Siempre me ha pasado que la soledad me hace sentir relajada y calmada, prefiero estar en mi casa encerrada en compañía de mis cigarrillos que hacer otra cosa, y eso empecé a hacer, ya habían pasado al menos 2 meses donde iba a la universidad y volvía a la casa sin querer ver a nadie más, en ocasiones le contestaba a Lorna la cual desde que empecé a actuar de tal forma se volvió una intensa completa, pero a ella le aguanto y le perdono eso, aunque ya antes se lo había hecho pero no por tanto tiempo, de vez en cuando pasaba por mi casa y me pedía que saliera con ella a beber y bailar pero ni para eso tenía ánimos.
Llegó un mensaje a mi teléfono y lo tomé.
''Hoy así no quieras iré a tu casa y te sacaré aunque sea a tomar el sol, maldita lunática'' Lorna.
Reí con lo que me había dicho, quizá si me estaba comportando como tal, pero de todos modos a mi me gustaba ser esa loca lunática como ella me llamaba, quizá moriría siendo así porque desde pequeña tuve problemas para relacionarme con la gente, luego medio deje esa costumbre estando con Eduardo, porque antes de empezar a tener algo con él, también era uno de los tantos que me molestaba en el colegio.
Flashback
Estaba saliendo de mi salón, no era de esas chicas populares, me gustaba estar sola o con Lorna pero ella no había ido ese día, siempre detesté a Ashley, era la más ''popular'' del colegio y de por esto también habían muchos rumores, todo su grupo era grande y solían ofenderme, yo nunca decía nada, la única que hacía algo por mí era Lorna.
-Ahí va la rara – Dijo Ashley al verme y yo solo rodee los ojos – A mí no me mires así imbécil – Dijo acercándose a mí y tomándome del brazo. Sentí como todos se quedaban mirándome y entre ellos unos ojos verdes grandes y hermosos, su nombre era Eduardo, era uno de los del grupo de Camila pero siempre me llamó la atención aunque fuera un cretino como todos ellos.
-Suéltame babosa – Dije empujando su brazo y no lo podía creer yo jamás había sido capaz de responder algo, pero realmente eso se había acabado, estaba cansada además no siempre tendría a Lorna para que me defendiera.
-Ay ahora es arisca la rarita – Dijo riéndose y vi como la sonrisa de Eduardo se abría al escuchar lo que esa imbécil había dicho, al parecer no era tan diferente a todos ellos.
-Pues sí, ahora déjame en paz perra – Ni yo creía esas palabras que salían de mi boca, pero al decirlo sentí como tomaba de mi cabello y me botaba al suelo, luego me pegaba una patada.
-No soy ninguna zorra ¿Me entendiste? – Dijo riéndose, realmente no sabia que hacer, quede en estado de shock sin poder responder, ya había logrado responderle pero llegar a golpearla era algo más fuerte. Vi como levantaba su pie para volver a golpearme pero en ese momento alguien se interpuso en el camino – Quítate de ahí Eduardo – Dijo ella ordenando.
- No me voy a quitar Ashley – Dijo el retándola – No tienes que golpearla, no te pases – Dijo mirándome.
- Ayyy tan tierno ¿ahora estas de parte de la basura? – Dijo ella.
- Pues sí, ¿cómo te parece? Una cosa es que te burles y otra que la golpees, no seas idiota – Dijo ofendiéndola a lo cual al parecer a ella no le gusto y lo abofeteo – A mí tampoco me golpees babosa – Dijo empujándola un poco y el resto del grupo se metió.
- Anda imbécil, vete con esta y defiéndela – Dijo dándole la espalda y marchándose, Eduardo se tomó del cabello como gesto de desespero y me miro.
- ¿Estás bien? – Dijo hacía mí.
- Si, gracias – Dije sobándome el estómago.
