Lady Amy #3

Capítulo 30: "Descubriendo el pasado"

Tercera persona

"Mi vida es un infierno atrapado y aferrado por un anillo de bodas que me ata a una mujer insensible.
No tuve muchos momentos felices en mi vida pero me mantuve firme para apreciar cada uno de ellos, y no decaer en aquellos que me desagradaran.
Me hace falta mucha perspectiva, aún en mi edad adulta siento que me falta mucho por vivir, que no he experimentando todos los sentimientos en su amplia gama de posibilidades, tan inusitadas como mi propio pensamiento. Creo que debí pensarlo dos veces antes de lastimarla. Heridas, las mujeres son individuos indomables, infernales, sus sentimientos se convierten en un embrollo que termina por explotar letalmente todo lo que pudiese estar cerca. La debilidad de todos los hombres también es la perdición de éstos, con esto me refiero a ellas, Shakespeare lo dijo una vez y no se equivocó.

Mis energías habían fluído y la tentación había sido como un arroyo de serpientes como lo que había impulsado a Eva a morder la manzana del pecado.

Blanche de Lebrere; mi esposa; mi "amada" esposa y la mujer más letal que podría haber conocido. Cabía destacar que mi infeliz vida era suficiente razón como para demostrar otra realidad ante mis hijos; mis hermosas creaciones, mis concepciones más preciadas y quizás, una de las pocas cosas buenas que he hecho en mi vida. Sobre todo Amanda, mi más perfecta joya pelirroja, sé que conocer la verdad la lastimaría mucho, por ende, he decidido por mí mismo ocultársela hasta que cumpla los dieciocho años. Está a algún tiempo de eso pero los años pasan tan rápidamente que muy pronto tendrá dieciocho y yo, como padre, deberé contarle la verdad. Una verdad que no me enorgullece, en serio que no, pero el resultado de mis acciones derivaron a una cosa extraordinaria y en varias desgracias"

Amy frunció el seño. Realmente no entendía ese párrafo, sus sentidos estaban confundidos, jamás había sido buena para la poesía y las metáforas, pues renocía que muchas veces no las comprendía. ¿Un secreto que sólo podía ser contado hasta los dieciocho años? De sobra se sabía que su padre no había podido contarle, por obvias razones.

Rara vez le había tocado vivir una situación tan confusa.

Intentaba dedudir la idea que daba ese párrafo; su propio padre la había escrito. Hablaba de un matrimonio infernal y desagradable, ¿él no había sido feliz con su madre? ¿cómo podía ser si siempre había demostrado lo contrario? ¿No la amaba? ¿Siquiera alguna vez la había amado?

Pero sobre todo, ¿qué era ese importante secreto del cual hablaba? ¿Por qué ella no podía saberlo?

Las preguntas llegaban una tras otra a su mente, la torturaban incesantemente al no hallar respuesta a dichas dudas. No podía evitar pensar que su padre la había engañado, le había ocultado algo de suma importancia y la peor parte, es que no sabía qué.

Su cabeza era una marea de preguntas y reflexiones; era mucha presión para ella.

Ese párrafo era el último de una de las primeras páginas. Las demás describían un casamiento forzado, una matrimonio poco dichoso y dos hijos varones. Pero no hablaban de ella aún hasta ese párrafo. Le daba miedo tener que pasar la página, es decir... ¿por qué debería? Si se suponía que era una verdad dolorosa para ella, ¿por qué causarse ese dolor?¿por qué hacerlo?

¿Su honor y su obediencia podían valer tan poco?

Pero... su padre valía mucho más que su miedo, esto podría revelar las cosas, mostrar un camino y algún indicio que la llevase a descubrir qué le había ocurrido.

Debía hacerlo por él.

Sí.

No.