Capítulo 5

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Y aquí estoy, en uno de los baños de el club, empapada de bebida con Richard a mi lado.

—Puedo pedir que los saquen, si quieres —él sigue ayudando a limpiarme los brazos con papel y yo me limpio el rostro.

—Solo quiero irme de aquí ya, no quiero pasar toda la fiesta así de empapada —me señaló.

—Sí te sirve de algo, te sigues viendo hermosa —él se acerca y me da un beso en la mejilla.

—Gracias, pero tampoco quiero pescar un resfriado —saco una liga de mi cartera y me recojo el cabello.

Juro que Hender me pagará esta, lo juro.

—¿Puedes llevarme a mi casa? No traje mi auto —veo que él asiente y termino de limpiarme para salir del baño.

Nos dirigimos a la salida y espero un momento a que él hable con unos amigos y luego se acerca a mí.

—Vamonos —él me agarra de la mano y nos encaminamos a su auto.

Llegamos a este y él me abre la puerta de adelante y yo le regaló una sonrisa, esperando a que él entre al auto para irnos a mi casa. Le doy la dirección y él empieza a manejar hacia allá.

—No puedo creer que la noche terminará así —habla Richard después de un rato.

—Lo sé —bufo con molestia mientras aprieto mis brazos contra mi.

—Si quieres mañana nos vemos cuando salgas del colegio.

—Me parece bien, aunque te estaré avisando — él asiente y nos mantenemos callados todo el camino.

Pensé que esta noche iba a ser toda una maravilla pero no fue así, y todo por culpa de Hender. Realmente ese chico quiere guerra y por mi parte se la acepto, esto que me hizo no se va a quedar así como así, esta muy equivocado si cree eso.

Es que lo odio, es tan inmaduro. Echarme una bebida encima ¿en serio? Pero ya planeare algo para él mañana.

Llegamos a mi casa y veo que mis padres aún no han llegado lo cual agradezco porque no tengo ganas de dar explicaciones ahorita.

—Bueno, nos vemos mañana — me despido de él y me quito el cinturón de seguridad.

—Me escribes cualquier cosa —yo asiento y nos acercamos poco a poco para luego darnos un pequeño beso —Necesito que sigamos lo que no pudimos en el club —susurra en mis labios y yo medio sonrió para luego darle otro pequeño beso y bajar del auto. Me despido con la mano y me dispongo a entrar a mi casa, escuchando como el auto de Richard arranca y se va.

—Evyn, ¿qué te paso? —Mary hace acto de presencia con su pregunta y con la nariz arrugada.

—Mal día, mala noche, mal todo —es todo lo que alcanzó a decir y me dispongo a quitarme los tacones y cargarlos en una mano.

—¿Quieres que te prepare un té de menta y unas galletas de avena? — ella sí que sabe como alegrar mis días malos. Yo asiento con una sonrisa y ella se va a la cocina mientras yo subo a mi habitación a darme un baño.

Dejo los tacones en el armario y pongo la cartera sobre la cama. Saco mi pijama de panda y unas bragas y las dejo sobre la cama para entrar al baño. Me quito toda la ropa empapada y entro a la ducha. Me doy un baño rápido y me lavo el cabello.

Salgo de allí y me pongo mi pijama con mis pantuflas y bajo a la cocina en donde se encuentra Mary.

—¿Qué pasó? —ella pone el té y las galletas en la mesa y yo me siento.

—Resulta ser que el trágico amante de mi tía es el padre de un chico al cual odio demasiado llamado Hender. Luego de esa cena me fui a un club para encontrarme con un amigo, que por cierto a ese club me llevo el idiota de Hender obligado por su padre. Bueno, estaba bailando y una chica me lanza su trago encima y resulta ser que el verdadero culpable fue Hender, pero vaya que no sabe con quién se metió, mañana me las va a pagar —agarro una galleta y la muerdo con rabia mientras Mary niega con la cabeza divertida.

—Y por pura curiosidad, a ese club al que fuiste, me imagino que tus padres te dieron permiso — ella me mira con una ceja alzada y yo tomo un sorbo del té y miro hacia otro lado.

—Vamos Mary, sabes que no me dejarían. Mi padre por su sobreproteccion y mi madre por lo que dirá la gente de su única hija ebria en un club.

—Tienes que dejar de hacer ese tipo de cosas, Evyn. —ella niega con la cabeza. —Quedarte en tu casa tranquila, con tus amigas.

—Sí, claro —murmuró y sigo comiendo mis galletas.

La única persona a la que le cuento todo es a Mary, confío en ella más que en nadie, ni siquiera en mis amigas. Mary me aconseja, me regaña cuando es debido, me consiente y la verdad es como una verdadera madre. Lastima que así no es mi madre.

Escuchamos la puerta abrirse y las voces de mis padres hablando mientras entran a la casa. Escucho que mi madre le dice a mi papá que va a subir a su habitación y mi padre se dirige hacia acá. Cuando me ve frunce el ceño.

—¿Tú no estabas con tus amigas? —se cruza de brazos.

—Sí, pero ya mi amiga se sentía mejor y decidí venir a mi casa. Nada mejor que el hogar —puro y vil sarcasmo.

—Estoy de acuerdo —él asiente y me roba una de mis galletas — Qué ricas Mary.

—Son mías, buscate las tuyas —agarro el plato antes de que él me quite otra. — ¿Y los trágicos amantes?

—Él se iba a quedar allá con su hijo, ese chico no habla mucho y el otro es muy raro —raro no es la palabra que utilizaría para describir a ese idiota, pero es validad. —No tenia mucha confianza en que te llevará pero ya que estas sana y salva, se que lo juzgue muy rápido — Sí,  claro, mi padre es tan ingenuo —Aunque con eso de que lo botaron de su antigua escuela tampoco me fio mucho de él.

—Ni lo hagas, porque me cae muy mal.

—¿Y a ti quién te cae bien? —se burla mi padre y yo abro mi boca ofendida, aunque sea cierto.

—Pues algunas personas, por ejemplo Mary —la señaló.

—Por cierto el fin de semana tenemos que ir a otra cena con tu tía y su amigo. —me atragantó con el té.

—¿Por qué? —frunzo el ceño.

—Quieren hacer más formal la relación o algo así. —él parece recordar algo y me ve — Mañana necesito que te quedes en el colegio después de clases.

Por un demonio, lo que me faltaba.

—Como presidenta de tu clase tienes que hacer una lista de las personas que quieran formar parte de los preparativos de el baile de graduación.

—Pero si todavía falta —me quejo.

—Sí, pero es mejor comenzar a hacerlo desde ya, y no acepto quejas —me apunta con su dedo y yo me cruzó de brazos molesta. Él se empieza a ir pero voltea a verme — Por cierto, Hender Cox te ayudará con eso, ayer se ofreció como voluntario cuando se lo nombre —y antes de que pueda decir algo el sale. Cobarde.

Ya nada puede ser peor, en serio.

¿Qué opinan del papá de Evyn? A mí se me hace muy gracioso.

Besos de Arequipe.

Chica Mimada (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora