Capítulo 23

1.2K 91 15
                                    

                       AVISO                        

ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENAS DE CONTENIDO ADULTO.









—Hender no, es muy grande, apartalo — le exijo a Hender.

—No es tan grande, si va a entrar tranquila — él sigue sosteniendo esa cosa en su mano.

—Que no va a entrar, la va a romper y se saldrá y hará un desastre.

—Es una rata, Evyn. No un oso o algo así — Hender sigue sosteniendo la rata en sus manos.
No sé cómo una rata llego a mi habitación.

Hender y yo estábamos acostados en mi cama hasta que empecé a sentir algo subir por mi pierna. Pensé que era él pero vi sus manos atrás de su cabeza así que levante la mirada y vi aquella horrible rata en mi pierna, empecé a gritar y a saltar sobre mi cama. Creo que mi papá no está porque estoy segura de que mis gritos se escucharon en toda la casa.

Hender la atrapó y me mando a buscar una caja pero estoy segura de que si la mete ahí se va a escapar.

—Bueno, pero te la llevas bien lejos de mí —le entregó la caja y él se encarga de meter a la rata ahí. Luego la coloca en una mesita y monta un libro sobre esta.

—Listo —sonríe.

—Espera me un momento — voy al baño y busco un antibacterial.
—Toma — se lo entrego y él niega con la cabeza incrédulo. Se echa un poco sobre sus manos y se lo esparce —Mucho mejor, ¿verdad? — le sonrió y él alza una ceja.

No me da tiempo de reaccionar cuando se acerca y se abalanza sobre mí tirandome en la cama con él encima mio.

—¡Oye! —me quejo y le doy un golpe en el hombro.

—Miedosa —se burla.

—Oh, lo siento, encantador de ratas.

—Era una cosita pequeña, Gallagher.

Uy si, pequeñísima.

—Ujum claro —vuelco los ojos.

—Tu papá no ha de estar en casa porque con esos gritos que diste.

—Yo también lo pienso, Mary tampoco está.

—¿Mary? — pregunta confundido.

—Es como mi nana y ama de casa, Alex la conoció.

—No menciono nada — susurra y luego se queda pensativo — Así que, ¿tenemos casa sola? —alza las cejas varias veces y muerde su labio.

—Pues sí, creo que sí —le sigo en juego divertida.

—¿Qué quieres hacer? —él pasa una mano sobre mi mejilla.

—No sé, dime tú — se ríe por eso y me da un beso que gustosa se lo sigo.

Paso mis manos por su cabello para intensificar más el beso. Su lengua juega con la mía un rato y luego se separa para empezar a dejar besos sobre mi mandíbula y va bajando hasta mi cuello. Deja pequeños besos lentos y húmedos y yo cierro los ojos ya sintiendo ese cosquilleo en esa parte tan delicada que tenemos las mujeres. Él posa sus manos en mi cintura y las va subiendo poco a poco hasta llegar a mis senos, los acaricia e inevitablemente mis pezones endurecen por su contacto. Pasa sus manos hasta el broche de mi sostén y yo arqueo mi espalda para que pueda quitarlo, no tarda mucho en hacerlo y lo saca por debajo de mi camisa.

Sus besos continúan bajando por el centro de mi pecho y sus manos acariciando mis senos por encima de la camisa. Sin previo aviso empieza a besar uno de mis senos mientras con una mano estimula el otro. Ya la excitación es tanta que empieza a molestar.

Chica Mimada (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora