—me pregunté a mí misma. Y después me recordé que no debía hablar sola.

Me levanté tambaleándome a causa del sueño, y volteé a ver mi reloj.

Ya era bastante tarde. Corrí al baño a lavarme la cara y los dientes. En realidad no me alcanzaba el tiempo como para un baño, ni siquiera uno muy rápido, de esos que implican no lavarse el cabello. Pero mi cabello seguía limpio del día anterior. Mackenzie aún estaba un poco presentable.

Busqué la ropa que me iba a poner: unos jeans de mezclilla oscura, una camiseta con estampado de alguna de mis bandas favoritas y mis usuales botines oscuros.

Mis uñas tenían esmalte negro, viejo y ya casi cayéndose a pedacitos. En realidad prefería que se cayera poco a poco antes de pintarme otra dosis encima.

Me parecía más saludable. Claro, sin contar que me costaba menos trabajo el que se cayera por sí solo.

Me vestí y cepillé mi cabello, lo recogí con un prendedor y bajé corriendo las escaleras.

Vi a mis padres y a mi hermana menor de 13 años, Bree, desayunando tranquilamente.

—Hola— dijo Isabel (mi madre, la mejor madre del mundo).

Ghost Love.© (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora