13. Johan

166 19 5
                                    

No recuerdo haber estado tan ansioso en mi vida como en este momento.

Lo demostraba el hecho de que había estado desde muy temprano, sentado frente a la ventana, esperando que Allison llegara.

Estuve observándola durante la semana y en ningún momento había mostrado señales de tener algún problema o algún tipo de depresión. Así que seguía siendo un enigma el porqué de sus cicatrices y estaba muy dispuesto a averiguarlo hoy.

Fue a verme a mi oficina a mitad de la semana para comentarme lo horrible que era el escrito que le había dado para analizar, pero realmente no preste atención a lo que estaba diciendo porque mi vista estaba clavada en su muñeca izquierda. No tuve el valor de preguntarle en ese momento pero hoy estaba decidido.

─Cielo, ¿estás bien? Desde hace días te noto muy preocupado.

─No es nada Cam, un asunto que resolveré hoy mismo.

─ ¿Tiene algo que ver con Allison o con Imelda?

Me rio entre dientes, mi querida Cam, siempre cambiándole el nombre a Ivinne. Ivinne. Otro asunto pendiente del que no he podido ocuparme pero no por falta de interés. La semana anterior intente ponerme en contacto con ella, para poder de mutuo acuerdo poner pausa o más bien fin a nuestra relación pero no pude localizarla. Lo mismo en el transcurso de la semana. No sé si es algo que hace a propósito o porque está muy ocupada, pero yo lo tome como una señal para no sentirme culpable por pensar en cierta chica de ojos azules.

Un destello plateado llama mi atención a lo lejos e inmediatamente mi corazón empieza a latir errático como el de un adolescente que pierde la capacidad de hablar frente a la chica que le gusta. Simplemente aterrador.

La observo bajar de su auto y no puedo evitar sonreír. Ella es totalmente hermosa. Me encanta su manera de vestir, sencilla, sin ganas de llamar la atención pero fracasando estrepitosamente. Casi siempre usa vestidos y hoy no es la excepción. Lleva un vestido verde pálido por encima de la rodilla, con un lazo blanco alrededor de su pequeña cintura y zapatos del mismo color. Me recuerda vagamente a campanita. Campanita versión cabello negro y ojos azules.

Espero un par de minutos luego de que hizo sonar el timbre para abrir.

─Buenas tardes Allison.

Me recompensa con todo el esplendor de su sonrisa.

─Buenas tardes profesor –arqueo una ceja e inmediatamente agrega –Buenas tardes Johan.

Mucho mejor.

─Pasa, siéntete como en tu casa.

─Gracias, ¿hoy no está Cam?

A este paso creo que empezaré a estar celoso de que sienta más cariño por Cam que por mí.

─Me dijo que iba a estar en la cocina, para tener lista la malteada favorita de su bonita.

Sus ojos se iluminan adorablemente.

─Ella es muy dulce me recuerda a... −se calla abruptamente y veo sus ojos llenarse de lagrimas −... no importa –su voz se quiebra y respira profundamente un par de veces.

─ ¿Te sientes bien? –pregunta estúpida. Es evidente que no ─ ¿Por qué estabas a punto de llorar?

─Lo siento, –dice en un susurro ─solo he estado un poco sensible estos días.

Todas las alarmas se disparan en mi cabeza. Estaba a punto de echarse a llorar lo que significa que algo le pasa y temo que se encuentre cerca de alguna cosa que sea capaz de cortar la piel.

Mi Corazón en PalabrasWhere stories live. Discover now