6. Allison

172 16 3
                                    

Después de un largo día de clases interminables, nos dirigimos a casa. Esta semana nos toco viajar en el auto de Alice. Ambas tenemos auto, pero se nos hace súper aburrido viajar por separado así que alternamos entre nuestros autos cada semana, aunque para ser sincera, no me gusta conducir, prefiero el asiento del copiloto, así puedo disfrutar del paisaje, sin preocuparme por atropellar a alguien o pasarme un semáforo en rojo.

─Apuesto todos mis ahorros a que estas pensando en cierto bombón ─como siempre Alice experta en interrumpir mis preciados pensamientos.

─Entonces amiga mía acabas de convertirte en una persona pobre porque no estaba pensando en NADIE, solo estaba imaginando en ir directo a mi habitación y dormir hasta el año que viene.

─ ¿Por qué será que no te creo?

─ ¿Por qué quieres que admita algo que solo está en tu imaginación?

─Niega todo lo que quieras, pero yo se que te mueres por Jensen. ¿Se te olvida que te conozco desde que eras casi un bebé?

─Claro que no lo olvido y es porque yo también te conozco que no logro entender a que se debe tu obsesión porque admita que me gusta Jensen, aunque eso ya te lo dije, me gusta sí, es muy guapo, pero tampoco es que por eso quiera casarme con él.

─ ¿Estás segura?

─ ¿Sabes? A veces eres insoportable.

─ ¡Ja! ¡Ahí esta! ¡Te molesta porque sabes que es verdad! Además no olvides que mañana conocerás su casa.

─Lo que tú digas Alice –digo con un resoplido, en serio a veces logra sacarme de mis casillas con sus ideas locas.

Ninguna dice nada por el resto del camino, hasta que se detiene frente a la puerta de mi casa.

─ Ya estas. En tu casa sana y salva. Recuerda que mañana, en cuanto vuelvas tienes que ir a mi casa para contarme todos los detalles y no acepto un no por respuesta ─murmura con un guiño.

Apenas bajo del auto no me da tiempo de responder porque esta dirigiéndose a su casa y entra sin mirar en mi dirección. Genial.

Me dirijo a mi humilde hogar. Vivimos en una comunidad, muy bonita, donde todas las casas tienen hermosos jardines, pero debo decir que el mío es el mejor. Está llena de rosas y lirios una combinación que me encanta.

Mi mamá trabaja en la redacción de una revista científica. Es algo así como una especie de nerd desde la primaria y obviamente la mejor mamá del mundo.

Papá es pediatra, de su trabajo me encanta la parte de interactuar con niños, son tan adorables. Pero odio totalmente la parte medica, odio las agujas, la sangre... Jamás podría ser una doctora.

Mi hermana, Melanie, se graduó el año pasado como diseñadora de interiores, cosa que no entiendo porque a mi parecer tiene un gusto horrendo, empezando por su novio de toda la vida.

 Mike. En serio, el es una persona, desagradable de ver, no me malinterpreten, lo que importa en una persona es su personalidad, pero hasta la personalidad de él es fea. Es delgado hasta el punto que puedes notar todos los huesos de su cuerpo, su nariz es tan puntiaguda que me sorprende que aún no le haya sacado un ojo a Mel, usa brakets y es tan pálido hasta el punto de parecer albino. Pero lo peor de todo es su forma de ser. Te mira con un aire de superioridad realmente molesto, cuando pasea por la calle con mi hermana, no para de ver el trasero de las mujeres que pasan a su alrededor, y hasta les dice cosas obscenas. Delante de mi hermana. Y ella actúa como si nada. Patética.

Algunas noches (la mayoría) mamá llega tarde a casa, por lo que Melanie y yo nos tenemos que turnar para preparar la cena. Hoy le toca a ella, pero evidentemente le dio por torturarme, porque no está en casa y hay una estúpida nota pegada a la nevera que anuncia alegremente:

"Hoy es nuestro aniversario. Mike me invito a cenar. ¿No es lindo? En fin, prepara la cena por mí. Espero que no te moleste. Te compensaré.

