8. Juguemos

4K 171 31
                                    

Era la mañana siguiente, y Violeta se levantó algo más animada. Julieta fue a por ella a su habitación y ambas fueron a desayunar. Julieta quiso convencerla de pasar el día juntas, sin embargo los innumerables compromisos de Violeta lo hacían inviable.

-No sé para qué vengo si no puedes dedicarme ni un rato -reclamaba Julieta.

-Yo no tengo la culpa de que hayas venido sin avisar.

-Aunque haya venido sin avisar me parece que lo más lógico es que adaptes lo que haga falta para poder pasar un rato conmigo.

Violeta suspiró -Julieta lo siento, mi vida no es como antes y cuanto antes lo asumas, mejor para nuestra relación. Mis compromisos son mucho más serios que cuando era una reportera con contrato precario, no puedo hacer y deshacer a mi antojo. Mi vida ha cambiado radicalmente.

-Y por ende, la mía.

-Sé que no eres culpable del cambio, ni lo querías. Pero no me arrepiento de luchar por mi sueño, y mucho menos de estar cumpliéndolo, aunque implique todo lo demás.

Julieta levantó las cejas, y preguntó retando a Violeta -¿aunque implique perderme?

Violeta volvió a suspirar, pero de forma mucho más descarada, se frotó los ojos con su mano, y respondió con cierta desesperación -aunque implique perdernos, si eso implica alcanzar mi sueño. Ahora eres tú quien debe decidir si quiere estar aquí, con las dificultades que suponga.

-Pues claro que quiero. No pienso dejarte. Y tú no piensas dejarme.

El desayuno acabó con cierta tensión palpable en el ambiente. En la puerta, Violeta decidió echar el valor que no se atrevía anteriormente:

-Bueno, yo me tengo que ir. Sé que estarás aquí un par de días más, pero me es imposible vernos un rato. Lo mejor es que hagas tus planes, o te vuelvas a tu casa, y nos vemos más adelante.

-¿De verdad Violeta? ¿Ni cinco minutos para cenar piensas sacar?

-Julieta, ya te lo he dicho antes. Tengo muchos compromisos y no puedo fallar. Es el momento de aprovechar el boom. Lo siento.

Julieta selló sus labios enfadada, asintió con las comisuras hacia abajo, haciéndole ver a Violeta que aceptaba esas condiciones, pero que lo de la pelirroja era una victoria temporal. Le reclamó:

-Yá volverás a mí cuando no te escuchen ni en tu casa.

-¿Perdona?

-Eso. Venga, dame un beso -le robó un pico mientras Violeta seguía con su cara de incredulidad-. Hablaremos cuando vayas a verme. Adiós.

Violeta no podía creer lo que acababa de pasar. Volvió a su habitación de hotel, escribió un texto kilométrico poniendo fin a todo lo que quería cerrar para siempre, pero no fue capaz de enviarlo. No sabía si estaba cometiendo un error, al fin y al cabo, Julieta era una víctima de su éxito, o así se lo había hecho sentir.

——————————————————————————

Los días pasaron y mientras Chiara grababa su single, Violeta encadenaba unas entrevistas con otras. Pudo sacar un par de huecos para ir a ver a Chiara grabar.

Lo cierto es que Chiara y Violeta pasaron unos días bonitos. Comparten profesión, y sus conversaciones se centraban principalmente en la pasión de ambas. A Violeta no le importaba sacar aunque fuera solo media hora para acercarse al estudio y darle toda la energía positiva que tenía a su "amiga". Al fin y al cabo, de forma irónica Chiara era la única que le devolvía todavía más felicidad de la que ella le concedía.

Everyone is looking her - KIVI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora