20. Allison

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Ella no.

Por favor, Dios mío, ella no.

— ¿Señorita?

—Lo siento —dije con voz temblorosa. — ¿Qué pasó?

—Como le decía, la señorita Melanie Pride, acaba de ser ingresada de emergencia, presentando múltiples lesiones, su estado es reservado hasta que sea valorada a profundidad por un médico.

Más lagrimas llenaron mis ojos, Johan tomo mi mano.

— ¿Pero qué fue lo que paso? ¿Un accidente de auto? —el otro lado de la línea quedo en silencio. — ¿Por qué no me responde? —pregunte al borde de la histeria. Se aclaró la garganta. —Según la llamada que recibimos, Mike Campos, agredió a la señorita Pride, hasta que uno de los vecinos, alertado por los gritos, intervino y procedió a llamar a la ambulancia y a la policía.

*****

Ni siquiera me moleste en preocuparme sobre cómo iba a explicar el por qué Johan estaba conmigo.

En cuanto le dije lo que estaba pasando, me dirigió rápidamente a su auto para traerme.

No sabía cómo sentirme.

Solo quería saber que Mel iba a estar bien.

Jamás en mi vida había odiado a alguien, pero estaba segura que lo hacía ahora.

Ese desgraciado golpeo a mi hermana, la persona que se supone que ama. También dolía mucho el que ella no confiara en mí. Se suponía que nos contábamos todo. Si esto era algo que pasaba constantemente, debe haber estado sufriendo mucho, sola. Yo la habría apoyado en lo que quisiera, pero en el fondo sabia porque no había dicho nada. Amaba a ese idiota.

Llevábamos al menos veinte minutos en la sala de espera y nadie nos decía nada. Johan no había soltado mi mano desde que salimos de su casa.

—Familiares de la señorita Melanie Pride.

—Aquí —dije apresuradamente. —Soy su hermana.

Hasta este momento me di cuenta que no había llamado a mis padres. ¿Qué clase de hija era?

—Soy el doctor Serrano, el medico que está atendiendo a su hermana. Logramos estabilizarla, presenta hematomas mayormente en los brazos, asumiendo que es porque intentaba defenderse, los más notorios están en el rostro. Tiene una costilla y el brazo derecho roto. Pero va a recuperarse. Me temo que lo que más va a necesitar su hermana es ayuda psicológica, por el bien de ella y su bebé.

¿Dijo bebé?

Solo lo observe, debió de notar mi impacto y confusión, se apresuró a añadir:

—Por su expresión puedo suponer que no está al tanto. Su hermana tiene alrededor de dieciséis semanas de embarazo, por eso la mayor parte de los golpes son en los brazos, trataba de proteger su vientre.

Esto si no me lo esperaba. Melanie embarazada. Dios mío, ¿desde cuándo mi hermana se convirtió en una desconocida?

— ¿Puedo verla?

—En este momento no, cuando sea posible enviare a una enfermera por usted.

Con una rápida inclinación de cabeza se fue.

Me deje caer en la silla. Johan puso su brazo sobre mis hombres y me llevo a su pecho.

— ¿Estas bien? —murmuró contra mi cabello.

—No lo sé.

—Ya escuchaste al doctor, tu hermana se pondrá bien, quiero que te enfoques en eso, nada más.

Lo mire fijamente, notando que estaba bastante preocupado y sabía que no era por mi hermana.

—Nunca olvidaras esto ¿cierto? Te prometí que no lo haría, y lo cumpliré, tienes que confiar en mí.

—No quiero discutir contigo, simplemente estoy preocupado por ti, ¿eso es malo?

—No, no lo es. Voy a estar bien, además mi hermana me necesita.

—Bien —me dio un beso en la frente. —Yo me encargue de avisarle a tus padres, así que creo que ya va siendo hora de que me vaya. Sabes que quiero estar aquí acompañándote y apoyándote, pero tus padres no lo entenderían.

La decepción me inundo, pero tenía razón.

—Tienes razón.

—Oye —se agacho hasta estar a mi altura, se veía bastante gracioso. —Estaré contigo en pensamiento y en mensaje de texto por supuesto.

Me guiño un ojo. Sonreí.

—Me encanta cuando sonríes —me besó.

*****

Mamá y papá estaban histéricos.

Los comprendía totalmente, primero yo y ahora Melanie. Ver a tus hijas inconscientes en una cama de hospital no debe ser nada fácil.

Mi hermana se miraba horrible. Su cara estaba llena de moretones y muy inflamada, su brazo en un yeso.

Me dolía tanto verla así.

Si algo le pasara seria otro golpe demasiado duro para mí.

Aunque quería pensar que era más fuerte ahora, no estaba tan segura. La herida en mi pierna no ayudaba mucho tampoco. Fue totalmente un momento de debilidad, un impulso, del que me arrepiento profundamente. Pero lucharía contra mis impulsos, por mi hermana, por mis padres y por Johan.

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¡Doble capítulo!

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¡Besitos llenos de amor y labial sabor a fresa!





Mi Corazón en PalabrasWhere stories live. Discover now