Besitos.

Mel"

Como si tuviera otra opción. Supongo que solo seremos papá y yo. Muy bien manos a la obra.

*****

Luego de cenar solo con papá, me dirijo a mi habitación para analizar los acontecimientos del día y sin mucho esfuerzo me encuentro pensando en Jensen. Suspiro. No logro sacarme de la cabeza el momento en que nos dimos la mano y tuvimos esa extraña sensación. No encuentro otra explicación más que me estoy volviendo loca, porque él es mi profesor, es mucho mayor y además debe de estar casado o al menos tener una novia. Así que mejor ni dirigir mi atención por ahí.

Además que yo estoy en un período que puede llamarse como de recuperación.

Es difícil de superar cuando  una persona que amas te hace daño. Yo lo amaba. Con tanta intensidad que dolía y para el fui como una especie de pasatiempo. Estoy segura de que me quiso, por un corto tiempo, pero lo hizo, pero lo más cruel por su parte fue seguir ilusionándome y jugar con mis sentimientos sabiendo el efecto que tenía en mí.

Lo conocí en la escuela secundaria. Fue algo así como atracción a primera vista. Recuerdo que estaba entretenida con algo y sin saber porque levante la vista y lo vi caminando por un pasillo no muy lejos de donde yo estaba. Lo primero que llamo mi atención fue su cabello. Era negro, lacio y largo, caía sobre su frente, cubría su cuello y le quedaba absolutamente genial. Sus ojos eran oscuros, muy bonitos y expresivos. Su sonrisa era hermosa, sus dientes no eran perfectos pero sonreía con tanta naturalidad y emoción que hacia tartamudear a mi corazón. Su personalidad era bastante jovial y amistosa y enseguida te caía bien, lo que hacía que fuese bastante popular. Todo él era perfectamente imperfecto. Al menos ante mis ojos.

Por esas casualidades extrañas de la vida, llegamos a ser amigos, pero él estaba totalmente consciente de mis sentimientos y a veces se comportaba como si se sintiera igual, hasta una vez llego a confirmarlo, lo que me hacia ilusionarme y a la vez confundirme. Mucho. Cada vez que estaba con él, mi corazón palpitaba tan fuerte que estaba segura que todos podían escucharlo, mis manos temblaban incontrolablemente y mi cerebro decidía tener unas pequeñas vacaciones, lo que impedía decir cosas coherentes o decir algo en absoluto.

Hasta que todo se vino abajo cuando un día apareció realmente emocionado por haber obtenido el «si» de la persona que realmente llenaba su corazón y dijo textualmente: "Ella es la que he esperado por siempre" Trate lo mejor que pude de que en mi cara no se reflejara mi dolor por esas palabras. Gracias a Dios lo logre. Y claro, luego de que conseguí controlar mis ojos para que no dejaran escapar ni una sola lagrima, inmediatamente mi cerebro se percato de la crueldad de esa acción, ya que sabía lo que yo sentía. Su relación no duro ni siquiera un año pero supongo que eso está bien.

A lo largo de nuestra vida tenemos que experimentar las desilusiones y el dolor. Eso es lo que nos hace humanos. Y debemos sacar provecho de eso, porque a medida que creces y atraviesas los golpes de la vida, tienes que reunir siempre la voluntad para levantarte. El dolor te hace más fuerte y te hace querer luchar siempre que tengas que experimentarlo de nuevo. Porque la vida es un constante campo de batalla, en el que debemos luchar para sobrevivir y alcanzar la felicidad. Y en ese preciso instante es cuando te das cuenta que las lagrimas que una vez derramaste, no fueron en vano.

************

¡Hola mis hermosos lectores!

(Si los hay) :P

¡Gracias por leer!

Sean bellos y generosos y denle clic a la estrellita ;)

Comenten es gratis :D

¡Nos leemos el próximo miércoles con un nuevo capitulo!

¡Besitos llenos de amor y de labial sabor a fresa! ;)


Mi Corazón en PalabrasWhere stories live. Discover now