N° 35 Veliz, Juan

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El oficial Jerónimo Delgado se encontraba sentado en un banco del parque. Las áreas verdes estaban siendo caminadas por niños pequeños y mascotas disfrutando de su tiempo libre. Las aves y las risas tomaban lugar de protagonismo. Jerónimo descasaba ambos costados sobre el espaldar luciendo monótono.

Un hombre se acercó a él y se sentó a su lado sin ser invitado. Jerónimo no le dio importancia y desviaba la mirada. El chico suspiró y Su cabello negro cayó sobre su frente cubriendo parte de sus ojos,

— ¿Tu novia sabe que estas aquí? —Preguntó Jerónimo saliendo la respuesta.

—No —le respondió Andy—. Dices que puedes ayudarnos a escapar de la muerte.

—Sí —le respondió Jerónimo Delgado. Ninguno de los dos hacia contacto visual —, pero tú me tienes que ayudar a mi respondiendo mis preguntas.

—Trato hecho. —Dijo Andy apoyando su brazo en su regazo.

— ¿Qué sabes de las muertes? ¿Tienen algo que los identifique como una marca o siempre mueren de la misma forma?

—No —le respondió Andy observando a los niños mientras jugaban—, siempre mueren de forma diferente. Mueren por número de lista.

— ¿Porque uno logró sobrevivir? —Jerónimo recordaba que Rosallie había dicho algo sobre eso, pero no recordaba el que.

—Porque Emily se suicidó cuando le tocaba a Cesar, y él tomó su lugar y todo fue un desastre desde entonces. Todos intentaban matar a sus compañeros con la idea de darles más tiempo, pero de todas maneras iban a morir.

—Así es la gente, señor Andy, la gente es codiciosa y nunca es suficiente como para vivir. ¿Y usted porque quiere vivir?

—No me importa morir —dijo Andy—, quiero que Rosallie viva.

—Eso es algo muy noble, señor Abey.

— ¿Tiene otra pregunta qué hacer? —Preguntó Andy. El tiempo iba volando sin esperar a nadie,

— ¿Todos en su salón la maltrataban físicamente y mentalmente?

—Los de la clase 09 y yo. Y su padre.

— ¿Su padre? —Preguntó Jerónimo sorprendido.

—Sí —dijo Andy evitando verle—, la maltrataba y la violó antes de suicidarse. Vendió su alma a cambio de venganza. Un buen trato.

— ¿Y qué han hecho para evitar que asesine gente? —Preguntó el detective interesado.

—Le hicimos un funeral con todos reunidos, le pedimos disculpas y demás, pero nada sirvió.

El detective suspiró.

— ¿Señor Andy, le digo porque no funcionó lo del funeral? —Preguntó el detective sin esperar respuesta—. Porque no estaban todos juntos, Amanda había muerto cuando hicieron el funeral supongo, y muchos más. Ella no quería que dos personas se interesaran en su vida sino todos, además, no espera que acepte un perdón después de que el daño está hecho.

El detective tenía razón, pensaba Andy. Cuando los de la clase 09 discutían, todos estaban reunidos menos los muertos. O incluso los muertos podían estar con ellos, velando por ellos, esperándolos.

— ¿Entonces no hay salida? —Preguntó Andy decepcionado de su tiempo perdido.

—Nunca dije eso. —Respondió Jerónimo Delgado y por primera vez volteó la cabeza para ver a su compañero.

—Además de eso —siguió Andy—, hemos visitado a una supuesta bruja que podría ayudarnos pero no nos ha dado resultados.

— ¿Cómo se llama? —Le preguntó Jerónimo y volvió a los niños jugando con su mascota.

La Clase 09 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora