La sorpresa de Criss

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Desde hace un tiempo que con Violeta nos hemos mantenido un poco distantes, por un motivo u otro, y la verdad es que ignoré la situación por mucho tiempo para no inmiscuirme en sus asuntos, pero por eso mismo llegué a olvidar que sí  tenía que aconsejarla, después de todo aun era una niña que necesitaba de constantes cuidados ya que como su nombre, es delicada como una flor, mi amiga Violeta, y n nos hace bien mantenernos lejos, no me gusta, ya no soy el primero al que ella acude durante un problema, ya no corre a abrazarme cada vez que llega a casa, pareciera que no confía en nadie, creo que realmente le afectó de cierta medida la noticia de que era una cazadora así que tengo que hacer algo para que se vuelva a sentir bien, como antes…. Aunque sea un poco.

Está decidido, el día de hoy haré algo por  Violeta, algo que sé que le va a encantar así que necesito primero algunas cosas y hablar con alguien, y esa persona es Jenna ella me puede ayudar mientras estoy fuera de casa a mantenerla distraída y prepararlo todo para hoy en la noche.

-Jenna

-Dime Criss

-Tengo una idea que te va a encantar…

Le conté todo lo que estaba pensando y veía como en sus ojos había un brillo de emoción, estaba listo Jenna me ayudaría con todo y además hizo unas propuestas bastante interesantes, ahora yo iré al centro comercial por algunos detalles y al volver estará todo perfecto para mi linda amiga…

Una vez con todo lo que necesitaba comprado llamé a Jenna a su celular para decirle que sacara a Violeta por un rato fuera de la casa, así poder organizarlo todo para que estuviese perfecto a su llegada, una vez dentro del castillo me puse a ordenar todo y de paso miraba las caras de idiotas de Klaus Evan y Ross que no entendían absolutamente nada de lo que estaba pasando y yo por supuesto sin querer explicarles, al fin y al cabo lo que hacía no era por ellos, era por mi amiga.

Tocaron el timbre del castillo y por supuesto no podían ser otras que Violeta y Jenna pues a ese enorme castillo dudo que alguien más pudiese llegar, incluso el chico de las pizzas, pero bueno, corrí como alma que lleva el diablo hacia la puerta y apuré a las chucas a entrar, ya estaba todo dispuesta en la sala de estar para mi actuación, conduje a Violeta hacia la silla principal y el resto estaba adornado con globos y cintas de color violeta y blancos y unos arreglos con flores azules para complementarlos, la hice sentar y yo saqué mi nueva guitarra en frente a todos que me miraban expectantes y comencé a cantar el coro de la canción que le dedicaba  a mi querida amiga en estos momentos en que la siento tan lejos pero a la ve está tan cerca.

Creo ver la lluvia caer

en mi ventana te veo pero no está lloviendo

no es más que un reflejo de mi pensamiento,

hoy te echo de menos...

Yo sólo quiero hacerte saber

amiga estes donde estes

que si te falta el aliento yo te lo daré,

y si te sientes sóla hablame,

que te estaré escuchando aunque no te pueda ver...

aunque no te pueda ver...

y así continué con otro coro de la siguiente canción que era para ella, había armado todo un repertorio unido por los sentimientos que tengo hacia ella y de las tantas cosas que quería decirle…

Amiga mía, no sé qué decir,

ni qué hacer para verte feliz.

ojala pudiera mandar en el alma o en la libertad,

que es lo que a él le hace falta,

llenarte los bolsillos de guerras ganadas,

de sueños e ilusiones renovadas.

yo quiero regalarte una poesía;

tú piensas que estoy dando las noticias.

Amiga mía, ojala algún día escuchando mi canción,

de pronto, entiendas que nunca quise fue contar tu historia

porque pudiera resultar conmovedora.

pero, perdona, amiga mía,

no es inteligencia mi sabiduría;

esta es mi manera de decir las cosas.

no es que sea mi trabajo, es que es mi idioma.

Amiga mía, princesa de un cuento infinito.

amiga mía, tan sólo pretendo que cuentes conmigo.

amiga mía, a ver si uno de estos días,

por fin aprendo a hablar

sin tener que dar tantos rodeos,

que toda esta historia me importa

porque eres mi amiga.

Y unos minutos después terminé mi repertorio con Violeta emocionada hasta las lágrimas, pero por primera vez desde que estamos en el castillo me brinda una de esas sonrisas que solía darme…

No hay tiempo II: Esperaré... Hasta que me perdonesWhere stories live. Discover now