Cerveza sin Alcohol

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Eran las 09:15pm y ya Max se preparaba para irse a su nuevo empleo como auxiliar de bartender. Jack también saldría esa noche, pero aguardaba para hacerlo luego que Max se fuera. Entró a la cocina y abrió el refrigerador, no había la marca habitual de cerveza que le gustaba pero se conformó con la que encontró, hasta que la probó...y luego pasó a escupir lo que había ingerido.

—¿Pero qué Diablos es esto? ¡Max! ¡Maaaaax! ¿Qué Demo....? ¿Dónde está la cerveza?

—¡La boté! Esa es la que vas a tomar ahora: "Cebada sin alcohol" —Max entró a la cocina y tomó una de las botellas del refri— Dale una oportunidad... ¡No puede ser tan desagradable!

—¿Pero por qué diablos botaste la cerveza? ¡Mi cerveza!

—¡Porque tengo entendido que por aquí hay cierta persona que no puede ingerir alcohol! —Max se estaba tomando en serio la tarea de ayudar a Jack, al menos en lo que recién había comenzado a conocer de él.

Jack entendió el gesto y pese a lo desagradable que le pareció, se empezó a tomar resignado el resto del contenido de la botella.

—Jack ¿Seguro que te sientes bien? Me estoy yendo un poco incómodo de dejarte solo después de lo que pasó...

—¡No seas tonto! Vete tranquilo a tu nuevo empleo ¡No querrás que te despidan por faltar el primer día!

—Un empleo es algo que se consigue fácilmente... ¿Un Nuevo Jack Olsen? Mmmmm...no viejo ¡Eres Irremplazable! — Max le dio un abrazo y frotó fuertemente su cabeza, dejándolo mareado y con el cabello desordenado —¡Voy de salida! ¡NO hagas estupideces!

Max tomó sus llaves y salió del departamento. Jack lo observó salir del edificio y alejarse desde la ventana de la cocina.

—Juro que si sigues tratándome así, y me sigues apretando contra tu cuerpo, Max...no podré ocultar mi erección— Exclamó en voz alta mientras lo veía doblar la esquina.

Tomó su abrigo y se dispuso a salir. Cruzaría el lado contrario de la ciudad. Caminar era el modo más sencillo de moverse en una ciudad básicamente formada en torno al Campus Universitario. La vida era tranquila en ese sitio cuya población eran mayoritariamente jóvenes estudiantes, muchos de ellos provenientes de otros estados del país. A excepción de las temporadas de los juegos universitarios, la vida nocturna era casi exclusiva de los Pubs y Discos cercanas y las calles eran sumamente solitarias durante la noche.

Faltaba poco para que iniciara el invierno y la gran mayoría se iría a pasar las vacaciones a sus lugares de origen con sus familias. La ciudad quedaría casi fantasmal durante la temporada navideña. Max también se iría. Era muy apegado con su familia y ya estaría contando los días para verlos. Jack también dejaría la ciudad, pero a diferencia de Max, él no tenía ganas de pasar esa temporada en familia: Serian cinco estresantes semanas en casa de su padre, cinco semanas fingiendo ser algo que no era, y cinco semanas sin ver a Max, ni tenerlo cerca. Pero sus pensamientos cambiaron cuando llegó a la entrada del pequeño edificio antiguo, en ese momento otro hombre pasaría a ser su preocupación. Necesitaba reconciliar las cosas con Gabriel Miller. Tocó el botón de su apartamento en el intercomunicador.

—Soy yo...—Escuchó el sonido de la puerta activarse que le permitía ingresar.

Una vez arriba encontró la puerta abierta esperándolo como muchas tantas veces. Miller estaba de pie, tenía una copa de vino en su mano. Era al menos la cuarta copa que ingería antes de su llegada, buscaba valor para enfrentar a Jack y decirle las cosas que necesitaba decirle desde hace mucho tiempo pero que no tenía la voluntad para hacerlo.

El día que me atreva a decirte que TE AMO (¡Disponible el TOMO 1 en Físico!)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin