(1) Descubriendo Sentimientos

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Abrí los ojos al recibir el peso de mi sobrino Fabián sobre mi.  Fabián; hijo de mi hermana mayor Adrianna y su esposo Alejandro. Este niño apenas contaba con tres años y ya tenía a todos comiendo de su mano.  Su tez trigueña y sus ojos verdes, lo hacían aún más encantador.

"Tití, me vás a llevar al parque?"me preguntaba Fabían moviendo su cuerpecito de encima de mi y comenzando a saltar sobre mi cama.

"Seguro, luego que desayune y me prepare." le prometí mientras me levantaba de la cama y me dirigía al baño.

A mis dieciseis años estaba acostumbrada a ser despertada repentinamente y por cualquier miembro de mi familia, o sus amigos cercanos.  Mi casa nunca estaba vacía; considerando que vivo con mis padres y mi hermano mayor Adrián; que mi hermana y su esposo viven a solo cinco minutos de aquí; y que las mejores amigas de mi madre, Sofía y Luisa, junto a sus respectivas familias, siempre estaban en mi casa.  La mayoría de las veces, esto era peor que un manicomio.

Luego de lavarme el rostro y los dientes, salí del baño para tropezar con alguien; quien inmediatamente, me sostuvo para que no cayera al suelo.

"Andando un poco despistada Isabella?"

Aún con aquellos brazos sosteniéndome, levante la mirada para encontrarme con el rostro de Ezequiel.  Mi corazón intentó salir de mi pecho y una sonrisa se pintó inmediatamente en mi rostro.

Ezequiel es el mejor amigo de mi hermano Adrián. Ambos cinco años mayores que yo, y estudiantes universitarios.  Desde pequeña vivía enamorada platónicamente de él. Sus ojos marrones, su pelo castaño, su cuerpo; hacían que mariposas volaran en mi estómago cada vez que lo veía.

Puedo asegurar que no le soy indiferente, pues muchas veces lo he sorprendido mirándome de una forma diferente, y desde pequeños, él es quien siempre me ha defendido.  Un detalle es que, todos siempre me han visto como la pequeña Isabella, la niña que todos cuidaban por que era la bebé; o mi chiquita, como me llaman aún mis padres y mis hermanos.

No es fácil cuando tu hermana es doce años mayor que tú, y decidió al tener dieciocho años, irse a vivir con su novio.  Para mi papá fue una experiencia un poco difícil y soy yo quien a veces pago las consecuencias de lo que ella hizo.

"No, no lo creo.  Voy a cuidar de Fabián.  Porqué la pregunta? A caso Viviana se cansó de verte el rostro?" le pregunté mientras me volteaba para ir a mi cuarto.

Viviana y Ezequiel llevaban tres años juntos.  Si Viviana es hermosa? No hay duda.  Parecía una modelo y era una mujer muy brillante. Jamás me podría comparar con ella.

"No se cansó, pero tenía planes con su familia." respondió Ezequiel mientras me sostenía por mi brazo.

"Que mal te va mi amigo.  Suerte buscando en que entretenerte.  Sabes que las puertas de esta casa siempre están abiertas.

"De eso no tengo duda.  Solo buscaba a alguien con quien compartir hoy.  Adrián está tan envuelto con los preparativos de su boda, que se ha olvidado de su mejor amigo." decía mientras se reía.

"Y de su hermana también.  Angélica lo tiene tan envuelto con los preparativos, que es un milagro que asista a sus clases."

"Puedo acompañarte a cuidar de Fabián? No quiero quedarme a escuchar conversaciones de los mayores"

"No tengo ningún problema. Te espero en la cocina; el desayuno debe estar listo."

Dando media vuelta, continué hasta mi cuarto, poniéndole seguor a mi puerta.  Ya he pasado momentos bochornosos por dejarla sin seguro, así que la lección la aprendí muy bien.

Amor ClandestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora