Ghost Love.© (EDITANDO)

Epílogo: Solo es el inicio.

El sol traspasaba los vitrales de la habitación principal del castillo.  

— ¿Discurso?

— Listo.

— ¿Collar?

— Justo en mi pecho— Señalé al brillante corazón oscuro.

— ¿Ensayaste el saludo, llevas tus zapatos de gala que elegí anoche?

— Absolutamente todo listo Señora, ¿Podría guardar la calma?— Pregunté riendo a mi madre— Estoy bien, estoy tranquila, todo está aquí, todo bajo control.

Todo esto de mi presentación ante Inferian tenía loca a mamá. 

Me acomodó el vestido, me arregló el cabello, y me sonrió.

  — Todo saldrá bien— Le afirmé.

Asintió.

Él se detuvo frente al marco de la puerta.

Me miró como solo él sabía hacerlo, volviéndome loca.

— ¿Te había dicho que eres la obra de arte más hermosa del universo?

Mis mejillas se sonrojaron.

Mamá sonrió y nos dejó solos.

Lentamente dirigió sus paso hacia mi acortando la distancia que nos separaba.

— Ya lo había escuchado antes— Contesté jugando.

— Hoy es tu gran día, y antes quería decirte lo... orgulloso que estoy de mi novia, de todo lo que ha logrado, y de quien és.

— Me gustaría tomar el crédito pero sabemos que soy quien soy gracias a ustedes, a mis padres, a mis amigos, a ti, a mi Meison.

— ¿Algún día dejaras de subestimarte?

— Jamás— Sonreí y me regresó el gesto.

Tomo mi cintura y se acercó.

  — Te amo Mackenzie.

— Te amo Meison.

— Por siempre y para siempre.  

Acercó su rostro al mío y me miró antes de cerrar los ojos para besarme.

— Lamento interrumpir, ya es hora—Dijo mi padre separándonos del susto. Estaba igual de emocionado, estresado y loco por todo eso que mamá.

Era hora de la verdad.

Tomé la mano del fantasma a mi lado, y caminamos hacia allá.

Podría contarles sobre como pasé de estar totalmente calmada a casi desmayarme en dos segundos. De como miles de criaturas me saludaron y me obsequiaron cosas. Y de como tuve que hablar en público y olvidar mi discurso, e inventar uno nuevo, un poco muy loco.

Pero prefiero hablar de como Keyleb encontró al Destino de Sarah.

De como los nordenlaits le perdonaron la vida al saber que tanto ella como Meison tenían destinos diferentes.

De lo diferente y nueva que era mi vida, con tantas obligaciones, tareas, clases, y magia.

De lo difícil que era no contarle a mi mejor amiga que ahora soy una bruja.

De lo mucho que extraño a Deimon, donde quiera que esté.

Y de como esta historia solo está comenzando, y lo anterior, solo es el inicio.

En el pasado, a la corta edad de 17 años, lo que sería mi destino me parecía incierto pero vagamente predecible. 

 Esperaba una vida imperfecta y llena de tropiezos, pero me topé con ese sentimiento momentáneo y satisfactorio llamado felicidad. 

Estoy nerviosa, siempre lo estoy, así que decido mirar sus ojos y recobrar el valor que se que debo tener. 

He recorrido un largo camino para darme cuenta de que sabemos que la vida no es más que vivir, por que en efecto lo es, pero tiene su majestuosidad, el hecho de habitar este universo y ser alguien al menos por un segundo de nuestras existencias, por una sola respiración. Valdrá la pena ese corazón roto si vas a volver a enamorarte. Y valdrá la pena esa cortadita en tu rodillas si te vas a atrever a jugar otra vez y seguir cayendo. Y seguir viviendo. Solo por vivir. 

He caído mucho en esta última etapa de mi vida humana. Pero he renacido en la magia que mis antepasados han inyectado en mis venas. Y agradezco el hecho de haber sido real y ahora ser inmortal.  

  Reconozco que aún no se nada de el enigma que es el universo, y que hasta el día de hoy no entiendo con exactitud el por qué estamos nosotros aquí, y que fue lo que nos trajo a ambos a coincidir en las experiencias pasadas y presentes lado a lado, lo trágico que pudo haber sido si mi corazón hubiera dejado de palpitar ese día.

 Nacemos con altas expectativas pero no todo es perfecto, e igual debemos comprender que lo imperfecto también lleva su belleza, y eso es lo que la vida misma para mi representa.