20. En otra ocasión será Ema (Maratón 3/4)

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Capítulo 20: "En otra ocasión será Emma".

Emma.

Insomnio. Esa palabra resumía por completo mi semana. No pude pegar un ojo en toda la noche, tenía una sensación extraña en mi pecho, como si en cualquier momento sentiría a Mark entrar por la puerta y llevarse a mi madre para siempre. Había algunos días que deseaba matar a ese hombre.

El otro tema que me mantenía despierta la mayoría de las noches, es el matrimonio arreglado de Sky y Nick, que, según Camelia, lo iríamos a sabotear ¿Cómo? Ni la menor idea, ella no había querido decirme absolutamente nada y para despistarme tomó la decisión de ir a comprar los vestidos para no responder a mis preguntas. Por otro lado, había estado inmersa en el trabajo comunitario de la biblioteca; hoy fue el último día.

Y para rematar se aproximaba el cumpleaños de mi madre, no tenía ni un solo peso para comprarle algo, la única opción que tenía era de ese señor que se había comunicado con Camelia para trabajar en lo que a él le pareciera perfecto. No tendría otra salida. Doy unas vueltas en mi cama y paso las manos por mi cara, es ahora o nunca. Salgo de debajo de las cobijas y me cambio de ropa rápidamente. Tomo las zapatillas en mi mano, saliendo a hurtadillas de mi habitación para no ser escuchada por mamá, que quizás por la hora debería estar durmiendo. Antes de salir, me pongo las zapatillas.

Miro a la casa vecina y la única luz encendida es en la habitación de Camelia, me escabullo entre los arbustos y entro a su propiedad hasta quedar bajo su ventana. Había un par de enredaderas en la pared, pero no se veían lo suficientemente fuertes para escalarlas, por lo que tomo unas pequeñas piedras y la aviento en su ventana.

Luego de una ronda de lanzamientos, abre la ventana.

— ¡Oh, Romeo! ¿Eres tú? —dice mirando hacia donde me encuentro— Ah no. Que desgracia. Eres tú Emma Chase ¿Qué haces aquí?

—Te necesito.

— ¿Para que soy buena?

— ¿Me vas a tener aquí afuera? Me estoy congelando.

Si seguía subiendo el volumen de mi voz, mi madre sabría que no estoy en la casa y por ende un castigo me podría poner encima, además los padres de Camelia se podrían enojar.

—Quédate ahí. Ya bajo —se entra y cierra su ventana.

Habrán pasado unos 5 minutos y yo estaba temblando del frío, solo a mí se me ocurre salir con una delgada camiseta.

—Hey, Emma —era Dominik, que estaba detrás de la reja de madera que daba hacia el patio. Seguí su voz y me adentré en su casa, la calidez, nuevamente, era irremplazable.

—Mataré a Camelia por hacerme esperar —mis dientes castañeaban un poco— Mis manos están rojas.

Ella estaba sentada frente a la chimenea, por lo que me daba la espalda. Cuando su hermano la llamó ella solo trató de girar la cabeza, era estar viendo la película el exorcista.

—Ven amiga —palmotea el suelo para que me siente a su lado— Cuéntamelo todo —en su cara se notaba una sonrisa maquiavélica.

Dominik estaba detrás de mí y soltó un suspiro, debe estar acostumbrado a todo este jaleo.

—No te asustes Emma, ella se comporta extraña cuando tiene sueño —pasa la mano por su cara. Se notaba que estaba durmiendo y su hermana lo había ido a molestar— Yo me iré a la cama.

Camino hasta ella y me siento a su lado.

— ¿Podrías quitar esa cara de estúpida? —levanto mis cejas, pero ella no me escuchaba— Mi puño irá directo a tu cara en tres segundos... uno... dos...

¡No Entres Ahí! [1° TEMPORADA]Where stories live. Discover now