Capítulo 3: "La revelación"

3.4K 341 14
                                    

Una semana después
Tercera persona

Al abrir los ojos en lo que único que podía pensar Amanda Charwood era que esa noche, sería su debut ante la sociedad. Una mezcla de sentimientos se agolpaban en su corazón, y sobre todo, en su cabeza; el echo de no conocer lo que sucedería dejaba en ella una sensación de insatisfacción que no sabía como calmar. Pero había una cosa más a considerar, y era que su experiencia en los bailes era casi nula... ¡bien!, completamente nula. Jamás había asistido a uno.
¿Quién lo diría? Ella siendo sumisa y acatada, claro que no sería tan fácil como su madre se lo imaginaba, después de todo, ella nunca lo había sido.

Por más vueltas que le diera al asunto, Lady Amanda no dejaba de convencerse que esa sería una noche en la que ella brillaría y le demostraría a su madre, todo lo que podría hacer, sus encantos, su personalidad, todo saldría a relucir esa noche y debería de ser una buena experiencia. Se consagraría una beldad si lograba agradar a muchos, presentarse con elegancia, atraer pretendientes...
Estaba tan nerviosa que sus manos le picaban, tan nerviosa como cuando su padre, al que tanto había querido, había muerto, hacía solo unos pocos meses. Pocas veces había sentido verdadero dolor; pero jamás como aquella vez, había sido horrible encontrarlo allí, tan tieso y blanco, por que Amanda lo había encontrado y la perturbación que sentía aún dejaba entragos. Su padre siempre había sido muy amoroso con ella, su muerte la había destrozado tanto...
Todavía lo recordaba con cariño, al verlo se acercó a él silenciosa pues primero pensó que estaba dormido,
recargado en una de las sillas del comedor pero la comodidad era algo que su progenitor priorizaba mucho entonces estaba extrañada. Se aproximó a él y vió que tenía los ojos abiertos, rígidos y horriblemente pulcros, miraba a un punto fijo en el techo vacío y su mueca era perceptible, su boca torcida expresaba horror, sorpresa, angustia y todas aquellas emociones que Amanda no soportaría describir. No olvidaba el grito que desgarró su garganta esa noche, pidiendo ayuda y los eacalofríos que habían recorrido su cuerpo al comprobar lo que temía.

Unos golpes en la puerta la sacaron de sus tristes pensamientos- Milady, ¿ya se ha levantado?- Preguntó una voz tímida detrás de la puerta.

-Si Camille, pasa- Contestó, alzando la voz. Detrás de la puerta apareció la sirvienta morena, de ojos negros y cabello intensamente marrón.

Traía un pequeño recipiente con agua y de él, colgaba una toalla blanca, el cual dejó sobre una mesa.

-¿Qué desea ponerse hoy mi ama?- Abre el armario y sacando algunos vestidos de él, sugiere- Podría ser el nuevo vestido blanco que madame Shatteu le ha obsequiado... o quizá el rojo que tanto le gusta...- Nombró.
Camille era, desde hace algunos años, su sirvienta de confianza, además de hacer de su dama de compañía en muchas ocasiones.

Amanda colocó su mano en su barbilla, minutos antes había abierto ella misma los ventanales y observó el sol tenue de la mañana, un viento apacible, solo algunas nubes deformes bloqueaban la vista hacía tan azul cielo; pareció pensarlo- Tráeme el verde se seda fina Camille- Le indicó. Amanda era una mujer de pensamientos variados, a veces complejos, otras veces sencillos, creía que si, el día le parecía poco bonito, un vestido alegre le haría cambiar la perspectiva.
Camille guardó los demás trajes en el armario, mientras su ama se quitaba el holgado y fresco camisón color crema con el cual había dormido.
Le ayudó a colocarse el corsé con una armazón poco amplio y el vestido, cuidadosamente.

Cepilló su cabello por unos minutos, en los cuales se mantuvo en silencio y pensó en lo que se pondría el día de mañana en el baile, aunque siempre le platicaba.

***
Amanda

Bajé los escalones cuidadosamente, cuando oí los fuertes golpes en la puerta de entrada. Trastabillé un par de veces en las cuales tropezé y casi caigo. Un sirviente se aproximó a abrir, dejando ver en el portal, un hombre canoso de traje, llevando un maletín viejo y raído que reconocí de inmediato.

Lady Amy #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora