No hay tiempo II: Esperaré... Hasta que me perdones

Esperando a que regreses

Violeta PDV

Evan, ha pasado una semana desde que te fuiste, no sé dónde estás, ni cómo te estarás sintiendo, solo espero que estés bien. No se por qué no regresas a casa con tus amigos, que somos tu familia, entiendo que debe haber sido algo muy fuerte para ti enterarte de quién es tu verdadera madre, pero acaso no es hermoso que no se rindiera nunca hasta encontrarte, por otra parte también puedo entender lo que significa saber quién había sido tu padre, pero por lo que nos contó Sir Blake, no siempre fue un monstruo y fue su abuelo el que lo hizo así.

Las cosas han estado bastante bien acá en casa, Criss se ha divertido molestando a Klauss y mi tío me comunicó una noticia que, bueno, es algo raro, que nunca había pensado pero me dijo que sería por el bien de los cazadores, pero preferiría hablar de eso cuando estés aquí. No lo he querido compartir con nadie pero me doy cuenta que es real porque el tatuaje de Klauss ha cambiado un poco…

Mi hermano y Jenna volvieron antes de su luna de miel al saber que tú te habías escapado sin decir dónde, imagino que Sir Blake sabe dónde estas, pero no he querido preguntarle, ya tu sabrás el momento indicado para que vuelvas, solo espero que no tardes mucho, recuerda que desde pequeña siempre has estado conmigo y si tu o Criss no están a mi lado, me parece que falta una parte importante de mi vida.

-Violeta cariño, porqué estas tan triste –Escuché la voz de Jenna en la mampara de la puerta-

Lo único que pude hacer en ese momento fue estirar mis brazos para que ella viniera a corresponder ese abrazo que tanto deseaba, no creo que Jenna supiera porqué estaba con tantas cosas en la cabeza, pero es obvio que ya sabe que gran parte de mi pena es por no saber dónde estarás y cómo la estas pasando, si ya estás bien o por el contrario, necesitas a alguien y yo no estoy allí… En este momento me doy cuenta que mis problemas pasan a segunda categoría y que quiero ser una buena cazadora para poder proteger a mi familia como lo hizo mi tío conmigo.

-Estoy bien, es solo que tengo muchas cosas en mente –Logro responderle-.

-No te preocupes Evan es un hombre grande y fuerte, ya encontrará el modo de volver a nosotros, todo estará bien.

-Sí, lo sé Jenna

-Violeta, hay algo más que quieras contarme?

-Anda déjala ya… en algún momento nos dirá qué es lo que le está pasado –Era Criss como siempre llegando en el momento exacto para salvarme, no quería echarme a llorar allí como una niña pequeña porque ya lo había decidido, iba a ser fuerte a toda costa-.

-Criss tiene razón Jenna, y es mejor que me vaya a practicar, ya más tarde me mostrarás esos regalos que trajiste de tu luna de miel

Vi como a Jenna se le iluminaba el rostro, todo lo acontecido en las últimas semanas la habían hecho olvidar por primera vez sus compras y aunque no siempre me gustara su excesivo amor por comprarme ropa, debía admitir que en este momento jugar esa carta realmente me estaba salvando, aunque después hubiesen consecuencias de horas frente a un espejo probando ropa, maquillando y peinando mi cabello como si yo fuese una niña pequeña.

También pude notar como los brazos de Jenna estaban todos quemados, maldita sea que estúpida fui, porqué no recordé que al tocar sus brazos desnudos ella iba a quemarse con mi contacto, pero en ningún momento se quejó ni me dejó saber el daño que le estaba haciendo, ¿porqué?...

-Lo… lo siento Jenna mira tus brazos deberías haberme avisado, sabes que no me puedes tocar, que idiota soy por favor discúlpame

-Cariño esto no es nada en comparación con verte sufrir de esa manera, eres mi mejor amiga, eres como mi hija, me encanta estar contigo y gracias a ti tengo al hombre de mi vida, es tan difícil de entender… para nosotros esto no es nada, ya se curará, pero creo que tu corazón va a tardar un poco más.