Capitulo dieciocho

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Di una última vuelta frente el espejo mirando el vestido girar, estaba decentemente linda, lo suficiente para no querer llorar y para que Alexis me diera cinco cumplidos en doce minutos, era un simple y lindo vestido pegado en la cintura y se soltaba al llegar a la cadera dejando suelta la parte baja que me llegaba arriba de las rodillas pero recta, tenía mangas hasta los codos y escote en cuadrado, era de un azul oscuro y aunque fuera simple me gustaba, rice todo mi pelo y lo organice con clips dejando una media cola de caballo en la parte de atrás y el resto suelto, maquillaje simple, sombras claras, pestañina y delineador haciendo resaltar mis ojos, brillo rosa y un poco de rubor sin exagerar, osino quedaría como una manzana, una horrenda manzana

-los dejaras con la boca abierta- susurró Alexis detrás mío mirándome por el espejo

-eso espero- susurre de vuelta nerviosa, tome el blazer negro y mi bolso, Tom llegaría por mí dentro de poco- aunque no tengo nada de especial

-no, estas simple pero sexy y ese es tu don- me señalo con el dedo índice de forma maternal, Al era la mejor amiga que uno pudiera pedir- solo no te acuestes con él- a veces...

El sonido de mi celular nos interrumpió anunciándome que Tom había llegado, le dije que no timbrara ya que llamaría la atención de Terry y tal vez Ian, aunque no sabía si él estaba aquí. Baje las escaleras procurando no caerme ya que mis tacones eran enormes tratando de hacerme ver más alta, era horrible ser bajita, me puse el blazer y acomode mi cabello antes de abrir la puerta para encontrarme con los ojos marrones de Tom, el cual levanto la mirada de su celular para luego sonreírme

-te ves bien Bomer- me dijo dándome un beso en la mejilla- aunque creí te pondrías más mamacita pero me conformo

Pretende que eso no te ofendió, pretende que tu ego está intacto Kaey

-gracias- murmure sarcástica mirando a Alexis que cerraba la puerta detrás de ella al salir, llevaba una sudadera y un moño mal hecho pero aun así se veía hermosa- lo mismo digo, creí que mi pareja sería más... atractivo

Él rio a carcajadas poniendo una mano en mi brazo, con mis tacones era igual de alta a él, lo cual me alegro un poco, ya no me vería tan enana y eso siempre era bueno

-Tom- murmuró el chico a Alexis que estaba parada a unos pasos de nosotros pretendiendo mensajearse con alguien pero yo sabía que en verdad trataba de verse interesante

-Alexis- le estrecho la mano mi amiga- espero la cuides esta noche y no quiero que vuelvas después de las doce

-si mama- alargue las palabras con burla sonriéndole

-estaré en el centro comercial, si necesitas algo me llamas- dicho esto se alejó calle arriba dejándonos al castaño y a mi solos, le sonreí y con una educada reverencia me dejo pasar para luego abrirme la puerta y dejarme entrar, cosa que fue un gran reto por mis tacones, dios odiaba odiar ser bajita

La entrada era hermosa y desesperante, un camino de piedra que solo me hacía doblar los tobillos por los huecos y resbalar, aunque era más hermosa, antorchas adornando el camino a la entrada, pétalos de rosa dirigiendo el camino y la luz de la luna combinándose con la luz de la carpa abierta al fondo, era enorme y alta, varias mesas rodeando una pista de baile, y otra mesa larga al frente de esta, camareros y gente bien vestida por todas partes, baje la mirada a mi atuendo, tal vez no era el mejor y ahora me arrepentía de tratar de ir simple, caminamos a la tienda que era enorme, el pasto tapado era una especie de piso raro de madera, las mesas con lindos delantales blancos y dorados, un adorable adorno de flores azules y blancas en el centro y chocolates esparcidos, cuando caminamos al lado de una mesa tome uno con disimulo y lo guarde en el bolsillo del blazer, Tom nos dirigió entre la personas a la larga mesa con unos ocho puestos, en el centro estaba la misma mujer de la parrillada con un vestido plateado y dorado muy lindo, su pelo castaño en un raro peinado como un moño, las canas habían desaparecido y ahora una radiante sonrisa adornaba su rostro mientras le daba un beso a su hijo en el cachete, sentado al lado izquierdo de su silla había un hombre con pelo negro, debía ser el novio

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