1. ¿Podría contar como incesto?

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Capítulo 1: "¿Podría contar como incesto?

Emma.

No, no, no y no. Estoy besando a mi hermanastro, el peor pecado cometido por los siglos. Pero ¡joder! Se me hacía imposible soltarlo, era como si nuestros labios hicieran un clic al unirse. Estaban creados a la perfección o era la emoción del momento. Ahora podría plantearme una pregunta ¿habrá tomado clases de besuqueos? Oh sí, claro que sí, y yo Emma Donovan podría comprobarlo.

—Eso Emma... es una advertencia. Para que te mantengas alejada de mi habitación —susurró con voz ronca contra mis labios. Salió, y me dejó ahí, con la mente hecha un remolino de incógnitas.

¿Cómo se atrevía a decirme que ese beso era una advertencia? O sea, servirá para tener una mejor excusa y entrar más seguido a su habitación. Y ahora me ha alborotado completa, tanto psicológica y físicamente. No sé cómo se me ocurrió seguir su fogoso beso. Es decir, es mi medio hermano ¿podría contar como incesto? No lo creo, Nick está condenadamente bueno. Además, ni hermanos de sangre somos, solo compartimos apellido. Creo que con saber eso me quedo bastante tranquila.

— ¡Emma! ¡Baja en este instante! —el grito de mi madre me hizo salir de mi imaginación. Provenía de la planta baja.

¿En qué momento había llegado? Se suponía que llegaba mañana por la noche de sus vacaciones con Mark, no ahora. Esto me encontró más desprevenida que el beso de Nick. Pero bueno, tendría que afrontar.

Bajé tropezando el último escalón que crujía de la escalera y llegué de rodillas a los pies de mi madre. Ahí estaba ella con las manos en su cintura y ceño fruncido. Al parecer el sol de la playa le afectó bastante, su piel estaba colorada y su adorable cabello castaño parecía un nido de pájaros. Todo un desastre.

—Hola madre —le sonreí inocente— Por qué llegaste tan... ¿Antes? ¿Y Mark?

Mark es el marido ideal de toda mujer, buen trabajo, linda cara. Mi madre se sacó la lotería con él. Es el padre de Nick y un desastre para el papel de padrastro, nunca le podré tener una pizca de cariño. Desde mi punto de vista es estúpido, narcisista, molesto, te vigila por todo y un carácter de los mil demonios; Nick es su copia exacta. Que copia exacta, es el mismo, pero un poco más joven ¿Cómo puede caber tanto ego en una persona? Solo pregúntenle a mi bestia de hermanastro.

—A Mark se le presentó una emergencia en la consulta médica, por eso llegamos hoy. Me parece extraño que preguntes por él, lo odias, además le avisamos a Nick que llegaríamos antes —me miró atenta mientras me ponía en pie— Supongo que no se avisó ¿Estás bien? Te noto... Agitada.

Sentí que mi cara se ponía roja de la vergüenza.

—Estoy bien. Ya sabes... —moví mis manos para darle más credibilidad a mi mentira. Si supiera que es por otra cosa— No estoy en condiciones para correr por las escaleras. Lo detesto y lo sabes.

Eso sí es verdad. Mi madre sabe que soy un cero a la izquierda para los ejercicios físicos, que implican sobre todo correr. Por mí, hubiesen construido mi habitación en el primer piso. Pero no, se les ocurre hacer una casa de tres pisos.

— ¿Ok? —dijo no muy convencida. Al menos me libré de esa fase de rebeldía que tuve arriba con Nick. Si tan solo supiera... Emma ya no existiría— Y ahora jovencita ¿me dirás por qué la cocina está hecha un desastre? Trastes sin lavar, líquidos en el piso, basura por todos lados ¿se te olvidó tu tarea muestras yo no estaba?

Esto no era parte de lo que habíamos hablado cuando ella se fue de viaje con su marido.

—Ayer por la tarde me dediqué a limpiar cada rincón de la casa, sobre todo la cocina. Hoy no he puesto un pie allí —me crucé se brazos— Ese fue Nick y si ensucia algo él tendrá que lavarlo. Yo no soy empleada de nadie. No me dan salario por hacer servicios extras.

¡No Entres Ahí! [1° TEMPORADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora