WIND OF CHANGE

Prólogo

Prólogo

 El tiempo a veces pasaba muy rápido, pensó Francesca mientras dejaba el libro que había estado leyendo para buscar una distracción a la que aferrarse. Había pasado una semana desde el accidente automovilístico de sus padres y cinco días desde que fallecieron, su madre había fallecido por derrame cerebral y su padre había muerto por hemorragia interna, luego de que algunos de sus órganos internos se vieran afectados.

Volvió a tomar el libro de Paulo Coelho y comenzó a leer donde lo había dejado, cuando de repente escuchó unos golpes en la puerta. Francesca volvió la cabeza hacia la puerta, debía de ser su nonna* Rossa. Francesca se había mudado a la casa de su abuela luego del trágico accidente, con su abuela ella se sentía segura y querida. Se levantó de la cama y caminó hacia la puerta para abrirla, encontrándose con la expresión seria de su abuela, aquello era raro, su abuela siempre tenía una sonrisa en sus labios y estaba feliz, pero en ese momento… Debía de pasar algo, lo presentía.

—Mia cara*—dijo su abuela en su idioma natal, el italiano—Necesito hablar contigo. Vístete y baja, per favore*—terminó ella antes de darse la vuelta y alejarse por el pasillo, sin esperar respuesta alguna por parte de Francesca.

Francesca levantó una ceja. Era extraño que su abuela, un sábado, le pidiese que se cambiara, cuando su abuela sabía que ella pasaba los sábados encerrada leyendo. Tomando la media orden que su abuela del dicto, fue al abaño y se dio un corto baño, para después cambiarse poniéndose una camiseta manga larga de color negro que llevaba el logo de AC/DC, unos desgastados jeans y unas viejas converse.

Se colocó frente al espejo y se ató su rojo cabello en una coleta alta. Salió de la habitación y bajo las escaleras dando pequeños brincos hasta que llego al primer piso. Fue directo a la cocina, donde su nonna pasaba la mitad del tiempo cocinando delicatesen. Vio a su nonna de pie en su dirección, como si estuviese esperando y además de eso, había dos hombres trajeados sentados en la pequeña mesa de la cocina. Cuando su nonna la vio, haló una silla del pequeño comedor y se sentó, le dio una mirada.

—Siéntate, por favor…—le dijo su abuela. Francesca asintió y sin replicar, fue a sentarse en la mesa, al lado de su nonna. Fijo la mirada en uno de los hombres, este tenía el cabello negro corto y la miraba seriamente. Volvió la vista hacia su nonna, dándose cuenta de que su nonna tenía una mirada algo triste.

—Nonna…—comenzó a decir Francesca pero se vio interrumpida por su abuela.

—Mi niña hay algo que debemos hablar—le dijo su nonna y luego fijo la vista en los dos hombres trajeados. El que tenía el cabello corto asintió y fijo la vista en Francesca.

—Buenas tardes Francesca… Yo soy Biagio—se presentó y luego levantó una mano hacia el otro hombre—Y este es mi compañero Cipriano…—el mencionado hizo una inclinación en forma de saludo. Biagio continuó—Ante todo queremos darte nuestro pésame—murmuró—Somos los abogados de tus padres y por ello estamos obligados a comentarte sobre el testamento que dejaron tus padres…

¿Testamento? ¿Sus padres le habían dejado un testamento? Aquella información le había caído como agua fría. La muerte de sus padres todavía era reciente, le estaba molestando que aquellos dos hombres vinieran a hablarle sobre el testamento de sus padres. Soltó un suspiro, de todos modos no podía tratarlos de mala manera, era su trabajo.

—Está bien—dijo ella—¿Que dice el testamento?

Cipriano subió a la superficie de la mesa un maletín negro que ella no se había dado cuenta que tenía. Maniobró con el hasta que lo abrió. Sacó algunos papeles de este. Francesca no entendía nada de leyes y esas cosas, así que esperaba que su nonna interviniera por ella. Biagio tomó el fajo de papeles y comenzó a leer. Este le decía que ella había adquirido algunas propiedades de sus padres, también que tenía un fideicomiso que podía utilizar para sus estudios y gustos personales. Siguió hablando sobre algo de dinero y otras cosas más.