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—Perdón por la demora, Jeff. —Dije, un poco jadeante cuando me subí al auto. Suspiré contenta y muy, muy satisfecha. 

—¿Qué tantas cosas hiciste allá que te has tardado tanto? —Preguntó al mismo tiempo que echaba a andar el vehículo. 

—Sólo un par de cosas, amigo mío. —Miré por la ventana cómo nos alejábamos del instituto. Acababa de recuperarlo... él me sigue queriendo.

Al llegar a casa, me encontré con una linda sorpresa.

—¡Mimi! —Exclamé y corrí a sus brazos. —¡Has venido antes! 

—Me he tomado unas pequeñas vacaciones para estar más tiempo contigo, cariño. 

Me alejé de ella y la escaneé con la mirada. —¿Qué te has hecho? —Su antiguo cabello rubio, ahora estaba castaño oscuro, como del color del chocolate y ya no caía hasta la mitad de su espalda, sino hasta sus hombros solamente. —¡Wow! Me gusta mucho —No dejaba de tomar mechones de su cabellos con mis dedos y elevarlos para mirarlo más de cerca. 

Mimi se sonrió y encogiéndose de hombros respondió: —A veces viene bien un cambio de look. 

—Completamente cierto. —Asentí con la cabeza repetidas veces. 

—Bueno, chicas. Vamos a comer, antes de que la comida se enfríe. —Intervino Will, haciendo un además de pasar a sentarnos en la mesa, que ya estaba puesta y con los platos servidos. 

No tenía hambre, pero haría un intento. 

Mimi y Will estuvieron todo el tiempo conversando, riéndose y hablando de mí, de su nuevo corte de cabello, del trabajo de Will - al que ya no estaba asistiendo para cuidar de mí -, del trabajo de Mimi - del que se tomó unas vacaciones para cuidar de mí -, de mí, de la leucemia, de lo lindo que estaba el día, entre otras cosas a las que en realidad no le estaba prestando atención. Sin embargo, estaba consciente de lo bien que se estaban llevando, lo que era genial. Y pensar que hace apenas unos meses no se dirigían la palabra, ni querían verse ni en pintura.

—Hey, a propósito. ¿Dónde estuviste por la mañana, señorita? —Preguntó Mimi, con un falso entrecejo arrugado y poniéndose las manos a cada lado de su cintura. 

Sonreí al recordar la escena. —En el instituto. 

—Vaya, ¿Has ido a clases? —Interrogó otra vez. 

—No exactamente. —Aún sonriendo, me mordí el labio inferior, ansiosa por la situación.

—Seguro has ido a estar con tu novio, ¿no? —Apostó papá e inmediatamente se agrandó mi sonrisa —Cómo conozco a este par. —Agregó en respuesta a mi expresión y Mimi nos miró, sin entender. —Resulta que hace unos días éstos jovencitos tuvieron una... pequeña discusión, pero yo sabía que no podrían aguantarse muchos días. 

Mimi me miró con ojos regañosos y negó con la cabeza, medio sonriendo. —Típico de adolescentes. 

—Por favor. —Me reí. —Lo que ustedes están haciendo se llama complot, —me quejé. — Y no es nada lindo, ¿saben?

Los dos comenzaron a reírse de mí, mientras yo los miraba con falso enojo, sin poder aguantarme la risa. —Eh, Keyra. ¿Has decidio ya lo del tratamiento? —Preguntó papá. Veo que ha intentado pasar desapercibido. Al menos se esfuerza, ¿no?

—Sí. —Respondí, bajo la mirada confundida de Mimi. —No pasa nada, todo sigue en pie. 

—¿Podrían dejar de hablar en claves, por favor? —Se quejó. —¿Pasa algo con el tratamiento?

—Yo te explico. —Intervine, fulminando a papá con la mirada, sólo un poco... —Pasa que quise dejar el tratamiento, pero fue un arrebato del momento y no lo voy a dejar, por lo tanto todos pueden estar tranquilos. 

La boca de Mimi formó una pequeña "o", mientras que sus ojos me miraban con horror. Vamos, que no es tan terrible. 

—No pasa nada, Mimi. —Agregué, para que dejase de mirarme así. 

—Sin comentarios. —Dijo al fin, volviendo a tomar su cuchara para echarse una porción de arroz a la boca. —Cambiando de tema, la comida está deliciosa. —Dijo mirando a Will, que de inmediato se sonrió con orgullo. 

—Bueno, yo he terminado aquí. —Anuncié, levantándome de mi silla y pasándome una servilleta por las comisuras de los labios. —Los dejo, chicos. Diviértanse. 

Me alejé de la mesa con la rapidez suficiente como para que Will no me detuviese con eso de "qué modales son esos", "no has comido nada", "ni siquiera lo pienses"... bla, bla, bla y me fui por las escaleras, directo a mi habitación. 

Revisé la pantalla de mi celular y me encontré con un nuevo mensaje en mi teléfono:

«Te Amo enana. -Niall.» 

Una enorme sonrisa se dibujó en mi cara. Me sentía tonta, pero era un tonta felíz. 

«Yo más, bobo! -K» 

No lo había pensado antes, pero por alguna razón, cada vez que queríamos demostrarnos cariño agregábamos algún calificativo cruel al final. 

Por la tarde salió el Sol, lo cual era misterioso, pues antes parecía que fuese a llover por siempre. Me animé a salir a caminar por ahí, aprovechando que era un día de descanso de la quimio y tenía la energía suficiente para hacerlo. Quién sabe cuánto tiempo más pasaría para que coincidiera un día soleado con mis descansos del tratamiento, y mucho menos ahora que estábamos en pleno invierno.

Busqué un abrigo en el armario, me lo puse rápidamente, me metí las llaves de la casa en un bolsillo y bajé las escaleras en silencio. Sí, porque era la hora de la siesta para papá. 

—¿A dónde vas, chiquilla loca? —Preguntó Mimi en el tono más bajo que pudo, cuando ya tenía la puerta de calle abierta frente a mí. Volteé hacia atrás; ella me miraba, sentada sobre el sillón, junto a una taza de té sobre la mesita de luz de la sala.

—Me asustaste, Mimi. — Cerré la puerta. —Voy a caminar por ahí. El día está lindo. —Sonreí. —Y me siento muy bien. 

—Bien, anda. No te quitaré tiempo de caminata. —Sonrió y tomó un sorbo de su té.

Volví a abrir la puerta y salí. No pensé que el Sol estaría tan arriba, pero me encandiló a tal punto, que me dolieron un poco los párpados. Levanté una mano, para evitar la luz en mis ojos y me moví de la puerta. 

Me sentía viva al fin, después de tanto tiempo. El aire estaba fresco, los árboles se movían un poco al son del viento suave que chocaba contra mí, todo era verde... Wow, en serio sentía que estaba viva, que todo estaría bien, al menos por ese momento. Hacía frío, sí, pero eso no era un impedimento para haber recorrido el vecindario por horas, hasta que se hizo oscuro. 

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Hola, chicas! Por favorrrrr perdónenme por hacerlas esperar! Esque estue en cama muy muy enferma y no podía escribir, ni mucho menos utilizar mi pc. Pero ya he vuelto, tarán :D En un rato actualizo de nuevo y subo el capítulo 50 para que me perdonen <3 jajaj. Muchos besos, las quiero mucho :)

-Eff.


Eternidad (corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora