A dark reality full of hope. (Harry Potter y tu).

Última prueba.

-¡Damas y caballeros, va a dar comienzó la tercera y última prueba del Torneo de los tres magos!-comenzó a decir Dumbledore.- Permítanme que les recuerde los lugares de los campeones: de Hogwarts en primer lugar la señorita _____ Miller, en segundo lugar Cedric Diggory, en tercer lugar el Harry Potter.-los aplausos y vítores provocaron que algunos pajaros salieran revoloteando del bosque prohibido y se perdieran en el cielo cada vez más oscuro.- En cuarto lugar del colegio Durmstrang, Viktor Krum-más aplausos.- Y por último, de la academia Beauxbatons, Fleur Delacour.

Estaba temblando, Harry me tomaba la mano y yo le apretaba la suya con todas mis fuerzas. Tenía miedo, aunque en cierto sentido también estaba aliviada. Después de hoy ya acabarían las pruebas, aunque tenía un mal presentimiento. Algo grande pasaría está noche, algo malo. "Piensa en Harry, él estará a tu lado. Todo saldrá bien" pensé, aunque aquello no calmo mis nervios.

-A la cuenta de 3 entraran la señorita ______ y el señor Diggory seguidos por el señor Potter.-dijo mi abuelo. Uno... Dos... ¡Tres!

Comencé a caminar hacía el laberinto, sí, un laberinto. La prueba consistía en llegar al centro de un laberinto luchando con varias complicaciones y lograr tocar la copa de los tres magos. Apenas entre me quede parada a esperando a Harry, dijimos que haríamos esto juntos. Nos protegeremos entre nosotros, y creanme cuando les digo, harñe cualquier cosa por protegerlo, aunque eso signifique morir. 

Cuando Harry entro lo tomé de la mano y pregunté.

-¿Listo?

-Solo si tú lo estás.-respondió sacandome una sonrisa.

Comenzamos a caminar por el laberinto con varitas en mano, gracias a Merlin no nos habíamos encontrado con ninguno de los "obstaculos" que nos pusieron, luego de caminar un rato, escuchamos un grito.

-Fleur.-dije al momento de salir corriendo en su dirección, cuando la encontré estaba inconsciente en el suelo y el laberinto como que, no sé como describirlo... ¿Se la tragaba? 

Sentí como Harry llegaba a mi lado.

-¿Qué crees que le paso?-preguntó un poco alterado mirando el cuerpo de Fleur con los bien ojos abiertos. 

-No lo sé, pero lo mejor será ayudar.-respondí lanzando chispas rojas con mi varita. El laberinto comenzó a consumirse, miré como pasaba con los ojos como platos hasta que Harry me tomo de la mano y comenzó a correr conmigo siguiendolo. Cruzamos a la derecha, luego a la izquierda, izquierda de nuevo, derecha, izquierda. En ese momento nos encontramos con Viktor acorralando a Cedric, rodé los ojos inconscientemente. Siempre nos encontramos con está clase de cosas. 

-Desmaius.-gritó Harry apuntando con su varita a Krum que salió disparado para atrás.

-¿Estás bien?-le pregunté a Cedric.

-Sí, gracias.

-Deberíamos avisar a los profesores, ya saben para que lo ayuden y no se lo coma un escreguto.

El azabache levanto su varita y de ella salieron chispas rojas. Tal y como paso antes el laberinto comenzó a consumirse.

-¡Corran!-grito Cedric. Todos comenzamos a correr, cuando ya el laberinto se puso lo que se puede decir normal seguimos caminando, encontrandonos algunas veces callejones sin salidas, pero la creciente oscuridad era una señal de que nos estabamos acercando al centro del laberinto.

 Entonces, caminamos a grandes zancadas por un camino recto y largo, cuando percibimos que algo se movía, y el haz de luz de las varitas iluminó a una criatura extraordinaria. 

Era una esfinge: tenía el cuerpo de un enorme león, con grandes zarpas y una cola larga, amarillenta, que terminaba en un mechón castaño. La cabeza, sin embargo, era de mujer.