Ganar la guerra.

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Jugaba con mi manos con la vista clavada en el suelo sin verlo realmente, solo intentaba no pensar en todo lo que había pasado. En Cedric, Lily, James, mi madre.

Mi mamá... 

Aún sus palabras circulan en mi cabeza... "¡Te amo, hija! Has sido tan valiente..." Las lágrimas se acumulan en mis ojos. Todo esto a pasado tan rápido, tan de repente, supongo que así siempre son las aventuras, llegan sin que uno se lo espere. 

Quiero volver a verla, ver su hermosa sonrisa llena de amor, esa manera en la que sus ojos brillan porque esta orgullosa de mí, quiero poder sentir sus brazos a mi alrededor, poder llorar en su hombro cuando no aguante más todas estás preocupaciones. La necesito. Necesito a mi mamá.

Sin darme cuenta varios sollozos salen de mis labios y comienzó a soltarlo todo. A llorar con ganas, todo lo que no he llorado estos años, lloró para así sentirme mejor, para ya no sentir el peso arriba de mis hombros. Lloró por las preocupaciones nuevas y las pasadas, por las personas pérdidas y las que se que perderé, lloró por el regreso de Voldemort y el miedo que me causa todo esto, lloró por quienes intentaré proteger y no lograré hacerlo. Antes había llorado por la muerte de Cedric y la conmoción de todo lo que había pasado el día de ayer, pero esto es diferente. 

Ayer al llegar a la enfermería nos curaron a Harry y a mí las heridas, luego nos dieron algo para dormir e hicieron que nos acostaramos. Estoy segura que sin esa poción no hubiera logrado dormir nada. Mi mente no dejaba de recordar lo sucedido. Esta mañana al levantarme me dijeron que mi abuelo me esperaba en su oficina.

Aquí me encuentro, sollozando en la oficina de Dumbledore. No ha habido rastros de él desde que llegue, ¿para qué me mando a llamar si no iba a estar? 

En ese momento escucho un ruido detrás de mí, rápidamente seco mis lágrimas y me volteó. Mi abuelo me miraba a través de sus gafas de media luna, sus ojos azules se veían con más vida que nunca. 

-No pares por mí, querida. El llanto es a veces el mejor modo de expresar las cosas que no pueden decirse con palabras.

Sorbí mi nariz. Sabía que mis ojos debían estar rojos hasta más no poder, no había manera de negar que había estado llorando. 

-No me gusta llorar, me hace sentir débil.-susurré con la voz rota.

-No debería hacerte sentir débil. Cuando los sentimientos finalmente se expresan te hacen llorar, es simplemente eso. Tienes derecho a desahogarte.

Y al decir eso, simplemente comencé a llorar de nuevo. Joder. He estado llorando mucho, quiero parar, pero no puedo. Tal vez lo mejor sea soltarlo todo.

Después de un rato, me quedo sin lágrimas y verdaderamente me siento mejor. No es como si los problemas se hubieran ido, pero he aceptado que están ahí y se que los superare, siempre lo hago. Afrontaré todo lo que venga.

Mi abuelo estuvo mirandome todo este tiempo, me gustaría saber que clase de cosas pasan por su cabeza. En el momento en que se da cuenta que ya no seguiré se dispone a hablar. 

-¿Te sientes mejor?

-Sí, ya estoy bien.

-Ven, sentemonos.-dijo comenzando a caminar a la silla detrás de su escritorio. Me dirigí a la que estaba al frente de este y tome asiento. Espere que hablara, pero solo se quedo mirandome, después de unos minutos me impaciente. 

-¿Y bien? ¿Me llamaste aquí para estarme viendo la cara?-se que no debería hablarle así, pero la verdad no tengo animos para nada, estoy un poco estresada. 

-Te llame para que me contarás como te sentías, tus dudas, preocupaciones.-me comentó con su misma tranquilidad de siempre. A veces me molestaba eso de él, no se alteraba por nada.

A dark reality full of hope. (Harry Potter y tu).Where stories live. Discover now