Capítulo 28: Y ahora en primera persona

31.3K 3.5K 847
                                    

Luego de salvar mi propio culo unas dieciséis veces seguidas comenzaba a creer que este asunto no tendría fin, y que no era nada más que una maldita niña malagradecida. ¡Mi pasado yo podría haber dicho algo al menos! ¿Esa cría tenía idea de cuántas veces nos habíamos interpuesto entre ella y el sucesor para darle tiempo de escapar? Y el maldito cobarde, cada vez que habíamos llegado a divisarlo, había desaparecido para pasar a la siguiente ocasión en que intentaría matarme. ¿Acaso nadie tenía modales cuando era cuestión del maldito asesinato? Me daban ganas de alcanzarlo solo para gritarle reclamos por un poco más de educación.

Comprobé la hora en el pequeño reloj colgando de mi cuello antes de vaciar otro de los viales que quedaban de James, sin esto hubiera quedado fuera de juego hacía un buen rato. Era deprimente experimentar cada maldita tragedia desde otro punto de vista, escuchar a los gritos de todos los cambiaformas que habían muerto para que yo pudiera sobrevivir. Me sentía enferma. Era bastante miserable. ¿Tanta sangre había sido derramada para evitar la mía? Sinceramente, había perdido la cuenta de cuántas veces Robin me había pedido perdón por hacerme revivir estas situaciones. ¿Y era mi imaginación o su piel comenzaba a perder color cada vez más? ¿Cuánta magia podía hacer un brujo sin extenuarse por completo?

—¿Te sientes bien? —pregunté.

—Perfectamente. ¿Por qué sería diferente?

—Escúchame, soy la reina de pretender estar bien cuando en realidad me siento para la mierda. Créeme, he dado exámenes orales con resaca.

—No muy responsable de tu parte.

—Creí que habíamos acordado que no era conocida por ser responsable. Estás utilizando demasiada magia.

—Cuando esté por desmayarme te lo haré saber.

—Apreciaría si no nos dejas varados en medio del pasado.

—No es como si pudiera controlarlo.

—Eso no es mi alentador.

Suspiré, si perdía el conocimiento por esto lo haría reaccionar solo para matarlo. Aunque, pensándolo mejor, ese tampoco era un buen plan ya que quedaría varada en el pasado. Tendría que vigilarlo más de cerca. Extrañaba a Holland, si esa chica estuviera aquí seguramente estaría de mi lado. Pero se trataba de algo demasiado peligroso lo que estábamos haciendo, jamás la haría correr un riesgo semejante, y Robin había sido bastante claro al decir que si no me necesitara tanto yo no estaría aquí.

—Al contrario, es bueno, muestra que te preocupas por mí —dijo Robin sonriendo.

Lo miré sin responder. Lo hacía, demasiado, lo suficiente como para querer que nada quitara esa sonrisa de su rostro. Él no podía ser el mismo guardián que nos habíamos cruzado en el Thief, porque me negaba a aceptar lo que eso significaba. Tal vez lo había malinterpretado toda mi vida, tal vez él siempre había estado para salvarme y no para matarme, pero de todos modos no deseaba lo que le esperaba. No me sorprendía que no quisiera hablar sobre el asunto. ¿Qué estaría pensando? Tenía que haber un modo de cambiar el futuro, me negaba a creer que no tenía control sobre este. Quizás Robin no pudiera hacer nada porque el tiempo lo mataría si rompía las reglas pero yo no estaba sujeto a ese maldito trato. Maldita sea, era una Loksonn, si alguien podía mandar al tiempo al diablo y hacer lo que se le antojara era yo.

—Lo repito, los brujos tienen un ego demasiado grande.

—Y los cambiaformas se toman demasiado en serio eso de demostrar sus sentimientos con mordidas. Tienes que decirme qué significa según el lugar.

—No es tu asunto.

—Ya me has mordido tres veces.

—Dos bajo efecto de drogas.

Ni lo pienses (Trilogía Nina Loksonn #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora