25. Toda la vida

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Si hubiera que elegir un día como favorito de los últimos meses, sin duda ambas lo pondrían en su top 3: Se despertaron juntas, desayunaron con las legañas en los ojos y gastándose bromas tontas la una a la otra, se vistieron y se dispusieron a pasar un bonito día.

Fueron de compras, dieron un paseo cálido y comieron en la intimidad de un bar tranquilo. Por la tarde, Ruslana pasó un rato con ambas, algo de lo que estuvieron encantadas. Violeta recuperó toda la confianza que había perdido en su relación de amistad con la otra pelirroja, por miedo a que le robara a quien quería para ella en exclusividad.

Después de un helado y otro paseo, Ruslana volvió a dejarles su espacio.

V: ¿Estás bien?

C: Mejor que nunca. ¿Y tú? ¿Hay algo de lo que necesites hablar?

V: No, amore. Gracias.

C: ¿Ni siquiera de Ruslana?

V: Ya estamos genial. Es como si nada hubiera pasado. No hay nada de lo que me alegre más.

C: Me hace muy feliz escucharte decir eso. Yo... -el rostro de Chiara tornó a triste- tengo que contarte algo. Algo que nunca te dije en la academia.

V: Claro. Dime.

C: A ver... -Chiara movía muchas partes de su cuerpo enérgicamente- es que...

V: Kiki, mi amor, no es necesario que me lo digas ya si no estás preparada, ¿vale?

C: Te prometo que quiero, Vivi. Quiero, pero... ¿puede ser más adelante?

V: Cuando estés preparada.

C: Gracias.

Violeta sonrió con ternura: Estoy dispuesta a esperarte toda la vida.

El tema quedó zanjado temporalmente. Ninguna tenía prisas, surgiría de forma orgánica en cualquier momento. Así que pudieron disfrutar de la misma comodidad que les generaba la contraria sin problema alguno.

Llegaron pronto a casa de Chiara, donde la morena le pidió a la mayor que se diera un baño mientras ella le preparaba la cena. Le iba a preparar una sorpresa, así que debía mantenerse dentro hasta nuevo aviso.

Tras una ducha rápida, Chiara pulía todos los detalles para una cena perfecta y romántica con Violeta motivada por la música que creaba Violeta desde dentro del baño. Era pura inspiración escucharla cantar, tararear o susurrar.

Con el grifo apagado, Violeta salía de la ducha pero Chiara le dio instrucciones precisas de no poner un pie fuera aún.

Ambas acompañaron su cara de un discreto maquillaje y su cuerpo de zapatos cómodos, pantalones y blusas escotadas cerradas con botones.

V: ¿Ya?

C: No, aún no -gritaba a lo lejos, escuchándose aún distintos sonidos que parecían ser muebles abriéndose y cerrándose, platos cayendo sobre la mesa o sillas separándose.

V: ¡Venga Kiki que no puedo con tanto hype!

C: Un segundo -aceleraba el ritmo.

Chiara se acercó hasta la puerta del cuarto de baño, tocó suavemente la puerta y le cedió su mano derecha de forma servicial:

C: ¿Me acompañas a esta humilde velada?

Violeta la miraba y podía apreciar levemente velas LED, así como una decoración floral que guiaba un camino de una única dirección. Chiara estaba guapísima y a Violeta se le caía la baba mirándole en un sentimiento mutuo de atracción sexual:

V: Dios. Estás guapísima.

Chiara respondió sonriendo y cediéndole con mayor entusiasmo la mano que le ofrecía. Violeta la tomó.

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⏰ Last updated: Apr 17 ⏰

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