La propuesta de Ross

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Después de todo terminó siendo un buen momento para todos y por unas horas se olvidaron de lo que cada uno era, de sus problemas de lo que podían y no podían ser, no importaba el mañana, no sabían que pasaría más adelante ni quien estaría o los dejaría, solo querían permanecer juntos, como una especie de rara familia que entre todos habían formado y que cada uno formaba una parte importante, aunque a veces se odiaban como Klaus y Evan, otros momentos compartían algunas bromas. Por una noche, fue esa noche, perfecta… en todo su esplendor.

Al otro día todos se levantaron con ánimos mucho más renovados y sentían que podían seguir adelante, Ross se fue a la cocina junto con Jenna y prepararon el desayuno para todos, para Criss, quien había hecho de la noche anterior una noche mágica, cortaron unas manzanas y las untaron en miel y sangre de animales recogidos por los bosques cercanos y las pusieron distribuidos en el plato, para Violeta un cheese cake con un vaso de leche con chocolate, a Klaus le dieron unas tostadas a la francesa ya que recordaron que en el aeropuerto moría por comer unas y se había quedado pegado a la vitrina de la cafetería mirando como una pareja las comía felizmente,  y una taza de café negro bien cargado, a pesar de parecer un niño muchas veces, tenía ciertos arranques, como le llamaba Jenna de hombre grande y eso era que la mayoría de las cosas las prefería fuertes, sobre todo en la comida.

Jenna le preparó a Ross unos macarrones con queso, era un poco fuerte para el desayuno, pero ese vampiro parecía no saciarse con nada, y ella estaba feliz de poder cocinarle a alguien con todo su amor, ya que pensó que lo del “todo” para los vampiros era solo un mito creado por los antiguos para que pudiesen tener esperanza.

Y finalmente para ella y Evan puro dos elegantes copas que sacó de uno de los armarios, se notaban que eran antiguas, tenían forma de cáliz y eran preciosa, allí sirvió dos vasos de sangre y Ross ponía la mesa del comedor, allí cabían unas 15 personas o 20, pero se limitó solo a ocupar un espacio para que todos estuviesen bien  juntos y después corrió a despertar a Violeta y Klaus, después a buscar para saber dónde estaban Evan y Criss, una vez reunidos todos en la mesa se sentaron en sus respectivos lugares, estaba todo precioso y comieron felices como si fueran una gran familia, incluso haciendo algunas bromas.

-Hey, hermana, quisiera que me acompañaras hoy a comprar –Dijo Ross a Violeta

-Pero porqué no va Jenna contigo –Respondió esta confusa-.

-Porque tu eres mi única hermanita favorita y hace mucho tiempo que no estoy contigo y hace años que no pasamos tiempo de calidad como hermano, te parece eso una razón suficiente como para hacerlo? –Ross tenía cara de consecuencia, como si lo que dijera fuese lo más obvio de todo el mundo-.

-Está bien, ayudo a los chicos a levantar la mesa y te acompaño, así llegamos a la hora de la comida

-Entonces apresúrate que hoy será un día agitado, te  lo primero –Le guiñó un ojo a su hermana como queriendo guardar un secreto.

Violeta terminó de sacar los platos y ayudar a lavar la loza que estaba pendiente y se fue corriendo a la recámara, se demoró mucho menos de lo esperado, pero en ese momento recordó que ya no era la misma Violeta de antes, que había cambiado y mucho y que tendía que comenzar a aprender de esos cambios tarde o temprano quisiera o no.

Se dio una ducha rápida y se cambió de ropa para volver a bajar corriendo, ya se estaba acostumbrando a tener mejor y mucha más velocidad, y si agilidad y equilibrio también había mejorado bastante, de eso se dio cuenta cuando estaba bajando por las escaleras y casi tropieza pero dio un salto en el aire con una voltereta aterrizando perfectamente y de forma delicada en el suelo del primer piso dejando a todos boquiabiertos.

-Her…Her…Her –Jenna le dio un codazo a Ross- Hermana, estas bien –Dijo con la voz un tanto temblorosa-.

Klaus y Evan se acercaron corriendo a Violeta, cuando Evan iba a tomarla por un brazo recordó que no podía tocarla por más de unos segundos y se detuvo en el acto, mientras veía como Klauss la tomaba entre sus brazos y le acariciaba el rostro preguntándole acaso se encontraba bien y ella respondía con una sonrisa, ver esa imagen le partía el corazón pero sabía que no había mucho que pudiera hacer, no al menos por ahora.

No hay tiempo II: Esperaré... Hasta que me perdonesNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