Una Disculpa No Merecida (#2)

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Aún seguía pensando en lo de ayer en la noche. Esas dos personas que vi y que me evitaron mirar al otro lado estaban instalándose en mi memoria y no se querían ir. Yo sé que debería decirle a todo el mundo lo que paso, pero, en realidad no confió en nadie, solo en mi madre y mi hermana, bueno, también confió en Ann y confiaba en Tyler, antes de que su alma fuera raptada.

Llegue a la puerta. Solo en ese momento empecé a ver los dibujos que estaban en ella. Me acuerdo cuando yo misma con un lápiz trace la primera inspiración que me llego a la mente, junto a mi mamá. Hablando de ella, solo espero que se disculpe por lo que me dijo ayer para que mi mente descanse. Literalmente ayer fue el día más extraño y horrible de mi vida.

Cuando llegue a la puerta y la abrí, mi madre estaba sentada en la mesa con las manos en la cabeza y la mirada baja. Parecía triste y arrepentida. No sé por qué estoy alegre por eso. Le señale April mientras mamá tenía la mirada baja que se fuera al cuarto, quería estar sola con ella. Cuando April se fue con pequeños pasos, mamá alzo su mirada y se sorprendió de verme, tenía los ojos rojos.

-Mamá – casi lo susurre. Tomo su cabello y se lo arreglo - ¿Estas bien?

-¿Luzco que estoy bien? – Dijo sarcástica. Pensé que estaría dispuesta a disculparse, pero supongo que me equivoque

-Quiero hablar contigo, acerca de lo que paso ayer – Doblo los ojos y se puso derecha en la silla – espero que este dispuestas a charlar

-Está bien – tratare de que no sea tan incómodo

-Ayer me hirió lo que me dijiste – cerro los ojos y puso una de sus manos en su frente

-Tara... ¿Desde cuando llevas entrenando? – ahora vamos a comenzar a hablar del entrenamiento

-No es de lo que quiero hablar – se volvió a poner derecha y se rasco la frente

-¿De qué quieres hablar?

-Que me des una disculpa

-¿¡Una disculpa!? – Casi grito – una disculpa, cuando lo único que hice fue hacerte ver la realidad

-¿Cuál realidad?

-Puedes ser escogida. Puedes morir si no entrenas. He visto chicas como tú, que piensan que no serán escogidas, y resulta ser que están equivocadas – yo quería enserio una disculpa, pero pareciera como si lo evitara

-Mamá. Veo tu preocupación, pero, debes ver, que ahora no importa a quien escojan, no importa quien muere. Lo que importa es que te disculpes

-¡Debes ser fuerte! – Grito, y estallo mi tímpano y me encogí en el miedo – debes ser vencedora, debes precaver – pude ver una lagrima saliendo de sus ojos. Estaba llorando

-Mamá, no llores. Solo quiero una disculpa, eso que me dijiste ayer me dolió. Todo lo que pensaba de ti, ¡En ese momento despareció! – literalmente grite

-¡No quiero perderte! – lloro más de lo que en mucho tiempo la había visto. Sus lágrimas cayeron como las hojas de un árbol, enserio era doloroso, pero no le daré ese abrazo que obvio necesita si no se disculpa – Yo no tuve madre, pero si la hubiera tenido, hubiera deseado que fuera como yo.

No sé cómo había pasado de estar dispuesta a recibir una disculpa, a llegar a los gritos, pero mi voz paso de ser suave a ruda – ¡Solo quiero una disculpa!

-¡Ya basta! – Era April, mojada en la lagrimas – puedes disculparte por lo que sea que le hagas dicho, y no ser así – camino hacia mi madre y la apunto con el dedo – en este momento no te conozco, en este momento eres un monstruo – mamá se paró de prisa en frente de April y la opaco con su sombra. Mamá alzo la mano y le dio una cachetada a April de la nada. Simplemente impactada.

La mirada de April y mi mamá eran fijas la una a la otra. April rápidamente alzo la mano derecha a su cachete, en donde mamá le había pegado. Sus ojos tiraban fuego.

-¿Quién eres? – Pregunto April con su mirada fija

-Soy tu madre y debes respetarme – April expreso confusión

-Debo respetar a mi madre, y tú no lo eres – quería entrar en la conversación, pero estaba bloqueada y confundida – Te odio – se quitó la mano del cachete y se fue corriendo hacia su cuarto. El último sonido en la casa, fue la puerta siendo golpeada con gran furia.

Mamá se quedó parada en ese mismo lugar, temblando.

-Mamá – susurre

-Te daré lo que tanto quieres – se dobló hacia mí y me miro – lo siento. Me disculpo, por ser una mala madre – sentía algo en mi pecho que no me dejaba en paz, si, era culpa. Saque una lagrima – Lo lamento. Espero que me no me odies como April – se dobló y se fue a su cuarto, la puerta choco suave

-Te perdono – dije sola en la habitación con una lagrima larga entre mi mejilla.

Han pasado tantas cosas las últimas horas, que prefiero ser enterrada viva bajo toneladas y toneladas de tierra. Todo esto sobre la Onex y la gobernadora había separado a mi familia, y las cosas que pasaron ayer en la noche, habían enloquecido mi mente. Sabía que volvería hacer incomodo hablar con mamá otra vez y que sería mi prioridad decirle a April que le pida perdón a mamá, porque eso le debió haber dolido más de lo que a mí me dolió las palabras de mamá atrás en el patio. Tras toda esta locura, esta lo que pasara en la noche. Esta noche van a decir quiénes son las dos "Afortunadas Onex" y en ese momento dos chicas serán arruinadas psicológica y mentalmente. Espero que todo lo que he dicho y pensado sea verdad, estoy segura de que lo es.

Eso espero. 

La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora