Capitulo III

4K 158 15
                                    

Al día siguiente Francesca fue despertada por su tía quién le avisaba que en media hora debía estar listas; ya que tenían diligencias que hacer y no se podían dejar para después. 

Francesca se talló los ojos mientras iba al baño. Primero se dio una corta ducha. Segundo fue a buscarse algo que ponerse. Tercero se vistió con una camisa de Metallica*, un jean blanco, unos converse rojos y se dejó su larga cabellera roja suelta. Cuarto buscó su teléfono y su  ipod y los metió en su cartera. Por último bajó y buscó a la tía Agnessa

La encontró en la cocina preparando unas tostadas y huevos revueltos, olía todo delicioso. Su tía le indicó que se sentara y ella la obedeció, ahí se dio cuenta que Nastia estaba sentada leyendo el periódico y no le prestaba atención a más nada.

—Buenos días, Nastia

—Hola—le contestó, sin despegar la vista del periódico

—Tía Agnessa ¿Cuáles son las  diligencias pendientes?

La señora se acercó a la mesa y sirvió el desayuno a las dos chicas y antes de sentarse buscó su taza de café. Hoy la tía Agnessa vestía un vestido de mangas largas, con un escote reservado y un largo hasta las rodillas; el vestido era de color vino tinto. Francesca vio como su tía no traía los zapatos, pero sabía muy bien que era una tradición de los rusos: dejar los zapatos en la entrada de la casa

La tía Agnessa volvió con su taza de café y se sentó en el puesto que daba al frente de ellas y le explico a su sobrina que hoy irían de compras por todas las cosas necesarias para empezar el año escolar. A Francesa se le vino a la mente la horrible mochila de color rosado y le preguntó a su tía si debía usar esa o si podría usar una más acorde a su estilo

— ¿Por qué? —Preguntó— ¿Acaso no te gusta?

—Tía...no es en absoluto mi estilo-le respondió ella

— ¿Y no podrías probarla?

— ¡Tía! …No voy a usar eso—dijo, tratando de mantener el autocontrol y no gritarle

—Esa era la que yo usaba y definitivamente es muy linda—dijo Nastia tratando de echar más leña al fuego

— ¿Entonces por qué no la usas tú? —preguntó mordaz

—Porque esa es la que usé el año pasado, tonta

—Ya cálmense ustedes dos!-exigió la Tia Agnessa—Esta bien, te compraré otra

—Gracias, tía—le respondió complacida por no tener que usar esa horrible monstruosidad

Terminaron de comer y Francesca ayudó a su tía en lavar los platos mientras que Nastia se encargaba de arreglar el mantel del comedor.

Al terminar los quehaceres de la casa se dirigieron al garaje y se fueron en el Audi negro de ese año. Tardaron veinte minutos en llegar hasta el local. Entraron al local y Francesca se dio cuenta de lo inmenso que era aquel lugar. Vio que aquel lugar se dividía en varias secciones, parecía CompuMall* o uno de esos locales de Estados Unidos en el que encentras de todo en tan solo un lugar. 

Francesca vio a muchos adolescentes con sus padres buscando los útiles para el año escolar, otros buscaban el uniforme o mochilas. Pero como Francesca iba a estudiar en un colegio donde se podía ir con ropa libre, no tenía que ir a la sección donde estaban los uniformes (eran los básicos: pantalones o faldas de un azul marino, camisas azul, blancas o beich sin insignia y esas medias que te llegan hasta la rodilla y que son horribles e incomodas)

—Francesca—la llamó su tía y le entregó una pequeña cesta de color azul marino, seguida de una lista—Busca todo lo que diga en esta lista y cuando tengas todo, nos vemos en la caja

WIND OF CHANGEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora