Mi Sexy Hermanastro 2 [+18]

Capitulo 13 "En Coma"

   Han pasado tres semanas desde que Leonardo está en el hospital. Últimamente ha estado estable. Pero antes no era así, se iba y venía. Ha sido unas semanas horrible.

   Por otra parte me siento muy mal por Daniel y Amanda. Daniel está en coma y no se sabe cuando despertara o si despertará. Siento que todo es mi culpa, si nunca le hubiera dicho que si a Derek estaríamos todos felices.

  Acabo de llegar al hospital. Fui directo hacia donde estaba Amanda con los padres de Daniel. Me avergüenza mirarlos. Están tan devastado. Espero y Daniel despierte en cualquier momento.

  Logré ver a Amanda mirando a la nada sentada en una silla blanca.

—Hola Amanda. —la saludé. Ella me miró, se puso de pie y me abrazó, sollozando. —¿Algún cambio?

—Tengo que contarte algo. —dijo con su voz apagada. Me dolía verla así. Estaba acostumbrada a siempre verla feliz por cualquier cosa.

—¿Qué pasa? —le pregunté preocupada.

—Últimamente no me he estado sintiendo nada bien. Pensé que era por la falta de sueño, pero hoy me hice una prueba de embarazo y salió positiva —dijo con sus ojos inundados por las lágrimas —. No sé que voy hacer. —habló medio ahogada en un sollozo —. Esto me deprime más. Daniel ansiaba tanto ser papá, que simplemente me recuerda a él. —y se echó a llorar.

   Se me hizo un nudo en la garganta. No soportaba ver a mi mejor amiga así.

—Tranquila. Todo va a estar bien. Daniel despertará. —dije abrazándola. Besé su frente.

Me despedí de ella y caminé hacia dónde debía estar Armando con Leonardo. Tenía muchas ganas de verlo. Aunque él no me pueda ver a mi. Aún no despierta.

—Hola Joscelin —me saludó Armando —. Hace como quince minutos despertó. Preguntó por Nicole y por ti. —dijo sonriéndome. Me sentías o menos bien al escuchar eso.

—¡Eso es bueno! —susurré.

  Me acerqué a Leonardo, seguía con sus ojos cerrados. Tomé su mano, que estaba fría. Bajé la mirada.

Ansiaba tanto que despertara en ese momento y que su mano dejara de estar fría. Necesitaba verme en sus ojos cafés. Estar feliz con él y mi hija.

—¿Joscelin? —escuché su voz y levanté la mirada. Él me miró y sonrió, su mano apretó la mía.

—Hola. —no pude fingir mi felicidad. De todos modos no quería hacerlo. Mi corazón dio un salto gigantesco. No había escuchado su voz desde hace mucho tiempo.

—Estás hermosa —susurró él posando su mirada en nuestras manos —. Me alegra que estés bien. ¿Y nuestra hija hermosa igual que la madre?

—Yo debería decirte eso, no tú a mí —dije con los ojos inundados en las lágrimas. No me había dado cuenta lo mucho que lo extrañe —. Casi te pierdo. Tenía mucho miedo de que algo te pasara. Odio todo esto, ¿Por qué no podemos ser felices de una vez por todas? —pregunté mirándolo intensamente.

—Bueno... viviste sin mi durante todo un año. Te hubieras acostumbrado —dijo sonriendo un poco.

—No es lo mismo Leonardo. —de pronto él estaba serio.

—Lo sé. Supongo que es el final. Ya todo será mejor para nosotros. Lo juro. —susurró besando mi mano —. Bésame —dijo de pronto.

Y eso hice sin pensarlo. Me encanta. A pesar de que tenía sus labios resecos, no me importaba. Su mano fue a mi mejilla y la acarició suavemente, yo me estremecí por el contacto frío.

—Disculpe señorita pero el tiempo de visita acaba de terminar. —escuché una voz, era una enfermera.

   Me despedí de Leonardo. Mañana vendré de nuevo como lo he hecho durante todas estas semanas.

(****)

  Cuando llegué a casa de mi papá estaba Gabriel con Ximena hablando. Saludé a Gabriel. Con Ximena no tengo una buena relación.

—¿Cómo sigue Daniel? —preguntó Gabriel.

—¿Y Leonardo? —dijo Ximena mirándome.

—Bueno... con Daniel no hay cambios —susurré enojada conmigo —. Leonardo despertó hoy...

  Ximena no me dejó terminar y salió de la casa. Supongo que irá al hospital a ver a Leonardo.

—Voy a acompañarla —murmuró Gabriel —. También iré con Amanda —se despidió de mí con un beso en la mejilla y salió detrás de Ximena.

   Caminé por las escaleras, en busca de mi bebé. Llegué a la habitación de los niños y entré. Adentro me encontré con Jane y mi papá. Lo saludé a ambos y vi que Nicole estaba dormida, así que decidí dejarla tranquila.

—¿Cómo sigue Leonardo? —me preguntó Jane.

   Les conté sobre todo, que él despertó y que Daniel sigue igual. Cada vez que lo recuerdo, siento una opresión en el pecho. Porque lo que le ha pasado fue mi culpa. Jamás me lo perdonaré.

****LEONARDO****

—¿Ya está todo listo? —le pregunté a Carlos.

   Él estaba en esa habitación conmigo. Nunca me han gustado los hospitales y he estado en un durante semanas; ya quiero largarme que aquí.

Carlos estaba aquí ayudándome a preparar algo. Estaba sentado al lado de mi cama con una libreta y un bolígrafo apuntando todo lo que le dictaba.

—No entiendo ¿por qué no se lo pediste ese día? —me preguntó expectante.

—No me atreví. No lo sé. Me entraron los nervios. —dije emocionándome. Definitivamente estoy mejor. Ya me puedo ir de aquí.

—¿Y si te hubieras muerto?

—No lo estoy. —susurré serio.

—Ya. Está bien. ¿Cena o playa? —me preguntó con su bolígrafo en los labios.

—Playa. Si. Me gusta la playa. —murmuré pensativo.

Sería un lugar perfecto para eso. Aunque Carlos tiene razón, debí habérselo preguntado ese día. Pero no se lo que me pasó, entré en pánico. Y decidí dejarlo para otro momento.