23. A casa

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Chiara volvió a Madrid para ir a una première. Violeta lo vio por redes sociales: "Tenía razón. Va guapísima", se repetía a sí misma mientras veía en bucle las fotos de la morena. Su teléfono móvil podría parecer el de Chiara, ya que había más fotos suyas que de la pelirroja.

Pero los celos no le daban tregua y cualquier vídeo con Ruslana sacaba sus instintos más primarios.

Tuvo que convivir con esos celos los días venideros. Pero Violeta decidió no darse por vencida. Estaba convencida que tenía todas las de ganar, y que Chiara sería para ella.

Vio una oportunidad de oro para seguir luchando por su chica invitándola al concierto de Vic Mirallas en el que participaría en Barcelona, donde la morena residía normalmente.

Con la oferta hecha vía WhatsApp, Chiara no lo dudó un segundo, ya que admiraba a Violeta y a Vic como artistas. De hecho, dobló la apuesta y le invitó a dormir a su piso bajo la excusa de evitar pagar hotel, algo que sin duda hizo que la pelirroja celebrara en silencio.

Pero como esos días estaba con Ruslana, se atrevió a hacer una pregunta indecente a Violeta:

C: ¿Te parece bien que venga Rusli?

La euforia previa se esfumó de golpe. Ya no es que no fueran a dormir solas, sino que encima lo harían con Ruslana.

A Violeta lógicamente no le agradaba absolutamente nada la idea. Tenía un debate mental profundo acerca de la respuesta que darle. Si decía que no, estaría reconociendo que la ve como una rival y que no la quiere tener cerca, cuando en el fondo Violeta adora a Ruslana. Pero decir que sí tal vez la iba a desconcentrar en el concierto e iba a romper el momento íntimo entre ambas.

La demora de respuesta de Violeta provocó que Chiara borrara el mensaje. Esto fue determinante para Violeta. Chiara sabía que era un error juntarlas, y si lo sentía así quizás es porque no quería enfrentarse a elegir. Así que finalmente tomó una decisión:

V: He visto el mensaje antes de borrarlo, pero no te preocupes. Puede venir, de hecho sobran entradas. Está más que invitada.

Chiara pudo recuperar la sonrisa que había perdido al ver que Violeta no le respondía. Temía que solo de leer la pregunta le hubiera hecho daño a Violeta. Y Chiara jamás se permitiría hacerle daño.

Y así fue. Ruslana y Chiara acompañaron a Violeta, dándole apoyo moral en ese concierto.

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Violeta actuó igual de bien a lo que tiene acostumbrado al mundo. Lo hizo desconectada de sus inquietudes, disfrutando de la música.

Con su intervención en el escenario acabada y la pelirroja dispuesta a disfrutar del resto del concierto, mientras Chiara saludaba a unas fans, Violeta y Ruslana tuvieron un momento a solas. La tensión se podía palpar en el ambiente, y Ruslana no estaba dispuesta a perder a una amiga:

R: ¿Estás enfadada conmigo?

V: No... jamás podría enfadarme contigo. Te quiero y te admiro muchísimo.

R: Ya, pero tampoco soy idiota, y se te nota en la forma de mirarme que me ves como una competencia.

V: A ver, Rus... -Violeta llenó de aire sus pulmones y luego exhaló profundamente, ganando tiempo para enfocar la respuesta- no sé cómo decirlo. No sé por dónde empezar.

R: ¿Qué tal empezar por el principio?

V: Bueno, pues el principio... El principio es muy simple. Tú lo has vivido. Tú nos has visto. El principio de mi historia con Chiara es en la academia, cuando disimuladamente me acercaba a ella cuando pedían parejas o me enfadaba cuando me la quitabas, cuando la miraba sin que me viera mirarle, cuando la definía como "muy especial"... ha sido una historia que se ha construido de forma natural y ha terminado conmigo encoñadísima de ella.

Everyone is looking her - KIVI Where stories live. Discover now