-No me lo puedo creer. –cerró la boca tras la sorpresa-. ¿Le llegaste a decir que buscara a otra chica?
Me mordí el interior de la mejilla.
-Sí, Sara, sí...
-Pero... ¿pero tú eres tonta? ¡Madre mía Melissa! ¿Él había estado haciendo de todo para volver a estar contigo y le dijiste todo eso?
-Sara, ya me siento bastante mal por mí sola, cállate. –espeté.
-Es que no lo puedo creer. No entiendo nada.
-Oye, te he contado todo esto porque después de lo que pasó no sé si ir o no ir a esa fiesta en su yate. No para que me des toda la charla. Céntrate en el tema principal.
-Dijo que fuéramos todos, no he sabido nada de él, y si te ha invitado es porque no le importa que vayas.
-Pero... ¿Y Carter?
-Dijo todos, sabe que irás con Carter, supongo que estará dispuesto a verte junto a él. Sabes como es Justin, nunca sabes por donde va a salir.
Y en eso tenía toda la razón. Nunca se sabe.
-Entonces... ¿voy?
-Como no te des prisa en arreglarte no.
Salté del sofá y fui a mi cuarto. Ansiaba, por más que no debiera, volverle a ver después de casi un mes sin saber nada de él. Estaba deseando verle en lo más profundo de mi ser.
-¡Mandale un mensaje a Carter y dile que venga a por nosotras! –le grité a Sara, mientras estaba metida, literalmente, en mi armario viendo que podría usar para esta esperada fiesta en ese lujoso yate.
Después de media hora, estaba completamente arreglada. Había optado por una falda algo alta y de vuelo de color negra, una camisa de tirante en un color crudo, algo así como dorado claro, brillante. Con un bonito escote en pico. Y finalicé el conjunto con unos estupendos tacones negros. Dejé mi pelo suelto con algunas hondas y me maquillé lo justo y necesario destacando, sobretodo, los labios.
Tal vez pasaría frío, pues ya estábamos en noviembre, pero como mi abuela solía decir: Para presumir hay que sufrir.
Sara también iba guapísima, con un vestido de color negro, y ambas, juntas bajamos corriendo las escaleras y montamos en el coche de Carter. Sara subió atrás y yo monte al lado de Carter, en el asiento del copiloto.
Carter me miró de arriba abajo y esbozó una diminuta sonrisa, aunque algo serio. Sabía lo poco que le gustaba asistir a los eventos de Justin. Sabía lo poco que le gustaba Justin, pero hoy era el cumpleaños de Trent.
Media hora después de trayecto llegamos a Long Beach, y con algo de trafico logramos entrar en el puerto. Aparcamos en coche cerca y pasamos por la pequeña cuesta que separaba el embarque con el yate de Justin.
Estaba absolutamente lleno de gente, y la música podría oírse desde bastante lejos.
Allá vamos.
Después de unos veinte minutos aproximadamente había saludado a todos mis amigos junto a Carter y había ido a saludar a algunas de las amistades de Justin, así como a la gente que ya conocía de vista por alguna que otra fiesta.
Fuimos a una parte del barco, más bien por el centro, donde se encontraba la gente charlando más animadamente. Aunque había de todo: un chico de piel oscura, a mi parecer con unas copas de más, había dado un gran salto y se había lanzado al mar. ¿A quien se le ocurre? pero si era pleno noviembre. ¡Con el frío que tenía yo! Un gran grupo de gente se asomo a verle mientras no paraban de reír.
