21. Johan

125 15 1
                                    


Momentos como este me hacían sentir impotente.

Mi niña me necesitaba, pero no podía estar ahí con ella.

Sabía que todo esto sería difícil, pero me encontraba tan frustrado que estaba a punto de tirar todo por la borda y presentarme delante de sus padres y hacerles saber que ahora ella me tenía a mí para protegerla, consolarla y apoyarla en todo lo que necesitara, durante todo el tiempo que ella decidiera darme la oportunidad.

Pero no podía hacer eso. No quería arriesgarme a perderla tan pronto. Aunque tal vez no tendría nada extraño el que me presentara diciendo que era su amigo...

— ¿Se puede saber que estás haciendo Johan?

Me sobresalte un poco al escuchar la voz de Cam, no la había escuchado entrar.

—Estoy planeando las conferencias de esta semana.

Me miro de manera severa, me hizo recordar cuando era niño y me reprendía por haber hecho algo malo.

—No hablo de eso.

Estaba confundido. Suspiro sin cambiar su expresión severa.

— ¿Qué estás haciendo con Allison? —fruncí el ceño.

— ¿Puedes ser un poco más clara sobre a dónde quieres llegar?

—Bien, seré directa. ¿Por qué en la vida, le dices a esa niña que son novios, cuando tú ya tienes una novia, desde hace más de tres años debo recalcar y con la que antes de que se fuera de viaje estabas dispuesto a comprometerte, incluso casarte?

Nunca me había enojado con Camille, pero estaba seguro que en éste momento estaba a punto de estarlo.

— ¿Qué estás insinuando Camille? —el tono de mi voz indicaba indudablemente que estaba molesto.

Ni siquiera se inmuto.

— ¿Tu qué crees? Sé que te dije que sin importar la edad, podías intentarlo con Allison, pero cuando lo dije, no me refería a que lo hicieras cuando todavía estés con Ivinne. —Ivinne, dijo Ivinne, eso solo indicaba la seriedad de todo esto.

—Ya lo sé, pero ¿qué quieres que haga? Ella me gusta Camille, espera, ¿qué estoy diciendo? Es mucho más que eso, la quiero y estoy bastante seguro de que hasta podría llegar a enamorarme de ella...

—Eso ya lo sé, pequeño idiota —me interrumpió gritando, dejándome estupefacto. —Se nota a kilómetros de distancia que te derrites por esa niña y ella por ti, y no estoy en contra de ello, es más, me gusta para ti, pero no es correcto Johan, hasta donde sé, no has terminado con Ivinne, dime, ¿qué harías si Allison se da cuenta?

Un escalofrío de temor me golpeo fuerte en el pecho.

— ¿Vas a decírselo?

—Debería —dijo mortalmente seria

— ¿Vas a hacerlo?

—No, no lo haré, porque a pesar de todo, puedo ver el bien que eres para ella y el que ella es para ti, pero estás jugando con fuego y si no haces nada para arreglar esta situación, de alguna u otra manera se dará cuenta.

—No si puedo evitarlo. —gruñí secamente. —Además no es como si fuese mi intención el tener dos novias al mismo tiempo, pero quiero estar con Allison. Intente ponerme en contacto con Ivinne, pero no responde ni mis llamadas, ni mis correos, así que, ¿Qué puedo hacer? Además cuando tuve la tonta idea de casarme con Ivinne no conocía a Allison, ahora me doy cuente que ese hubiese sido el mayor error de mi vida.

—Creo que tienes la edad suficiente para saber que si sigues con lo que estás haciendo, terminará mal, así que arréglalo, busca la manera y espero que tengas muy en cuenta, lo frágil que es emocionalmente Allison, no le hagas daño, si lo haces y le pasa algo impensable, ni yo te perdonaré.

Tirándome en la cara el mayor de mis temores, salió de mi oficina cerrando la puerta con un fuerte golpe.

*****

Ella: Me duele tanto verla así, hasta el momento no ha hablado con nadie, sólo ha estado viendo a la nada, mientras acaricia su vientre constantemente.

Yo: Lo lamento tanto mi amor, quisiera estar justo a tu lado y poder darte un abrazo fuerte.

Ella: ¡Yo también! Y por si estás enloqueciendo, sé que lo estás, estoy bien, no tengo pensamientos raros ni nada.

Yo: Bien, confío en tu palabra, tienes que ser fuerte, sé que puedes. Te quiero mucho, no lo olvides.

Ella: Yo también te quiero mucho, te dejo, el médico quiere hablar con nosotros. Muchos besos mi pastelito de fresa.

Me reí. Sonaba tonto que a alguien de mi edad lo llamaran de esa manera pero no me importaba, ella lo había escogido para mí. Ella era mi mariposita, así que estábamos a mano.

Mi sonrisa se borró cuando recordé todo lo que me había dicho Camille hace dos días. Dos días, el tiempo que llevaba sin hablarme.

Quería resolver esta situación, pero no sabía cómo. Sabía que tenía que terminar con Ivinne, pero no podría hacerlo hasta que se dignara a responderme, estaba totalmente a su merced en ese punto. Dejar a Allison era impensable, decirle que aun no había terminado con mi novia anterior, lo era aún más.

Así que, seguiría como hasta ahora, Allison me necesitaba y yo quería estar con ella, por lo que de momento ignoraría esa voz molesta en mi cabeza que me decía que toda esta situación era una bomba de tiempo, que estallaría tarde o temprano arrebatando de mi lado a mi ángel de ojos azules.


Mi Corazón en PalabrasWhere stories live. Discover now