Hell's Heaven [Radioapple] [Omegaverse] [M-preg]

Capítulo 4.

Adv. Posibles temas sensibles.
Lucifer tiene el mismo nombre en el cielo.

Charlie había visto todo ello, sus ojos brillaban por el reflejo de las llamas doradas que habían quemado el cuerpo de Adán, aquel polvo que había quedado se elevaba hasta perderse en los confines del cielo infernal.

Entendía que a pesar de que Adán había sido un maldito, había una historia que su padre no le había contado antes de que ella siquiera existiera.

Y seguramente, era lo que su padre ahora recordaba ya que Adán no estaba más. El primer hombre de la Tierra.

Lo dejaría un momento a solas, seguramente lo necesitaría antes de volver al hotel, para entonces le tendría preparado un té especiado como le gustaba.

Se incorporó del lugar, pero una fuerte ráfaga de viento la tumbó, del cielo se abría un portal, Charlie se asustó, no sabía que vendría otra horda de ángeles tan pronto, no estaban listos.

Pero todo pánico se esfumó y entró la confusión cuando vio a solo un ángel salir del portal.

Lucifer se incorporó de donde estaba y retrocedió. Eso alarmó a Charlie nuevamente, su padre se veía preocupado, y eso no era normal.

—Vaya, vaya, miren a quien me encuentro en primera plana, mi queridísimo Lucifer, tanto tiempo ¿no es así?

—... ¿Qué haces aquí?

—Órdenes del cielo, sabes como son, debes acotar sus leyes si no quieres terminar como Lucifer, ay no, perdona, pero si tú eres Lucifer.

Un gruñido bajo salió de su garganta, sus ojos se volvieron rojizos y sus cuernos aparecieron.

—Oh, no me muestres esa actitud tan hostil, ¿es malo que venga a visitarte?

—Tú no visitas el infierno, ¿qué quieres?

—Me conoces tan bien, por eso te amo.

Lucifer hizo una mueca de desagrado. Miguel miró hacia Lucifer desde lo alto, pero sus ojos viajaron hacia donde Charlie estaba, ante ello, Lucifer reaccionó rápido en transformarse e ir hacia ella abriendo sus alas protegiéndola.

El bastón terminó temblando en manos de Lucifer al lograr bloquear la espada de Miguel que iba dirigida hacia Charlie.

—Como siempre de tan noble corazón, Lucifer, proteges al fruto del pecado, ¿un serafín y una maldita humana? ¿Es enserio, Lucifer?

—No le hables así a mi hija, Miguel.

—Oye, oye, quería mantener mi anonimato con el anticristo en persona, arruinaste la sorpresa.

Lucifer hizo fuerza en empujar la espada de Miguel para que este retrocediera.

—Papá.

Charlie fue acogida en brazos de Lucifer, no entendía que sucedía, pero si su padre estaba tan alerta, no significaba nada bueno.