Hell's Heaven [Radioapple] [Omegaverse] [M-preg]

Capítulo 17.

—Entiendo, pues felicidades, mi estimado compañero.

—Supongo.

—No te ves muy contento al respecto.

—Es confuso.

Rosie, la soberana del barrio canibal, gran amiga de Alastor, había sido la salvadora de Lucifer en ese restaurante y una vez había visto desmayarse al rey del infierno, solo pudo indicarle a Alastor que le siguiera al fondo del restaurante que daba a una habitación privada donde lo podría dejar reposar.

Y ahí estaban, Lucifer dormido en la cama mientras Rosie y Alastor tomaban un poco de té y café respectivamente.

Se tenían confianza, algo que usualmente no podías permitirte en el infierno, sin embargo, las situaciones de ambos los había llevado a tener una relación amistosa, de negocios y confidencialidad.

Alastor sabía cosas de Rosie y viceversa, era una confianza extraña, pero a la vez bastante equilibrada, si uno traicionaba al otro, había forma de devolver el golpe de igual forma.

Asi que Alastor sin mucha vuelta en el asunto le había contado a Rosie lo que estaba sucediendo con el cielo y con Lucifer, en un resumen muy generalizado.

También le habló del dictamen del cielo sobre llevar de vuelta a Lucifer y procrear un heredero, asi como el hecho de que iba a ser papá.

—Me sorprende un poco a decir verdad.

—¿Cuál de todas las cosas que ya por si solas son difíciles de creer?

—La más impactante, por supuesto.

—¿El cielo reclamando al ángel caído que ellos mismos echaron?

—No, que vas a ser papá. En tu vida terrenal no se te habría cruzado esa idea ni por error.

—No creas que no fue un error.

—¿Celo?

—El mio, sí.

—Bueno, sería un accidente, aunque usualmente su majestad suele tener eso bajo control.

—Creo que le inducí un celo también.

—Doble problema, ambos se perdieron y ahora van a ser papás, eso explica el repentino desmayo.

Rosie miró hacia la cama donde Lucifer dormía, se lo veía tranquilo por el momento, aunque considerando la diversidad de problemas en la que se veía envuelto no podía dejar ese sentimiento de preocupación a un lado.

—Entonces... ¿cómo es que ustedes dos terminaron en una revuelta de mi gente? Los rumores corren rápido, querido. A mis oídos llegó rápidamente que su majestad estaba aquí.

—No creí que llamaría tanto la atención, usualmente un alma coherente se distanciaría del rey del infierno.

—Lo dice el que terminó acostándose con él. Eres perpicaz e inteligente, Alastor, pero te noto distraído y distante, como si estuvieras fuera de tu zona, fuera del control de ti mismo.