capitulo 35.- siempre estaremos unidos.

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Hoy viernes no tengo tanto trabajo como ayer o los días anteriores, estuve buena parte de la mañana dando vueltas a la habitación de anne mientras iba y venía a diferentes áreas del hospital, mi hora del almuerzo llegó y con ello Fernanda seguía presionándome para que le contara lo que quedamos ayer.

-¿ahora si me dirás que te pasa?- dijo ella sentándose junto a mí y poniendo su desayuno encima de la mesa, jeannine llegó después.

-sí, bueno… ¿si recuerdas a mi amigo liam cierto?

-¿el sexy que vino a quitarse su yeso?- asentí tratando de omitir la palabra sexy que había empleado fer en su descripción.

-resulta que… él y yo tuvimos algo hace cinco años, luego yo me fui a LA, y el otro día me confesó estar enamorado de mí…- jeannine y fer me miraban con la boca abierta, no esperaba menos, puesto que mi historia no suena bonita de ningún punto de vista.

-vaya… un momento… si te afectó es porque… ¡ay por dios!- jeannine rodó los ojos al ver que fer se hiperventilaba.

-no puede ser, Fernanda, ¡respira, mujer!- una le echaba aire a la otra con las manos yo en cambio trataba de ocultar mi sonrojo.

-¿entonces?, dime… ¿tú también sientes algo por él?-

-s-si… no sé… es que… estoy muy confundida, por un lado está Ross, no puedo hacerle daño, y por el otro liam, a él ya le hice bastante daño como para seguir haciéndole sufrir- ¿seré la misma bruja?, “tal vez sí”, pero, yo no he hecho nada malo, “en el fondo eres tan mala como carla, o mucho peor”, no, eso no es cierto.

-¿sabes?, en estos casos, lo mejor es recurrir al “break”, ya sabes, no estar ni con uno, ni con otro, un tiempo para ti, así tienes tus sentimientos a un nivel más imparcial- dijo jeannine regalándome una sonrisa que de verdad logró reconfortarme aunque sea un poco.

-entonces… tú dices, ¿terminar con Ross?- la sola idea era descabellada, me gustaba la seguridad que siento, me gusta de hecho, ¿Por qué romper mi burbuja de seguridad?, al parecer este era un juego en el que alguien tenía que salir lastimado.

-no… bueno algo así, no es terminar, ya sabes, como terminar por siempre, es como un tiempo, dile la verdad, no hay nada que un ser humano aprecie más que la honestidad, además es un respiro para el alma- dijo esta vez fer, quien me mostraba como respirar profundamente.

-pues… creo que tienen razón, entonces hablaré con él mañana, así hoy no tengo problemas, recuerden que es la fiesta de dani-

-oh claro, sí, no te preocupes, yo jamás olvido una fiesta- mi localizador vibro dentro de mi bolsillo, lo saqué, “emergencia”.

-el deber llama, nos vemos chicas- corrí hasta el área de urgencias, cuando me topé con el doctor O’mally, este me detuvo agarrándome por los hombros.

-doctora Stratford, la estaba buscando, surgió un problema con su madre, la pasaron al área de terapia intensiva- ay no, anne.

-pero… ¿Qué es lo que le pasó?, estaba bien hace un rato-

-el dolor de nuevo, incluso tuvimos que aumentar la dosis de morfina- mordí mi labio inferior que estaba temblando.

-¿puedo pasar a verla?- el doctor asintió.

-está en la habitación 50, ya informó que se le ha cambiado de habitación… vaya- una vez que obtuve la dirección mis pies se movieron casi por si solos, porque mi mente era un completo caos, hacía mucho no me sentía así, como si no pudiera controlar nada en mi vida, hace meses la vida era fácil y llevadera para mí, novio perfecto, familia perfecta, trabajo perfecto, incluso yo me sentía perfecta en mi perfecta vida.

Antes de entrar de lleno a la habitación eché un vistazo, anne se encontraba sedada, por lo que dormiría un buen rato, me acerqué a ella y aún sabiendo que no despertaría si le hacía ruido, mis movimientos fueron silenciosos.

-hola, linda- dios, la voz de anne aceleró mi corazón del susto, y yo que pensé que dormía plácidamente.

-pensé que dormías- dije tomándole la mano en la que tenía suero intravenoso.

-solo estoy algo mareada, hace rato me levanté por mi teléfono celular y me entró el dolor-

-¿tu celular?- dije mirando el bolso de anne enseguida de su camilla.

-sí, es que… quería llamar a una florería para enviarle un arreglo a dani, con eso de que no le pude comprar algo para su cumpleaños- mis ojos se aguaron de nuevo pero esta vez no dejé que saliera ninguna lágrima.

-¿y llamaste?, o si quieres yo pue…-

-no, ya lo hice, gracias de todos modos, cariño-su mano, aunque estaba débil pudo apretar la mía en señal de agradecimiento.

-anne…yo… no he tenido la oportunidad…de agradecerte todo lo que hiciste por mí-

-no tienes que agradecerme nada, linda, si yo no he hecho gran cosa-

-claro que sí, cuando llegué a Londres hace cinco años… tú te comportaste conmigo como si fueras mi propia madre, incluso muchísimo mejor que mi mamá, y haces tan feliz a mi padre…no… no quiero que…- sin poder evitarlo y dejando la fuerza de voluntad las lagrimas se corrieron por mi cara.

-no llores, hermosa, tú mejor que nadie sabe que mi muerte es inevitable…- cuando anne mencionaba la palabra muerte se sentía como si me quitaran el aire de los pulmones, pero para ella era natural y lo mencionaba sin pelos en la lengua.

-quisiera ignorar esa parte… te quiero mucho, anne, no puedo imaginar lo que será después…sin…ti- el dolor me embargó como cuando recuerdo a mi abuela, o a mi abuelo, o a cualquier ser querido que se fue.

-________, quiero que me prometas algo… ¿podrías?- asentí con la cabeza y me sequé las lágrimas recién derramadas, mi cara se sentía pegajosa.

-cuida a josh y a tu padre… no los dejes ser tristes, hazlos que sonrían, así de bonito como tú siempre lo haces, y a mi dani… bueno, me voy sabiendo que no estará sola, porque tiene a peter, a su abuela y a ustedes que son su familia… quiero que siempre estén unidos- miré mi mano entrelazada con la de ella, asentía al mismo tiempo al que me iba diciendo todas aquellas palabras.

-claro anne… siempre estaremos unidos, te lo prometo- esta promesa, era una de esas que no puedes romper, porque tú también deseas cumplirla.

-una cosa más… quiero ir a la fiesta de danielle- creo que eso si iba a ser imposible de concebir, ya que hay ordenes médicas de por medio.

-lo siento anne… tienes que quedarte aquí, son ordenes de tu doctor- ella arrugó la frente y me miró con sus ojos café como si fuera una ofensa lo que acababa de decir.

-no me quedaré aquí, quiero estar presente en esa fiesta, además… si me muero que sea en mi casa-

-lo único que puedo hacer es traer al doctor… así tu le das tus razones, pero de ahí a que lo convenzas yo no sé- anne me regaló una débil sonrisa que le iluminó la mirada.

-está bien, yo me las arreglo-

MY GIRL 2 (LIAM PAYNE Y TU)Where stories live. Discover now