25. Te quiero Emma.

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Capítulo 25: "Te quiero Emma".

Emma.

En el desayuno, que más bien era el almuerzo, porque ya eran pasadas la una de la tarde, nadie hablaba, excepto Camelia, hablaba y hablaba y no se callaba, no tenía compasión de los demás. En más de una oportunidad le dijimos que se mantuviera callada o la mandaría a limpiar la piscina, que era un asco. En el verano nadie la usó, por lo que se juntaron insectos, basura, polvo, moho y hojas de los árboles. Lo que no me dejaba de preguntar era porque estaba casi desnuda en mi habitación, ya que no recordaba ni una cosa de la noche pasada. Yo le dije, que quizás James tenía todas sus respuestas.

—Dominik, todavía apestas a basura —dijo su hermana. Cooper lo olfateó y puso cara de asco.

—Creo que pasé toda la noche ahí dentro y no tengo idea como llegué. El olor a quedado impregnado en mí —se encogió de hombros y se levantó de la silla— Gracias por la comida, me iré a casa chicos, tengo que em... adiós.

Me extrañó su actitud. Había estado actuando raro desde que salió del contenedor. Por otro lado, Cooper había estado de mal humor toda la tarde. Cada vez que James trataba de acercarse a Camelia, él se levantaba y se iba al patio trasero, furioso. Eso indicaba más que problemas.

—Emma, yo lavo los trastes —dijo mi amiga— Como no ayudé en la mañana, ahora puedo hacerlo.

La miré con una sonrisa y asentí. Ya estaba agotada y todavía quedaba ir a comprar el regalo de mi madre. Detrás de ella, la siguió James.

Dirigí mi mirada a Cooper.

— Hey ¿que tienes? —acaricié su mano. Levantó su cabeza; se le notaba triste— ¿Quieres conversar? —asintió.

Arrastraba sus pies por el pasillo, hasta llegar al patio. Ahí se quedó suspirando y mirando al cielo. Entrelacé nuestros brazos y acomodé mi cabeza en su hombro.

—Nunca imaginé que tu amiga llegar a poner patas arriba mi vida.

—Ella puede ser un poco especial algunas veces, por eso llega hacer desastres a algunas vidas —soltó una risita— Pero es una buena chica, mientras no le grites, será un ángel, pero sino tendrás que vértelas con ella... tu sabes como llegar a ella Cooper.

—Cuando la vi ese día en el casino del instituto me llamó mucho la atención, su carácter es único —se queda en silencio— Yo tenía bien claro que si ella se me acercaba con otras intenciones, de no ser amigos, empezaría a tener sentimientos por ella y así pasó. Cada día que pasaba junto a ti, ella estaba ahí, cosa que me atraía cada vez más. El día que te acompañamos al centro comercial, y me besó, ella no salió en ningún momento de mi cabeza. Ahí me di cuenta de que me estaba empezando a gustar Camelia —dijo con cierto tono de nostalgia, como recordando el momento— Pero ahora, ese inepto de James, que se la pasa revoloteando a su lado, me enfurece demasiado —con su mano apuntó a la ventana de la cocina; ahí estaba los dos, muy coquetos.

James parecía un gran rival, pero Cooper sabia como poder a Camelia, sacaba su lado dulce, que ni yo podía hacer, es más conmigo parecía un loca, pero en cambio la faceta de ella enamorada daba la impresión que era otra mujer.

— Lo único que puedo decir que es se aburrirá de James... él es mi amigo, lo sé, pero en el fondo no quiere nada serio con ella, sé que tu lo sabes muy bien, yo siento que es solo para sacarte celos Cooper, para que de una vez por todas te pongas los pantalones y vayas por Camelia. Quizás es eso lo que ella necesita, que seas sincero con ella.

Cooper suspira a mi lado derrotado y baja su cabeza con sus ojos cerrados, meditando.

—Soy un cobarde —suspira— Tengo miedo, nunca había sentido esto por alguien.

¡No Entres Ahí! [1° TEMPORADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora