3. Amor a primera vista

36.5K 1.3K 85
                                    

Justin Bieber.

¿Han oído del amor a primera vista? Un millar de veces. Fueron un millar de veces las que escuche de él, siempre creí que era un mito antiguo del que muchos hablan pero ninguno ha visto o sentido, como las sirenas. Son tantas las películas que se basan en ello, y de maneras tan distintas que el tema ya está distorsionado, confuso. Tuve la fortuna de haberla visto, al contrario de ello mi vida seguiría estando vacía. Al momento de vernos algo estallo sobre nosotros haciéndonos uno solo, es como si hubiéramos estado toda nuestra vida buscándonos, por lo menos yo sé que la he estado buscando toda mi vida. Son esos ojos grises con los que he estado soñando millones de veces inconscientemente, siempre fue ella. Y por un momento pienso, siempre será ella, pero suena muy cursi de modo que mi subconsciente patea ello fuera de mí. 

Ella sigue frente a mí, mirándome fijamente, explorando mi interior. La atracción es mutua, lo puedo sentir, o eso es lo que yo quiero. No, eso es lo que es, yo puedo sentir la estática entre nosotros. 

Mi padre interrumpe la conexión con aquel ruido rasposo y molesto que emana de su garganta, ha de estar furioso. 

—Cariño, muéstrale la habitación a Olivia, por favor. —Su voz suena enfadada, pero lo disimula con bastante tranquilidad. Miro a mi madre que está sonriendo de par en par, asiente y se va, llevándose con ella a Olivia. En el momento que desaparecieron por la parte más alta de la escalera mi padre me mira fijamente, y nuevamente digo en mi foro interno; ha de estar furioso. —Justin ven conmigo. 

El me guía hasta su despacho en casa, hace tanto que no estoy aquí, deje de venir en el momento que deje de insistir en que volviera a unirse-nos cuando jugábamos rugby en el patio trasero, eso ya no se hace más. El lugar ha sufrido unas remodelaciones desde la última vez, o mi memoria ha de estar fallando. Las paredes crema se cambiaron por un blanco, el viejo escritorio del abuelo que habíamos heredado salió de escena para ir -probablemente- al sótano y fue reemplazado por un nuevo y moderno escritorio de madera pulida con vidrio encima, los volúmenes de la pequeña biblioteca aumentaron notoriamente y en el último estante se le agregaron carpetas azules, las ventanas están cerradas prohibiendo la entrada a los rayos de sol, todo en el lugar es luz artificial. 

—Justin, querido Justin, ¿Que estás haciendo? —Parece una pregunta retórica, ¿debo contestar?, pero antes de que abra la boca el empieza a hablar nuevamente. —Creí que estaba claro, creí que habías entendido el mensaje. —Él se sentó en su silla de cuero y yo le seguí sentándome en frente del. —Ella no te conviene muchacho, se lo que te digo. 

—Es la hija de tu jefe. —La ira quema dentro de mí, ¿A qué se refiere con que no me conviene?

—Se lo que digo, Justin. Hablo enserio, no te quiero cerca de ella. —Hablo firmemente. Sus ojos estaban en llamas, lo que lo hacía más extraño aun. El suspiro negando y rebusco en su bolsillo sacando un puro, ¿desde cuándo fuma?, del otro bolsillo saca un encendedor con el plástico rojo y el metal brillante, tan brillante que parece pulido, raspa la rueda y la llama sale como si fuera mágico, esta vez, literalmente, sus ojos se ven en llamas, la llama se refleja en su retina y él lo mira con adoración, finalmente prende su puro y le da una calada. Pero vuelve a raspar la rueda y la llamarada anaranjada vuelve a aparecer en escena, él rota el pequeño objeto y lo mira de todos los ángulos posibles. —¿No es hermoso el fuego? —Pregunta sin sacarle la vista de encima, el respira sobre la llama y casi parece que se va a extinguir, pero solo se corre a penas y vuelve como siempre a su lugar. El oxígeno alrededor de ella se ha incrementado y la llama está más roja que nunca. Él lo mira fijamente, entonces, yo también. —Es brillante, y cálido, caliente. —Él acerca la mano a la llama y me pregunto si está loco, se va a quemar. —Muy caliente, y quema. —Asiente satisfecho con su descripción del fuego, creo. —Uno a veces juega con el fuego, y se termina lastimando, ¿No es así, Justin? —Mis cejas se curvan confundidas, pero aun así asiento. —Muy bien, nos estamos entendiendo.

Prohibida » Justin BieberWhere stories live. Discover now